Capitulo 16

33 2 0
                                    

La verdad es que la cena no estuvo para nada mal. Desde el principio, cuando Liam llegó, todo estaba perfecto. Le enseñé la cocina y le dije donde estaba cada cosa, claro que él ya sabía donde estaba la mayoría. Abrimos la alacena y la refrigeradora para ver que ingredientes habían. Felizmente mi madre había ido a comprar en la mañana todo lo que se necesita en una cocina, comida. Liam sacó de la refri albaca, espinaca y queso fresco. Luego saco un poco de pan y leche. En ese momento supe que iba a hacer tallarines verdes. Saco la bolsa de tallarines y una olla.

Yo me senté en una de las sillas que había en la cocina y comencé a mirarlo fascinada y en unos segundos ya tenia una sonrisa de estúpida en la cara

-¿te gusta la vista?—me preguntó Liam haciendo que pegué un salto en mi sitio y haciendo que mi mente vuelva a la realidad. No podía ver su cara, pero estaba segura que una gran sonrisa se extendía en ese mismo instante por su cara

-se puede decir—dije sonriendo y parándome de mi asiento para ponerme a su lado—me encanta verte cocinar—dije mientras el cortaba la espinaca y la albaca en tiras

-¿ok?—dijo el con una sonrisa torcida

-déjame explicarme—dije riendo—yo nunca aprendí a cocinar. Ni siquiera se freír un huevo y es por eso que me fascina ver lo mucho que sabes de cocina—dije mirando al suelo. No sabía porque me avergonzaba, nunca lo había echo—Además eres el único hombre que conozco que sepa cocinar, o bueno, que cocine bien—dije riendo al recordar el intento fallido de mi hermano para el día de la madre. Quiso hacer un queque y al final del día, tuvimos que comprar un nuevo horno.

-que bueno que te guste—dije centrando su atención en mi cuando terminó de poner los ingredientes en la licuadora—cuando tenia 9 o 10 años, mi mamá salía por negocios con mi papá muy seguido, claro que eso duro solo un año, ya que luego cambiaron de empleo porque no pasaban suficiente tiempo con nosotros, y a mis hermanas nunca les gustó cocinar—dijo Liam de la nada—entonces, busqué el libro de cocina de mi mamá y yo cocinaba para los tres, claro que también estaba con nosotros una empleada pero solo iba para limpiar. Es por eso que sé cocinar—dijo mirándome con una sonrisa torcida

-oh—fue lo único que pude decir, ya que esa sonrisa me dejaba sin aliento. Liam desconectó la licuadora, levantó la tapa y luego hundió su dedo en la salsa. Se lo metió en la boca y dijo—le falta sal—le aumentó sal, volvió a licuar y luego de probar una vez más la salsa, agarró un recipiente y volcó la salsa en él

-¿quieres probar?—dijo señalando la salsa

-claro—dije acercándome y probando la rica salsa. Se formo una hermosa sonrisa en el rostro de Liam y parecía que trataba de esconder una risa--¿Qué pasa?—dije sonriendo

-tienes…--dijo señalando mi cara. Se acercó a mí y me dio un casto beso en la barbilla. Mi respiración se cortó, cerré los ojos, y sentí como hormigueaba mi piel por su contacto. Sentí como mi piel aumentó su temperatura, ahí, donde él me había besado. Sentí como se formaba una sonrisa en s rostro, mientras separaba sus labios de mi barbilla—ya esta—dijo pasando su dedo por mi barbilla, remplazando sus labios

-gracias—dije en un susurró tana bajo que no sabía si me había escuchado. Abrí los ojos y vi como sus ojos examinaban cada parte de mi cara. ¡Dios mio! Este hombre me volvía loca. Me aclaré la garganta antes de hablar, no quería que se me quebrara y ocasionar uno de mis rubores—que tal si voy poniendo la mesa mientras los fideos se terminan de cocinar—dije señalando la sala y mirando a cualquier parte menos a él.

-o nos podemos quedar aquí—dijo abrazando mi cintura

-claro—dije riendo—voy por los cubiertos—dije escapando de sus brazos y supe que el rubor ya había tomado paso por todo mi rostro.

Amor a primera vistaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora