Capítulo 7

552 42 4
                                    

Hice una pequeña mueca de repugnancia. Se me vino a la mente un Bradley con su amada Susy. No me gusta mucho el concepto de "amor", creo que es solo una pérdida de tiempo.

— Vaya, lo siento mucho. Tuvo que ser duro... — Antes de poder terminar, él me interrumpió.

— Sí, claro que es duro. Es duro que la única persona que realmente te importara deje de estar contigo. Es duro que el amor de tu vida se haya ido...Es duro. — Acabó llorando. No me era fácil verle así, aunque no terminara de caerme muy bien, me daba pena. 

— Vamos, vamos, no pasa nada. — Le di unas palmaditas en el hombro que se convirtieron en un pequeño abrazo. Lo menos que podía hacer en una situación así era mostrarle un poco de cariño.

Me devolvió el abrazo, y acto seguido se secó las lágrimas con la manga de su chaqueta. Tenía los ojos rojos, por lo que pestañeó rápidamente para que se secaran más deprisa.

— Estoy bien. — Se levantó de la roca que le servía de asiento, respiró fuertemente intentando recuperar la compostura.

— De acuerdo. — Se lo dije sin mirarle, fingiendo buscar algo en mi petate. No iba a estar consolándole diciéndole cosas como "todo va a salir bien" o "tienes que seguir adelante". Nadie me ayudó a mí cuando yo estaba mal. — Lo mejor es que te vayas a dormir. Siempre ayuda.

— Vale, Beth. — Solté la mochila perpleja. Abrí los ojos como platos, sin poder creer lo que estaba escuchando. No podía ser. Me había llamado Beth. Solo me llamaba así Sean. Y Sean ya no estaba. En ese momento me dí cuenta de que también le echaba de menos a él.

— ¿Cómo me has llamado? — Le miré un poco enfadada. Mi cerebro estaba empezando a crear una serie de flashbacks en el cual Sean es el protagonista. Estaba empezando a recordar momentos como cuando me besó, cuando dijo "Por si no nos volvemos a ver, quiero que quede claro lo que siento". Supongo que Sean estaba en lo cierto. No nos volveremos a ver nunca.

— ¿Te molesta? A mí no me suena mal. Es como un apodo. — Me miraba cómo disculpándose. No es que me molestara, es que me recordaba demasiado a mi vecino.

— Ya sé que es un apodo. — No quería parecer débil, no podía llorar. Al menos delante de él. Quería ser fuerte. Bradley esperaba impaciente una explicación a mi respuesta. — Bueno, da igual, déjalo.

— ¿Por qué eres tan desagradable conmigo? ¿Te he hecho algo? — Preguntó confuso.

— Mira, he pasado unos meses horribles, echando de menos a toda mi familia. He cambiado moralmente, es algo que noto por mi comportamiento. Me he vuelto de acero por fuera, no voy a permitir que nada más me vuelva a romper. Aunque tenga que ser la persona más fría del mundo. — Dije segura. Bradley estaba suponiendo un obstáculo para mí, él quería hacerse mi amigo por todas las vías posibles, mientras que yo no acababa de confiar en él. 

— Te comprendo Lisbeth, yo también lo he pasado muy mal. Yo también he tenido el coraje de emprender un largo camino para buscarte. Para poder encontrar a una persona con la que no sentirme tan solo. Pero llego aquí, y me encuentro a una chica antipática que no me demuestra ni un poco de afecto. Yo intento ser amable, pero tú me rechazas. Y yo me pregunto, ¿qué he hecho para que me rechaces? — Me miraba a los ojos, y me di cuenta de que sus palabras llevaban algo de razón. Tal vez le hubiera rechazado demasiado. Tal vez me esté pasando.

— No quiero que la decepción vuelva a atacarme. Como te he dicho, somos aliados, todavía no confío en ti, asi que tú tampoco tienes que confiar en mí si no quieres. Te agradezco que vinieras a buscarme, es todo un detalle por tu parte. Pero enserio, Bradley Fellow, no tienes porque intentar ser mi amigo. — Dije haciendo un plano mental de lo que iba a ser nuestro futuro. 

OuterSpace ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora