Hera miraba unos papeles sobre la mesa de la oficina de reunión de la Torre Stark mientras esperaba al resto de sus compañeros sin dejar de balbucear molesta. Tenía el pelo hecho un desastre sostenido en un débil moño, el vestido había sido suplantado por un conjunto de ejercicios que Tony le había prestado mientras que esperaba el regreso de Steve con ropa propia. El grupo comenzó a hacer su llegada a la habitación, provocando que la castaña levante la mirada de lo que hacía. Cada uno se acomodó en su lugar alrededor de la mesa esperando a la larga charla que tendrían por delante. Hera tomó sus cosas y se posicionó junto a la pantalla cuando vio a todos sus compañeros presentes.
-Como saben, Vladimir nos robó hoy a la madrugada, ahora tiene en su poder dispositivos llamados aturdidores los cuales serán amablemente descritos por el doctor Banner – Dijo la morena sentándose mientras observaba a Bruce, que se puso de pie algo vergonzoso.
-Los aturdidores son similares a los mecanismos del traje de máquina de guerra. Generan jaquecas en los alterados, pero en estos nuevos prototipos son más intensas, podrían matar a toda una manada de elefantes adultos en menos de cinco segundos.
-¿Por qué querrían algo como eso? ¿Qué ventaja les traería exactamente? – preguntó algo confundido el Capitán América que estaba sentado junto a Hera.
-Nos quieren fuera de juego – dijo la morena mirando a Maximoff. – a ella posiblemente la dejen tirada, pero Vladimir quiere estar muy seguro de que veré como los hace sufrir, ¿qué mejor que una máquina que me dejará comiéndome los mocos pero consciente?
-Para nuestra suerte y de la come mocos, podemos crear dispositivos que protegerán nuestras ondas cerebrales – comunicó Tony con una sonrisa fanfarrona.
-Mientras tanto debemos vigilarlos de cerca y avanzar con cautela.
Friday habló interrumpiendo la conversación para avisar al señor Stark que un hombre los esperaba en la sala. Así, todo el grupo salió apurado temiendo otro ataque, pero en su lugar, Hera soltó un grito de emoción acompañado de lágrimas al ver a Henry esperándola con una pequeña sonrisa que acompañaba a todo su rostro magullado. La joven corrió a abrazar a su salvador y amigo mientras ambos lloraban diciendo cosas atropelladamente.
-No puedo creer que estés vivo – decía Hera acariciando su rostro con cuidado mientras él le contaba todo lo que había sucedido.
-Me escapé, pero ahora ya no estoy tan seguro de si fue exactamente un escape, fue demasiado fácil. Ahora estoy asustado por lo que pueda pasar, seguí los destrozos y los restos de tu energía hasta aquí – El albino sonrió a su amiga. – no puedo creer lo mucho que has progresado con tus habilidades y la hermosa familia que tienes.
-seguí tu consejo y no me rendí ante nada – dijo riendo mientras lloraba la joven frente a él.
-¿Me presentarás al joven que se robaba tus suspiros o tengo que encontrarlo yo? – la carcajada de Hera fue puramente sincera mientras se volteaba al equipo y presentaba a su amigo oficialmente con todos.
Caída la noche, luego de que Tony enviara todos sus proyectos y trabajo hacia el complejo vengadores, el equipo estaba trabajando en la base. Habían decidido por seguridad, estar todos juntos. May Parker se quedaría en la torre junto con Pepper y Felicia, por su propia seguridad y serían vigiladas constantemente.
A la hora de la cena, Hera llenó su plato de la cafetería y decidió cenar sola en azotea, así que disculpándose, se escabulló fuera de la gran sala. Ascendió los peldaños tarareando una canción y al abrir la puerta, respiró el aire fresco de Nueva York. Cerró la puerta y cuando se acercó al bordillo divisó que alguien ya había ocupado su lugar.
-espero no te moleste que me siente contigo – dijo la morena con una sonrisa cuando Peter se volteó al escuchar su voz.
-Para mí será todo un placer – el muchacho sonrió.
Hera se sentó junto a él, mientras conversaban y cenaban. Cuando no hubo más palabras, el silencio se volvió tranquilo entre ambos, que se miraban sonriendo. La morena algo nerviosa recostó la cabeza en el hombro del chico, dejando su mano muy cerca de la de él, que la tomó entre las suyas dándoles un poco de calor.
-Tus manos están muy frías – susurró Peter acariciándolas y llevándola hasta sus labios para tratar de entibiarlas.
-Están desoxigenadas – comentó la joven viendo atentamente qué es lo que hacía hasta que su mirada se detuvo en sus labios unos segundos y volvieron a los ojos del chico, y sin un atisbo de arrepentimiento, ambos se acercaron lentamente hasta casi rozar los labios.
Hubiese sido el beso perfecto, de no ser por el ruido de una frenada brusca en la puerta del complejo, por lo que ambos se asomaron preocupados y tratando de ocultar sus mejillas sonrojadas.
-Es el auto de Wanda – dijo Hera con la mirada histérica porque no podía ver las condiciones en las que bajaba su mejor amiga del auto, así que salió corriendo en dirección a las escaleras que la llevaría con ella. Fue seguida muy de cerca por Parker, pero lo que ambos vieron al llegar a la sala principal los dejó helados.
Frente a ellos, sentada con una curación en la frente, se encontraba Gwen Stacy que aceptaba un vaso con café de parte de Natasha Romanoff. Wanda daba explicaciones de que la había chocado porque la rubia accidentalmente había cruzado la calle en rojo. Peter parecía a punto de tener un colapso observando a la joven frente a él, mientras el corazón de Hera se hacía pedazos.
-¿Gwen? – la llamó el castaño y en cuanto la joven lo vio, se arrojó a sus brazos contenta de verlo.
Esto provocó que las lágrimas cayeran por las mejillas de Osborn y por primera vez en muchos años, deseó estar realmente muerta. Henry lo notó y se acercó a abrazarla mientras le rogaba que se tranquilizara, arrastrándose fuera de la habitación.
ESTÁS LEYENDO
La Chica Osborn: La Cacería. -PAUSADA-
Fanfiction|Segunda parte de La chica Osborn| Qué pequeño es el mundo. Cuando crees que lo sabes todo porque confías en lo que tus ojos te muestran, un solo momento en tu vida puede cambiar, todo. Nada es lo que parece, y en estos tiempos, debes asegurart...