Yamato×Tsukumo

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Pareja pedida por: Censura-chan139

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"La recompensa por entrenar"

El de rosados cabellos cayó rendido al suelo de aquel campo. Estaba sudando y jadeando, esa vez el entrenamiento había sido muy duro en comparación a otros días. Sabía que para ser un ninja debía de trabajae duro, pero aquello fue mucho. No quería levantarse y por nada del mundo lo haría

-¡Tsukumo! -su supervisor de negros cabellos se aproximó a él rápidamente para socorrerlo

Retiro lo dicho. Solo con escuchar su voz logró recuperar fuerzas y volver a levantarse, con dificultad y tambaleándose, pero lo hizo por él, porque sabía que él en verdad le tenía fe y lo trató de un modo tan amable, en verdad le quería. ¿como no iba a terminar enamorandose de aquel hombre?

-estoy bien -dijo el ninja limpiandose el polvo de su traje cabizbajo

Sintió como la mano de su superior de posaba en su hombro, casi en su cuello, levantó la mirada y se encontró con aquellos ojos que le volvían loco con tan solo imaginarselos

-¿seguro? -preguntó el supervisor adjunto no muy convencido

-s-sí -sentía su rostro calentarse y agradecía el tener puesta su máscara

-ese fue un golpe muy fuerte -comentó con una sonrisa- pensé que podrías soportar éste entrenamiento, disculpame -se rasco la nuca

-no se disculpe, fui yo quien le pedí subir de nivel -le calmó el menor con una sonrisa un poco forzada

-lo sé, pero se suponía que esto lo disfrutarías -se cruzó de brazos el mayor para después suspirar- bueno, lo dejaremos hasta aquí -dijo para después tomar al menor del brazo y escoltarlo a su celda

Tsukumo no podía estar más feliz por estar junto a su platónico y que este le tomase del brazo y se veía que por veces su mano bajaba un poco con la intención de tomar su mano, para que después, a los segundos se acobardase y volviera a subir. Podría estarlo malinterpretando pero en esos momentos no le importó, solo quería ser feliz

~●~

Como cada mañana, Yamato iba a la celda del ninja para llevarlo a entrenar, y este siempre se encontraba ya listo, esperándole en la puerta.
Iban caminando por aquel larho pasillo que les llevaría directo al campo de entrenamiento. Ese día el supervisor iba más callado de lo normal y eso extraño al recluso, quien decidió romper el silencio

-¿Qué haré hoy? -preguntó

-lo mismo que ayer -respondió no muy seguro

-muy bien -dijo el menor, aunque por dentro no quería.

No no no, ya vieron como lo dejó ayer a mitad de entrenamiento. No quería pero lo iba a hacer, todo sea por su sueño y por él

-¿crees poder acabar hoy el entrenamiento? -preguntó Yamato

-no lo creo, pero haré lo posible por llegar más lejos que ayer -dijo con determinación

-¿sabes? Haremos algo -paró en seco el mayor

-¿qué cosa?

-quiero que hoy acabes el entrenamiento y, si lo logras, te prometo que te daré una recompensa, la que tú quieras -sonrió- menos tu libertad, ya sabes, cosas posibles -rió- ¿qué dices?

Cualquier cosa... ¿eh? Os juro que se podía escuchar el "puta que oferton!" Por parte de Tsukumo. Bajo su máscara estaba sonriendo ampliamente y el mayor podía ver un brillo inusual en sus ojos

-¡hagamoslo! -exclamó decidido

~●~

Ya habian pasado media hora desde que comenzó el entrenamiento y todos miraban asombrados al pelirrosa quien iba con todas sus energías en cada ejercicio que se presentaban. Se veía cansado sí, pero siempre iba con su amplia sonrisa

Los guardias de otras alas le miraban impresionados. Uno de ellos, el mono, volvió a ver al guardia acargo de aquel recluso

-¿qué le hiciste para que ahora esté así? -preguntó el de menor estatura

-solo le dije que si completaba el entrenamiento le iba a recompensar con lo que él pidiese -respondió con una sonrisa sin apartar la mirada del ninja

-¿¡qué!? ¿¡Cómo se te ocurrió hacer tal barbaridad!? -exclamó Kiji histérico intentando no arrugar mucho el ceño

-¿a qué te refieres? -preguntó sin entender el azabache

-¡¡seguro te va a pedir cualquier idiotez como lo hicieron los de la celda 13!! ¡¡seguro se le pegó algo de esos mocosos malcriados!! -chilló

Ambos guardias, del ala 5 y 2, vieron como el rostro del supervisor adjunto cambiaba drásticamente y aquella sonrisa se transformó en una mueca de disgusto

-hazme el favor y no lo compares con ellos, él es diferente -habló seria y fríamente

Aquello dejó helado al guardia de gustos exóticos y lo cayó inmediatamente, mientras Samon le miraba un tanto asustado. Aquel tono no lo miraban muy seguido, no no no, no lo habían escuchado en él, no en aquel hombre tan alegre y despistado
Yamato siguió observando a su recluso quien por nada del mundo se detenía. Corría y corría sin cesar, como si fuese lo último que haría. Vio como en un momento cayó al suelo y rápidamente se volvía a levantar y volvía a correr. El azabache sonrió. Aquello era lo que mássle admiraba a aquel preso, su resistencia

Luego de más de media hora el entrenamiento llegó a su fin y Tsukumo seguía de pie, sudando como si no hubiese un mañana y jadeaba fuertemente, aun así tenía una sonrisa
Vio como llegaba corriendo su guardia con una sonrisa de par en par. Tsukumo alzó la mano en señal de saludo, mano que quedó en el aire. Sintió como el mayor rodeaba su torso con sus brazos fuertemente

¿era aquello un sueño? ¿en verdad aquello le sucedía? ¿era real aquel abrazo?

-Ya-Yamato-o... -susurró con sus mejillas calientes. No sabía si era por el ejercicio o por sus alocados sentimiento- e-estoy su-sudando

-no me importa -susurró abarazandole con más fuerza por unos segundos más antes de separarse de él y tomarlo por los hombros- vamos, te llevaré a tu celda -sonrió

Tsukumo asintió y fue escoltado por el mayor a su respectiva celda

El azabache no escucho ninguna palabra por parte del menor, solo sentía un aura que él expulsaba de sus poros, era alegría en el aire convinado con un leve nerviosismo

Luego de unos minutos llegaron a si destino, la celda 5 del ala 13. Tsukumo entró seguido de Yamato. El lugar estaba vacío, solo ellos estaban presente

-Yamato -llamó el menor

-¿si?

-¿fue real tu promesa? Me refiero a la recompensa -levantó la mirada y le vio a los ojos mientras se bajaba su máscara

-claro que lo fue -respondió seguro- dime qué es lo que deseas como recompensa

-un beso -respondió apenas el otro había acabado de hablar- solo un beso, por favor

Yamato le miró sorprendido, pero no pudo negarse. Sonrió paea después acercarse a él y tomar su rostro entre sus manos, obligando a verlo. Analizó el rostro contrario, aquellos ojos dorados y el sonrojo adornando sus mejillas. Sin avisar nada se deshizo de la distancia entre ellos y unió sus labios en un largo y cálido beso
Ambos jurarían que estuvieron en el cielo juntos con aquel beso. Se sentía tan bien aquel contacto entre ellos

-Ya-Yamato... -susurró al ya no sentir esos labios sobre los suyos

-si quieres vovler a repetirlo -comenzó a hablar el mayor- tendrás que volver a ganarte mañana tu recompensa por entrenar -rió

-oh claro que lo haré

-FIN-

Nanbaka/One-shots [YAOI]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora