Elf×Jyugo

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¿saben? ¡estoy feliz! No sé si decirles los motivos pero sí quería decir que estoy tan feliz que les daré dos historias

Tal vez en la siguiente me animo a contarles mis alegrías que debía tener mañana

BUENO, espero les guste la siguiebte mierda

ADVERTENCIA. Escenas sexuales fuertes entre hombres

●~~~●~~~●

"Los juguetes no... "

-pa-para-a ¡a-ah! -sollozaba el azabache mientras un dolor agudo atravesaba toda su espina dorsal

-cierra el pico -le susurró el rubio con crueldad al tiempo que aumentaba la velocidad de las embestidas

No había mucho que explicar más que aquel japonés estaba siendo violado por Elf, y no del típico modo cruel, aquello ya era pasarse del morbo. Cuchillas estaban clavadas en sus manos sobre su cabeza, inmovilizandole, su piel tenía varias heridas de las que brotaba sangre, líquido que era limpiado por la larga lengua del rubio.
No pasó mucho antes de que Jyugo sintiera como su ano era embestido con fuerza, lo cual le desgarraba todo su ser.

-po-or fa-favo-or... ¡de-etente! -volvió a pedir Jyugo mientras más lágrimas brotaban de sus ojos

-¿qué fue lo que te había dicho? -habló con ronca voz sin detener los fuertes vaivenes

-du-uele...

-¿Qué fue lo que te dije? -volvió a preguntar aumentando la velocidad de las embestidas

-ngh... lo-os ju-uguet-tes no-o ¡ah! se-e queja-jan -murmuró con dificultad

El sentirse su dueño, el hacer que dijera lo que quería escuchar, el tenerlo como lo tenía ahora, sólo lo excitaba mucho más. Embestia y embestia mientras se deleitaba con los dolorosos gemidos del azabache.

-gime mi nombre -ordenó el rubio

-E-Elf ¡a-ah! -gimió con dolor- te-termina ya-a -pidió

-no no no, juguetito, tenemos para mucho más

~●~

Los asquerosos rayos del sol le fueron a dar a la cara, lo cual le despertó de la peor manera. Abrió sus ojos y vio su celda, a sus amigos y no a... Elf.

Esperaba que fuese una pesadilla, mas no fue así. Un dolor agudo recorrió su parte trasera al sentarse. Todo su cuerpo dolía, pero ¿qué más da? ya se había acostumbrado después de varios meses.

Aún no sabía como acabó en eso, solo sabia que el rubio le destrozaba el cuerpo y la mente. Ya no sabía si era real o no al ver su cuerpo sin moreton alguno, pero el dolor le indicaban otras cosas.

En cierta forma, quería que aquello acabara, que le dieran su libertad o su muerte. Pero no quería seguir con aquella tortura que no estaba escrita en su sentencia. Su mente caía por el borde de la locura, su autoestima ya había caído hacía bastante.
¿solo era un juguete?
¿algo que solo se ocupa cuando se quiere y cuando se aburre lo dejan?
¿o era menos?
¿qué era en realidad?

Maldecia el día en que conoció a aquel monstruo. Ah no, él también lo era ¿o no?

Bueno, eso era lo que Elf decía

~●~

Al caer la noche, Jyugo supo que ya vendría por él, aquel ser tan malvado que hacía de sus noches un infierno. Estaba recostado en su funda, la oscuridad le rodeaba. Tomó aire y lentamente cerró sus ojos, esperando caer en un profundo sueño, mas no fue así.
Los abrió de golpe y se encontraba en la azotea del sitio. Se incorporó y vio frente a él, dándole la espalda, a aquel demonio de rubios cabellos. En ese momento, comenzó a temblar el azabache, tenía miedo, siempre lo tenía, pero ahora sentía un mal presentimiento.

-buenas noches, juguetito -saludó Elf dandose media vuelta y mirando a Jyugo con lujuria, una mirada de la que el japonés aun no se acostubraba

No articuló otra palabra cuando se abalanzó sobre el recluso y comenzó a morder su cuello y despojarle de sus prendas. Jyugo solo reprimia gemidos dolorosos. Los afilados dientes del rubio bajaron a morder los botones rosados y suaves del contrario mientras sus dedos yacían en el ano de este. En esta ocasión estaba mucho más caliente

-ca-calmate, E-Elf... -pidió Jyugo

-no hables -ordenó el rubio mientras simulaba embestidas con los tres de un solo

-po-or fa-favo-or... -volvió a pedir mientras veía como el contrario se desabotonaba el pantalón y comenzaba a bajarselos.

-¿qué fue lo que te dije? -preguntó molesto

-E-Elf... po-por fav-

-¿qué te dije? -volvió a preguntar

-los juguetes no piden... -susurró antes de sentir aquel miembro viril ingresar de forma violenta en su interior

Las embestidas no se hicieron esperar por mucho. Elf era una bestia que necesita descargarse con él, que necesitaba volver a sentirse como su dueño.
Jyugo seguía reprimiendo sus gemidos y trataba de ignorar todo dolor, mas le era imposible, pues también sentía las garras del contrario clavarse profundamente en su piel. Sentía que sería desgarrado por dentro, sentía que moriría en aquel momento
No le bastó con llegar al climax pocos momentos después, sino que solo le cambió de posición, de cuatro y siguió embistiendo salvaje mientras estimulaba el miembro del menor con fuerza mientras este gemia.

~●~

Su respiración estaba inquieta. Trataba de recuperar el aliento, allí en el piso mientras el rubio estaba de pie y miraba el oscuro y mágico paisaje que rodeaba la prisión.
Jyugo, con sumo cuidado, se incorporó y se acomodó sus prendas, esperaba caer inconciente en ese momento, mas aun estando exahusto, sus párpados y su mente se negaban a dormir.

-E-Elf... -llamó Jyugo- ¿por cuánto tiempo más durara esto? -se atrevió a preguntar

Hubo ptro momento de silencio cuando Elf se digno a mirarle

-hasta que yo quiera, juguetito -contestó- y no te atrevas a quejarte, porque sabes que hay vidas entre mis manos

-FIN-

Nanbaka/One-shots [YAOI]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora