Baliza

þrettán

"Mingyu no se ha presentado durante varios días a clases. Pero es compresible, por lo que los maestros no se inmutan, mas ofrecen el apoyo necesario que pudiese requerir. Sin embargo esa mañana se muestra de nueva cuenta; con el cabello revuelto, ojeras grandes y rasguños en sus brazos (cosa que evitaremos cuestionar) Toda su presencia es algo pesada, ya no tiene esa sonrisa que muestra un colmillo que arrancaba los suspiros de los estudiantes, ni el cuerpo cuidado del jugador coqueto del equipo. Es todo lo contrario, es depresión expuesta en un rostro que fue atractivo, aquel que era un sinónimo de alegría. Ya no es, lo fue y duda serlo en un futuro ¿Qué sentido tenía de cualquier manera? Y no es que le detesten, pero todos se apartan de su camino, temerosos a represalias. Como si tuvieran la culpa de las cosas que han sucedido. Cuando claramente ha sido cosa del destino, algo que estaba prescrito desde un tiempo inmemorable. Que Mingyu no capta por el dolor recorriéndole por cada poro de la piel ¿Al menos tenían una idea de su pesar?

Lo ve, le encuentra con una tranquilidad que le resulta un insulto a como él se consume, tiene esos pensamientos adolescentes surgiendo con una fuerza renovada –Nadie lo sabe, nadie me comprende-. Esta con Seunghoon, charlando en voz baja y sabe que esa es su meta al levantarse de su cama por esa mañana, aquel impulso que lo llevo a enfrentarse a las calles vacías, miradas que juzgan y cotilleos a su alrededor. Seungcheol lo alcanza tomándolo del brazo, con una Heejin que mira desde lejos ¿Acaso lo golpeara para que se salga de su camino? Mingyu la ve, recuerda los buenos tiempos y llora, dejándose acurrucar por los brazos de su amigo. La nostalgia le invade en esos momentos, esperando despertar del sueño, pesadilla. Heejin pasa una mano por su espalda como si con eso le dijera –Aquí estamos- está agradecido, pero no dirá palabra alguna, al no encontrar las adecuadas"

Taehyun ha preparado sus maletas, sin comentarle a nadie acerca de su decisión (cabe recalcar lo desgastada que se encontraba su relación con Rosé). Quizá tuvo una conversación rápida con su madre, pero ella seguía molesta al respecto ¿Por qué siempre hacia las cosas de esta manera? Nam se siente un tanto decepcionado al respecto. Supone que no es tan complicado comprenderlo como le gusta creer a los demás. Haciéndose todas esas ideas de que era un chico de lo más misterioso, cuando solo se trataba de un joven amante del arte, sobre todo la literatura, que notaba detalles en los que no prestaban mucha atención, pero ahí estaban. Es humano, demasiado, probablemente sea ese hecho por el cual resalta entre las personas. Porque siente, cada textura, las miradas, palabras, todo manifestado en señales que en ocasiones le hieren al sentirse tan expuesto.

—Quisiera hablar contigo — su madre abre la puerta, asomando apenas la cabeza — Estuve pensando en todas esas cosas que me dijiste anoche.

—Está bien. De cualquier manera me conoces, sabes que cuando tomo una decisión es difícil hacerme cambiar ¿no? — sonríe de lado. Con un ademan de la cabeza la invita a pasar.

—Supongo que siempre has sido mi niño brillante — sacude sus cabellos con la palma de su mano. Taehyun se siente un tanto apenado por su tacto —Quisiera que comprendieras. Eres mi único hijo, todo lo que tengo y me cuesta trabajo dejarte ir. Siempre te veré como un bebe, mi bebe. —Suelta una risita al escucharse a ella misma. Su hijo ha crecido, además de que es claramente alguien excepcional — He resuelto esto... que debo dejarte ir ¿Al menos me visitaras? Todo esto es de lo más extraño.

—Nunca declare que quisiera dejarte por completo. Sólo que es necesario que tome esta decisión, pero nunca olvidare de donde vine — se aproxima dando unos pasos cautelosos. Se coloca ante su madre, le toma las manos apretándolas en una muestra de agradecimiento — Regresare, te traeré buenas nuevas y charlaremos amenamente ¡No lo dudes!

—Te quiero, Taehyunnie — el mencionado hace una mueca extraña —Siempre serás mi bebe, no puedes simplemente zafarte de mí. Solo déjame hacer esto por hoy, el último día que estarás aquí, viviendo conmigo. — sin previo aviso, alza sus brazos para darle un abrazo a su querido hijo.