Trato no deseado

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Finalmente me canso de correr, llego hasta el borde del edificio, veo una escalera, bajó del techo con esta y me quedo a descansar en el piso de un callejón.
Observo a todas partes buscando el edificio que me dijo el hombre del hospital, camino por la ciudad cubriéndome para que la policía no me viera, miro a un edificio y allí tiene escrito: "Stone". Logro entrar al edificio, veo maravillado el lugar, encuentro una pintura bastante extraña, que tenia a un ser que se parecía a "La muerte", que tenia en sus brazos a una mujer, mi mente solo dio al instante un nombre: "La vida". La pintura se llamaba "La caída de Vida".
De repente una mano toca mi hombro, me giro rápidamente y allí estaba el hombre que me hablo en el hospital.
-Que bueno que viniste, ven acompáñame-Dice con una sonrisa amigable.
El comienza a caminar y yo lo sigo, entramos a un ascensor, ninguno de los dos dice una palabra durante el trayecto. El ascensor se detiene en una puerta, entramos en ella y había un gran departamento de suelo de piedra liza, habían un montón de pinturas de lo mismo que vi en la entrada.
El hombre me mira con los brazos cruzados apoyado en una mesa de centro, este me habla.
-Me llamo "Arthur Stone" y soy un gran empresario con un gran problema.-Dice con su sonrisa de siempre.
-¿Que clase de problema, por que me necesita?-Pregunto esperando una respuesta.
-Existe un grupo criminal que me ha causado problemas y yo quiero que los mates.
-¡¿Que?! ¡No soy un asesino!.
-Lo se, pero todo el mundo cree que si, así que te quiero como cuartada. Tranquilo yo me encargare.
-¡No voy a hacer nada de eso!
-Bueno, sabia que ibas a decir eso. Ven.-Dice guiándome a otra habitación.
Sigo a Arthur hacia el otro lugar, al entrar habían tres personas con bolsas en la cabeza, atadas y de rodillas. Arthur se pone detrás de ellos, saca una pistola de su traje de empresario y dice.
-Ben, estas personas son parte de este grupo que me causa problemas, dos tienen familia y uno es alguien, que...realmente no es importante. Ayúdame y ninguno muere ¿ok?.
-No, no quiero.
-De acuerdo...
Arthur observa a las personas, toma a la de al medio, le dispara en la nuca dejando el suelo ensangrentado, al igual que mis zapatos.
-¿Aun quieres quedarte con esa negación?-Dice mirándome como si no tuviera remordimiento.
-¡No tenías...tenías que hacerlo!
-Relajate, ese era un estúpido. Pero en cambio los dos que quedan tienen hijos y esposas. ¿A cuál crees que matare?
-¡Espera!... Aceptare, pero no los mates.
-¡Genial! Nos vamos en una hora, si quieres, liberalos.
Yo lo observo con odio, miro a las personas, les saco la bolsa de la cabeza y los dejo irse tranquilos. Me metí en un nuevo problema.

Una vida en la sombraWhere stories live. Discover now