Te cuento mi historia

¡YA!

09-04-2017

El cumpleaños de la abuela es un evento importante para toda familia, nadie debe de faltar, en especial cuando se corre el riesgo que la única abuela pueda tener cáncer en la tiroides.

Pues ayer festejamos su cumpleaños. Se la rifaron. Me gustó mucho como fue el festejo, vinieron familiares de Celaya, Guanajuato, la tía súper buena onda que encaja perfectamente con tu humor y las otras tías que no veíamos desde tiempos memorables.

Platicamos sobre los comentarios que hicimos en la boda de mi tío, de como la familia es muy sincera y burlona, algo sarcástica y una que otra anécdota.

Todo iba perfecto hasta que al inteligente de mi padre se le ocurrió seguir tomando, hasta el mariachi se dió cuenta de lo pedí que estaba.

La psicóloga dice que no debemos de comentar los problemas de los demás, pues no son nuestros y, seamos conscientes, a nadie les​ importan más que para echar el chisme.

Ahí estaba, súper borracho, contando lo que pasaba en casa y hasta insultó a la abuela... Yo solo quería decirle: "Piensa en tu mamá, ¿qué pensaria de título si tan solo estuviera aquí? ¿Qué diría de título si te viera llegar así a su casa? Seguramente se pararía, algo que no podía hacer por largos ratos, y te golpearía con su andador..." Dios, sentí tanta lástima, no sabía que hacer, se puso de necio y no podía insultarlo y créeme, me sobraban los insultos.

En esa casa son estrictos, no puede haber un mal lenguaje de parte de los menores; la abuela decía que nos quedáramos... Hasta cree que queríamos quedarnos... Yo quería que me tragara la tierra.

Yo no lloro, bueno, todos lloramos, algunos más que otros y yo casi no lo hago. Me vieron derramar lágrimas, solo unas pocas, en el coche no paraba... Andrea dijo que él mencionó que quería morirse... Sin una buena estructura la construcción cae...

Haces falta... Hacen falta... Todos queremos estar con ustedes... Los quiero.