Capitulo 1

107 3 0
                                    

Me desperté triste, no me había dado cuenta de lo rápido que se pasaron los años. Era 14 de diciembre, mi último día de clases, PARA SIEMPRE. No quería que esta etapa en mi vida acabara, en el colegio había pasado tantas cosas con mis mejores amigas: Sofia, Rebeca, Luciana, Isabella, Micaela y Gabriela. Lo malo es que nada puede durar para siempre. Me levanté algo cansada y me metí a la ducha. Al terminar, elegí mi ropa, debido a  que era mi último día nos habían permitido ir sin uniforme. Elegí una blusa blanca, con un blue jeans y unas botas marrones que me llegaban hasta el tobillo. Me dejé el cabello suelto, me puse mi delicada y especial cadena y agarré mi bolso favorito para meter mis cosas. Al terminar de meter mis cosas bajé a desayunar.

-hola mamá—dije sin ánimos

-hola hija—me miro y luego pregunto— ¿Estás bien?

-no, es que no puedo creer que es el ultimo día!—dije triste

-no te preocupes-me dijo comprensiva-vas a ver a tus amigas casi todos los días, son como hermanas—dijo tratando de calmarme

 -no lo sé – dije dudando.

 -bueno no importa, pon tu mejor cara y disfruta de tu día—dijo alegre.

 -está bien—dije sonriendo – gracias mamá—le di un beso muy fuerte y me fui.

Mi mamá siempre me animaba el día, siempre me ayudaba cuando más la necesitaba, como estos últimos dos meses. Me encaminé hacia el colegio ya más tranquila, ya que siempre quise salir de esa cárcel llamada COLEGIO, lo único que me hacia soportarlo eran mis amigos, no sé qué sería de mi vida sin ellas.

Dios, esas tipas!! Al acordarme de todo lo que habíamos hecho juntas esos cinco años o mas de amistad, se me escapo una risa, y sin darme cuenta choqué con alguien, lo que hizo que me callera y me doblara el tobillo.

-auuuuuu – grite irritada y adolorida-- ¿qué te sucede?—traté de pararme pero no pude.

- lo siento no te vi—dijo esa estúpida persona que hizo que me cayera, trató de ayudarme, sin embargo, no lo dejé.

- SUÉLTAME!, yo puedo sola—traté de pararme de nuevo, pero fue inútil.

- déjame ayudarte, por favor –su voz sonaba  arrepentido, así que lo deje ayudarme.Me ayudo a pararme del suelo poniendo uno de mis brazos alrededor de su cuello.

- gracias--dije ya con un tono más suave--y perdón por gritarte--dije arrepentida--es que realmente me duele el tobillo—dije tratando de disculparme.

- no te preocupes – dijo con una sonrisa que me deslumbró.

Hasta ese momento, no lo había mirado a los ojos, por lo tanto, no me había dado cuenta de lo guapo que era. Su pelo era de un hermoso color castaño, tenía unos ojos marrones que mataban. Era de una alta estatura, me llevaba una cabeza y sus labios eran de un color rosado que me provocaban…..Concéntrate—dije en mi mente—tengo que llegar al colegio

-gracias por tu ayuda, pero ya me tengo que ir...

-Liam, me llamo Liam –dijo con una sonrisa – ¿y tu?

-me llamo ______ (TN), pero ya me tengo que ir –dije apurada y a la vez confundida, preguntándome si le había preguntado su nombre o el solo me lo había dicho.

-¿puedes caminar?-preguntó un poco preocupado

-mmm…no lo sé –le respondí. Solté mi brazo de su cuello y traté de caminar pero no pude. Casi me caigo, pero Liam fue mas rápido y me agarró de la cintura—al parecer no—estaba, muy nerviosa, y eso no se debía a la hora, o al colegio, si no al hecho de estar entre sus brazos, los cuales tenian una gran musculatura. Los dos nos reímos y me ayudó a pararme.  

-no te preocupes, yo te ayudo—dijo con una gran sonrisa.

-no te quiero retrasar, ¿no vas a alguna parte?—pregunté curiosa

-no, no, no te preocupes—dijo tranquilo—vamos? –preguntó

-claro—dije con una sonrisa.

Pasó uno de mis brazos alrededor de su cuello y una de sus manos por mi cintura, pero era muy difícil avanzar, ya que al parecer el media 1.80, como mínimo y yo no pasaba de 1.67, asi que el se tenia que agachar, para poder ayudarme y yo estaba parada de puntitas para poder ayudarlo, mientras cojeaba con el otro pie. Faltaban por lo menos 10 cuadras para llegar al colegio, y a este paso, no creía lograrlo

-a qué hora cierran las puertas de tu... ¿a dónde vamos?—preguntó confundido ya que en ningún momento le había dicho hacia donde estábamos yendo.

-voy al Colegio Santa Úrsula, es mi último día de clases—dije triste.

-aaah, ya. ¿Y a qué hora cierran? –preguntó

-a las… --mire mi reloj – Ay no! No voy a llegar. Quedan 15 minutos!—dije preocupada.

-si vamos a llegar –dijo confiado y con una sonrisa traviesa. Parecía tener una idea de la que yo no estaba enterada.

-¿a qué te refie...?—no pude terminar la oración ya que de un momento para otro estaba colgada de sus brazos -- ¡BÁJAME!—dije nerviosa al estar en sus brazos.

-está bien, te bajaré…Cuando lleguemos!—dijo riendo.

-Liam bájame! Ni siquiera me conoces, solo sabes mi nombre—y era verdad lo que decía, sin embargo por alguna extraña razón, no pensaba lo mismo de lo que decía, solo quería quedarme en sus brazos y que no me bajara nunca.

-a mí, eso me basta y me sobra. No te bajaré, tienes que llegar y solo faltan 9 cuadras.

-está bien, pero en ese caso apúrate que no llego—dije un poco molesta porque Liam se salió con lo que él quería, y mi parte racional estaba muy molesta por este hecho, pero otra parte de mi, estaba encantada

-está bien—comenzó a reírse y yo no podía creer lo hermosa que era su risa, tan varonil y a la vez tan tierna.  

Liam trotaba conmigo en sus brazos para poder llegar más rápido y cuando solo faltaban 2 cuadras para llegar, Liam se tropezó con un bache y los dos caímos, Liam encima mio. Nos miramos el uno al otro, yo miraba sus labios, no podía dejar de mirarlos, y estábamos tan cerca el uno del otro que nuestras respiraciones se entrelazaban. Pero pensé “que haces? No lo conoces!”. Me comencé a reír del nerviosismo  y Liam me miro como si estuviera loca,  pero luego el comenzó a reírse también. Se paro y me cargó de nuevo. Esta vez él iba caminando ya que faltaban dos cuadras y además, supuse que le dolía la pierna por el golpe en la vereda.  Cuando ya estábamos en la puerta del colegio, Liam se acercó a mi oído y me dijo…

Amor a primera vistaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora