19 de Octubre de 2012.
Alexánder.Ella es vida.
Entre más la conocía, más me enamoraba de su escencia. La había visto sonreír y no había podido quitarme de la cabeza ese rostro, la alineación que tomaban sus ojos rasgados al compás con el momento en que sus labios formaban con una curva la sonrisa más sincera que puede existir, sus carcajadas y sus locas ideas «Dios mío» yo podría soportarlo todo de ella toda la vida.
Hablaba con tanta pasión sobre sus gustos, sobre sus libros favoritos, sobre películas, yo no cambiaría nada de ella así estoy empezando a quererla, amarla y aceptarla
Hubo un momento en que no quizé hablar de mí, sólo quería escuchar su voz y ver el brillo que sus ojos tomaban al recordar las cosas que la hacen feliz. Y me hizo dichoso la emoción con la que fluían sus palabras al hablar de nebulosas, estrellas, supernovas, planetas, galaxias, entre otras cosas relacionadas con el espacio, me hizo feliz ser la persona con la que ella compartía sus sueños más profundos, realmente me hacía felíz, ella ama la vida, las historias, nuestra historia.
Y ni hablar de los gestos en su rostro cuando nos subimos a la montaña rusa, eran graciosos pero hermosos.
Al subir a ese juego mecánico, tomé su mano y la ayude a subir como Mrs Darcy a Elizabeth.
Yo había estado leyendo su libro favorito y sólo para saber quien era ese personaje literario que ella tanto amaba y del que en ocasiones hasta me ponía celoso, así que por eso tomé la decisión de leerlo para ser justo lo que ella quería. En ese momento que tomé su mano, hice la escena en que el protagonista del libro toma su mano para ayudarla a subir. Ella lo recordó, su mirada se iluminó, no dijo nada pero sonrió.
Cuándo ya estábamos en el juego, los dos, sentandos uno junto a el otro, ella tomó mi mano como si yo fuera un ancla para acabar con el miedo y los nervios que sentía allí arriba, me hizo feliz ese sentimiento que me transmitió, era algo tan sincero, sentí como ella confiaba en mí, me ví reflejado a través de sus ojos y no pude ser más dichoso por saber que nuestros sentimientos eran mútuos.
De pronto de un día a otro ni yo supe, no sé en que momento se convirtió en mi todo, yo no quería herirla y empezaba a lamentar el hecho de como es que estaban pasando las cosas y quería ser más valiente por ella pero me comporté como un cobarde después de toda la alegría que ella le brindo a mi vida.

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ELDANA
Historia CortaHay raíces de amor que por más que pase el tiempo no dejan de crecer. Durará tanto como lo quieras, incluso una eternidad. Ninguno de los dos sabe lo que pasa por la mente del otro, Elena refleja la seguridad que Alexánder nunca pudo sentir y Alexán...