Capítulo 5: Los peores temores (Noemí/Andy)

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(Noemí)

No sé a quién odio más: si a Brian por matar a Clarke, o a mí misma por no habérmelo esperado.

No quería a Clarke, ni nunca le quise; pero tampoco deseaba su muerte.

Ahora estoy en el hospital. Andy me dijo que Gael quería verme.

En el gran pasillo se oyen algunos lamentos en voz alta, que podrían minar el ánimo de cualquiera que los oyera. Uno de esos alaridos me resulta extrañamente familiar.

Súbitamente, una puerta se abre y Gael sale caminando enérgico por ella. Se pone a gritar maldiciones en un idioma que no entiendo (en italiano, supongo), hasta que me acerco a él e intento calmarle.

—Eh, eh— susurro, poniéndole las manos sobre los hombros—. Calma. ¿Qué pasa?

Él me mira y puedo ver la desesperación en sus ojos. Alza la vista hacia la puerta de la que acaba de salir.

—Es... mi hijo—musita, desolado—. Pan...

Miro en la misma dirección que él y me temo lo peor.

—Ha...—No soy capaz de terminal la frase. Gael niega con la cabeza, pero eso no creo que sea una buena noticia.

—Peor que la muerte—dice.

Esa respuesta me deja confusa un momento. Pero lo dejo de lado un momento cuando veo a Sandy trotando hacia mí. Sus pisadas apenas hacen ruido, pero su respiración la delata.

—Hola, chica—susurro—. ¿Qué pasa?

Ella pasa por delante de mí y se arrima a Gael. Una terrible idea empieza a abrirse camino a través de mi cabeza al igual que las lágrimas a través de mis ojos.

—No...—digo con un hilito de voz.

Gael levanta la mirada y me dirige una mirada que me rompe el alma. No puede ser. No tan al norte.

Camino hacia la puerta de la habitación y entro. Pan está dentro, y sé que él no sabe nada, ya que está sonriendo. No sé cómo es posible, pero eso me rompe aún más.

Fuerzo una sonrisa para el niño, saludándole con la mano, él me devuelve ambos gestos. A simple vista no parece que esté sufriendo ningún cambio.

Me acerco a él, y Pan me toma la mano e intenta enseñarme algo que ha escrito en un cuaderno, pero no comprendo lo que pone, y tampoco estoy en condiciones de centrarme en ello. Le pongo la mano en la cabeza y empiezo a acariciarle el pelo. Cuando separo la mano, veo que el pelo sigue en ella.

(Andy)

Estoy observando al grupo de entrenamiento de Moha cuando Wilson aparece detrás de mí, dándome un susto de muerte.

—Hola, capitán—saludo, exagerando un poco la solemnidad. Sinceramente, ahora mismo preferiría estar solo.

—Hola, Andy—dice con voz cansada. Le miro un momento a los ojos mientras contempla el sol ascendente. Percibo algo de preocupación en su mirada, pero desaparece tan rápido como ha aparecido.

— ¿Está bien?—pregunto, más que nada por cortesía—. Parece cansado.

—Tal vez ya me esté haciendo viejo—dice. A la luz de la mañana, no parece tan viejo, aunque no sé cuántos años tiene—. Pero olvidémonos de eso. ¿Sigues queriendo ser útil, Andy?

—Más que nada—afirmo con seguridad.

—Bien. —Se vuelve hacia mí, y me mira serio—. He hablado con O'Connor, y dice que necesita alguien que le ayude con su trabajo. Me ha dicho expresamente que quiere que ése seas tú.

La Edad de Arena 2.- El Viaje.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora