Aragorn no podía creerlo. ¡¿Más orcos?! Tiró con fuerza de su espada para sacarla del abdomen de un orco. ¿De dónde vienen?
Los orcos llegaban desde todas direcciones y sería imposible evadirlos a todos pero Aragorn no pensaba rendirse. Balanceaba la espada y golpeaba sin descanso, saltaba y daba patadas. Sin embargo, sus movimientos eran cada vez más desesperados según aumentaba el número de enemigos.
Aragorn cayó hacia adelante cuando lo golpearon desde atrás y perdió la espada en medio de la confusión. Se giró hacia arriba sin perder el tiempo y se preparó para enfrentarse al orco con las manos vacías, pero antes de que sus puños contactaran con él, una flecha apareció de la nada y se clavó en la fea cara que se balanceaba sobre él. Más flechas caían, golpeando a los orcos que estaban a su alrededor.
Aragorn supo sin verlo que su amigo había venido en su ayuda. Tras quitarse de encima al orco de una patada, el hombre se puso en pie de un salto, recogió su espada y empezó a luchar otra vez. Poco después, luchaba codo con codo con el príncipe elfo.
"Qué lujo tenerte aquí –gruñó-. ¡¿No te dije que te marcharas?!"
"¿Qué? ¡¡¿Para que tú te quedes toda la diversión?!!" –respondió Legolas sin dejar de blandir sus cuchillos gemelos ahora que se había quedado sin flechas.
Los dos amigos luchaban desesperadamente, cubriéndose las espaldas, pero los orcos se enfadaban cada vez más al ver que no podían traspasar la defensa de los dos guerreros.
Sin embargo, los orcos seguían teniendo ventaja numérica y lo inevitable sucedió. Aragorn acababa de clavar su espada en el corazón de un orco cuando se encontró en el suelo de espaldas, sintiendo un dolor intenso en el muslo. Miró hacia abajo y vio un corte que sangraba abundantemente.
"¡Estel!"
Legolas se colocó sobre él para mantener a los orcos alejados, pero las criaturas eran demasiadas y el ágil elfo no podía vencerlos a todos. Con la vista borrosa, Aragorn vio, horrorizado, cómo los orcos saltaban sobre el príncipe a la vez.
Y luego todo se oscureció...
No fue un buen despertar, pero lo hizo. Aragorn se dio cuenta de que estaba en la cabaña, con las manos encadenadas sobre su cabeza y los brazos estirados soportando todo su peso. Los orcos le daban una paliza, riéndose con salvajismo.
Cuando vieron que abrió los ojos, los orcos se detuvieron. Uno de ellos se acercó y lo sujetó brutalmente por la barbilla.
"Despierto, ¿eh?"
Aragorn apretó los dientes para soportar el dolor.
"¿Qué te importa?"
Los orcos se echaron a reír y a aullar, pero el orco que le había hecho la pregunta se enfureció. Le dio un puñetazo en el abdomen, haciendo que el hombre se doblara hacia adelante sin aliento, pero lo soportó en silencio, jadeando.
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Aguas Turbulentas
FanfictionAragorn se entera de la peor forma posible de lo que ha sufrido Legolas por jurar protegerle... Y la peor pesadilla de Legolas regresa para llevárselo