Capítulo 20

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El fuego se fue extendiendo al ras del suelo con gran velocidad. Antes de que los demás pudieran despertarse, el incendio ya amenazaba con rodearnos.

Grité con todas mis fuerzas para que mis compañeros despertaran, el pánico empezaba a invadirme todo el cuerpo.

El primero en reaccionar a mis gritos fue Dylan, quién se levantó con gran brusquedad al ver la situación en la que nos encontrábamos. Corriendo, fue a despertar a su hermana y a Irma, quién parecían adormiladas y confusas. 

La poca vegetación que todavía quedaba empezó a arder muy deprisa debido a que la mayoría eran matorrales secos. Mi rostro empezaba a llenarse de lágrimas de terror mientras veía como las llamas me rodeaban. Estaba tan asustada que no tenía fuerzas ni para salir huyendo. En ese momento me pregunté si era tan vulnerable cómo para dejarme morir por culpa del miedo. 

Bradley me agarró del brazo antes de poder contestarme a esa pregunta. Mis piernas empezaron a moverse con rapidez sin que mi cerebro se lo ordenara. Mi mente seguía bloqueada, tenía miedo, mucho miedo. Toda la zona estaba ardiendo y el humo empezaba a elevarse.

Irma empezó a toser mientras corría junto a Cassie. Bradley estaba empleando todos sus esfuerzos para sujetarme. Yo todavía parecía una sonámbula, puesto que me movía pero parecía estar dormida. Dormida y al mismo tiempo viviendo una pesadilla.

Las únicas salidas existentes empezaban a quedar ocupadas por el fuego, que se dispersaba con una facilidad increíble. Empezaba a rechazar la idea de supervivencia, con que lo único en lo que pensé fue en agarrarme fuertemente a Bradley. Si moría intoxicada por el humo, me alegraba de que fuera a su lado.

Entonces oí unos gritos que hicieron que mi ser se rompiera en mil pedazos.

Cassie se encontraba atrapada entre varias paredes de fuego que crecían acorralándola como si estuviese dentro de una jaula. Gritaba auxilio con una fuerza descomunal que jamás había visto en ella.

Los ojos de Dylan empezaron a llenarse de pánico, mientras corría a salvar a su hermana. Todos hicimos lo mismo.

— ¡Cassie! — Gritó Irma horrorizada. 

Las llamas iluminaban el escenario nocturno que ocupábamos. El humo creaba una gran nube de color gris oscuro que nos invadía con lentitud. Pronto nos quedaríamos sin oxígeno.

Mi visión se iba haciendo borrosa en cuanto más nos acercábamos al incendio que rodeaba a Cassie. Sus ojos negros llenos de miedo pedían socorro, pero sus pulmones estaban demasiado frágiles como para seguir gritando.

Nos era casi imposible hacernos paso entre las llamas, pero Bradley lo intentó a la fuerza. Su chaqueta empezó a arder casi al instante, por lo que no tuvo más remedio que quitársela antes de que el fuego llegara a hacer contacto con su piel. 

Mi bloqueado cerebro tuvo la única idea de sacar la botella que tenía en mi mochila. No estaba llena del todo, pero algo serviría. Se la di a Irma para que intentara apagar la parte del incendio que nos hacía barrera con Cassie.

Entonces, mi mente empezó a apagarse lentamente. Mis ojos se cerraron, haciendo que todo se volviera negro. El cansancio y el aturdimiento en mí hicieron que tan solo pudiera oír gritos ahogados de fondo, pero apenas era capaz de reconocer de quién eran las voces.

Y después de eso, sólo puedo decir que me desmayé.

Cuando desperté, ya no había fuego (cosa que agradecí enormemente). Levanté la cabeza, y vi a Dylan, Irma y Bradley sentados sobre varias rocas que hacían la función de asiento. Miré a Bradley, quien me devolvió la mirada con una pequeña sonrisa. Pero era una sonrisa apagada y tensa. 

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