Capitulo 9

49 2 0
                                    

Una luz dorada penetraba por la ventana de mi cuarto, ocasionando que despertara. El día estaba precioso, el cielo estaba despejado y tenía un hermoso color azul, parecía ser un día lindo pero al ver  mi calendario, supe que este no seria un buen día. 17 de diciembre. Si, definitivamente seria un día horrible. No quería que ese día llegara, significaba que habían pasado dos meses y no quería recordar esos horribles momentos. Me metí a la ducha y esta vez no puse música, no tenía humor para soportar estúpidas canciones que hablaran de un amor perfecto y que no lastima a nadie, ¿a quien querían engañar? Termine de ducharme y me eche crema humectante. Escogí unos blue jeans, un polo negro de tiritas y unas converse negras. Me puse unos aretes y me colgué mi cadena de la suerte, esperando que hoy dia no solo me de alegría, si no felicidad. Luego me cepille el cabello y lo recogí en una coleta. Cuando me detuve a mirar mi cara, vi una expresión ya muy conocida para mí: tristeza. No quería que mi mamá ni mi hermano me vieran así de nuevo, habían tenido que soportar mi depresión por dos semanas, hasta que aprendí a esconderlo y controlarlo.

Baje las escaleras esbozando una falsa sonrisa. Entre a la cocina y mi mama estaba preparando el desayuno

-¿y que haces levantada tan “temprano” un jueves? Pensé que te despertarías mas tarde, son las 8:00 cariño—dijo mi madre cortando fruta en cuadraditos.

-no se, no tenia sueño—dije con un tono de voz deprimente. Trate de mejorarlo—ma, yo también quiero una ensalada de frutas, por favor

-haber cariño, ¿estas bien?—dijo un poco preocupada, pero seguía cortando la fruta—te levantas temprano, me hablas con modales…

-que, ¿no te puedo hablar bien ni despertarme temprano? Siempre me pides eso y cuando lo hago piensas que estoy mal, no me jodas mama—dije exaltada.

Mi mama dejo de cortar la fruta y se volteo para mirarme. Parecía estar muy molesta por la forma en la que le había hablado, pero al ver detenidamente mi rostro, su expresión cambio. De la expresión enfadada que tenia en el rostro cambio por una mas razonable.

Conto con ayuda de los dedos y luego me miro dulcemente. Confiaba mucho en mi mama, y cuando paso lo de Adrián, también le conté. Claro que no toda la historia, solo parte de ella.

-¿es 17 verdad?—dijo acercándose para abrazarme—cariño lo siento, pero no porque hayan pasado 2 meses me tienes que hablar así—Dijo acercándose a mi—ven acá cariño

Mi mama había tratado de ayudarme esos meses, y aunque no le había contado toda la historia del porque termine con Adrián,  me ayudaba un poco.

Me acerque a mi mama y la abracé. La relación con mi mama no era mala, al contrario, era buena. Pero hay algunas cosas que no se le puede contar a una madre, se tenga confianza como si no. Cuando la abrace senti la necesidad de llorar en el hombro de mi mama como una niña de 5 años, pero tenia 17 y no iba a hacer eso.  

-mama, no me siento muy bien, pero me sentiría mejor si no tocamos el tema. No quiero gritarte ni molestarme contigo, no estoy de buen humor—dije deshaciendo nuestro abrazo para sentarme en la silla de nuevo

-no te preocupes cariño—dijo regresando a cortar fruta— ¿Qué me dijiste que querías de desayuno?

-ensalada de frutas—dije algo cansada.

Trate de sonreír para convencer a mi mama de que no estaba tan mal, y si era posible convencerme de lo mismo. Claro, que no me podía mentir a mi misma, por lo cual no era posible que pasara.

Amor a primera vistaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora