Capítulo 34

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Kate estiró las piernas enfundadas aun en el traje verde quirúrgico y suspiró. Las sentía entumecidas, después de llevar por lo menos treinta minutos esperando. Sentada en el suelo.

Masajeó su frente y sintió su flequillo pegarse a su frente y su cabello despeinado. Necesitaba una ducha… Necesitaba calmar sus nervios… Necesitaba salir a correr. Necesitaba dormir… Necesitaba tantas cosas y ni siquiera podía moverse, levantarse, ni siquiera había podido retener a Rick cuando después de casi hacer un surco en el suelo de tanto caminar arriba y abajo por ese pasillo, se perdió tras la puerta.

Movió su cuello tratando de ignorar el dolor punzante en el tras la tensión acumulada y miró a un lado del pasillo y al otro.

Desierto.

Tal vez había pasado más rato del que creía. Hacía rato había perdido la noción del tiempo preocupada por la ausencia de noticias.

Flexionó sus piernas y se las abrazó.

Un ruido la alerto, sin embargo no era de la puerta que ella esperaba noticias.

Martha Rodgers se acercó con cara de preocupación y paso rápido mientras Kate se levantaba del suelo.

-He venido lo antes posible…

Kate asintió y se dejó abrazar por la madre de su novio, a pesar de que estaba agotada, tensa e incómoda.

-Se adelantó… Me asusté…Nos asustamos muchísimo.

Martha asintió.

-¿Y Richard?

-Estaba desesperado… Ha ido… A… Será mejor que vengas conmigo-dijo dudando y mirando un segundo a la puerta por la que un rato atrás habían salido los dos.

Kate y Martha anduvieron unos metros por el pasillo al girar la esquina que daba al pasillo que habían dejado atrás y se encontraron con Castle, también vestido de verde y con su frente pegada a un gran ventanal.

Estaba tan absorto en lo que miraba, que ni siquiera escuchó los pasos detrás suyo.

Se sobresaltó cuando la mano de su madre acarició su espalda.

Miró a un lado y encontró a Kate, algo alejada del ventanal, caminando.

-¿Cuál es?

Rick sonrió, aunque en su rostro estaba aun reflejado la angustia y el cansancio.

-Es… Ese…-señaló un bebé cubierto por la típica mantita de hospital y con un gorro azul, que descansaba en una cuna de la primera fila en el nido, donde habían más bebes descansando.-Ahora nos dejaran verlo mejor… Y ha venido el doctor-se giró para mirar a Kate.

Ambas esperaron las noticias.

-Está bien-dijo él relajado- Ha perdido mucha sangre, pero no ha pasado nada…Está bien.

-¡Eso es genial!-exclamó Martha- Hay que celebrarlo…

-Madre…

-Y el nacimiento de tu nieto también…

-Madre…-Rick le miró serio.

-Cariño…Míralo-dijo señalando al bebé que ahora cargaba la enfermera para dejar que lo cogieran y así también lo llevaran a su madre- Es… precioso.

-Y pelirrojo.

Rick no pasó por alto que Kate apenas estaba interviniendo en la conversación y se quedaba a un lado casi ausente.

-¿Pelirrojo?

-Bueno algo así… Tiene el pelo como castaño claro rojizo…Algo extraño-sonrió orgulloso del bebé que la enfermera le pasó. Lo cogió con cuidado.

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