-no puedo creer que Cora no se interponga en que vaya ese chico- Dean empacaba mientras yo aguardaba recargada en la puerta
-Rafael es fuerte Dean, será de ayuda- expliqué
Se ríe sin gracia- es un caído que le quedan pocos poderes, deberías sentir que su fuerza es baja- mi ánimo decayó por lo cierto de sus palabras
-lo que tiene servirá- lanza la última prenda a la mochila
-lo defiendes-
-no lo hago-
-si, lo haces- suelto un bufido cansada
-se hace tarde, te espero abajo- salí del cuarto no pudiendo lidiar con sus celos ahora, antes de saltar por el barandal escucho risas a mi lado izquierdo no muy lejos, y al voltear Mila tomaba el rostro de Rafael y le plantaba un beso profundo
salté para no hacer incomodo su momento y me reuní con mis hermanos, en poco tiempo llegó Dean y tomó mi mano pidiendo disculpas, asentí y le di un beso en la mejilla, me detuve ahí, saboreando la sensación de alivio
-echaba de menos eso-
-lo sé- sonreí
-bien, vámonos- dicta Gabriel, Rafael me alcanza y camina a mi lado
-Vee- le hablo adelantándome unos pasos para llegar a ella
-¿qué pasa?- susurra
-nada, quise venir contigo-
-si claro- ríe, hechando un ojo atrás- yo creo que huyes del ambiente tenso-
-agh- le causó risa mi reacción desinteresada pero no se quejó, me permitió seguir con ella.Llegamos al punto cero, mi hermana y yo construimos un campo de invisibilidad de por lo menos 1km, nadie podría vernos ni sentir nuestra esencia
-Bien, hay tres posibles llegadas, nos tendremos que separar- el mira a algún lado perdido en sus pensamientos
-Dean, Ada, irán al lado sur, yo me quedo aquí en norte con Rafael y Vee...-
-punto centro, entiendo- Gab se disculpa con Vee por no poder estar juntos, pero todos entendíamos que Vee tenía que estar en el centro por qué así podía sentir la llegada y controlar el campo
-vayan a sus puestos- desaparecí con Dean y reapareciendo en el lado sur notando a mis espaldas como mi hermana se tomaba su tiempo en reforzar el campo
-Azul-
-¿si?-
-¿qué pasa?-
-nada, sólo quiero que esto acabe, es todo- llega a mí y me toma de la cintura
-es algo más, te conozco- mi corazón se rompió al escuchar eso, porque..., la chica que él conoció, murió a la par con él
-es que, todos esto- hago ademán con mis manos desde el cielo hasta mis piernas- me está matando Dean, el saber que no soy lo suficientemente fuerte para protegerlos, y el saber que por mi culpa ellos, tu, están aquí-
-Ey- toma mi rostro mirándome a los ojos
-Azul, eres fuerte, y tú no eres la culpable, nadie lo es, ellos están aquí por que te aman, y harán lo que sea para que consigas lo que mereces, felicidad- respiro profundo obligando a mi cuerpo mantenerse de pie
-no puedo perderte, no de nuevo Dean- me abraza con fuerza, besando mi frente
-nunca me fui, y nunca me iré- tomados de la mano miramos a lo lejos, esperando alguna señal de cercanía.Me desperté difícilmente, mis párpados pesados pero la vista luminosa me obligó a abrirlos por completo; yacía sentada en césped, rodeada por árboles cuyas ramas se entrelazaban unas con otras sin dejas espacio, vi un venado, color blanco, me observaba, cuando me levanté él comenzó a irse, y por alguna razón lo seguí; mirando a mis lados como flores iban abriéndose, y ases de luces pasaban en un abrir y cerrar de ojos.
Llegamos a una cueva, el venado había desaparecido, así que supuse que se adentró a la cueva, e hice lo mismo, activé mi visión nocturna para poder buscarlo más fácil, pero pareció una eternidad mi caminata, en busca de un estúpido venado
-¿donde estás?- pregunté a la nada, entonces lo veo, troté hasta el pero me detuve en seco al notar que su sombra se iba desformando hasta llegar a la figura de una mujer
-pero que- en un instante ya estaba en el suelo, mi cuello siendo aplastado por un pie descalzo, di un codazo en la pierna, consiguiendo tiempo de incorporarme, la chica lanzó un golpe a mi cara, el cual esquivé plantando en seguida un golpe en su estómago, pero pareció no causar daño alguno
-¿que eres?- ella volvió a atacar una y otra vez sin detenerse, logró tirarme al piso después de todo, mientras me cubría el rostro con los brazos busqué una piedra cerca, y la vi, dejé que me golpeara para alcanzar la piedra y arremeter en su rostro, sentí un líquido en mis dedos, pero no perdí tiempo y salí corriendo de ahí, esperando fuera de la cueva para verle la cara
-¡sal maldita, que esperas!- unos ojos verdes distinguí en la penumbra de la cueva, y poco a poco la mujer se acercó, saliendo por completo a la luz, desnuda
-no- ella sonríe satisfecha con mi reacción, llevaba una cortada profunda en la ceja derecha, y la sangre escurría por su piel morena hasta la barbilla
-¿porque?- anonadada por quién era no pude esquivar por completo el ataque que dió, sentí la fresca sangre manchar mi blusa de mi costado izquierdo, caí de rodillas con las manos en la herida, me hirió con plata
-morirás- giré mi cabeza para verla acercándose con la daga en alto, se detuvo a pocos centímetros de mi, arrodillándose para tomar mi cabello y jalarlo hacia atrás, sintiendo la punta del metal perforar mi cuello, grité por el ardor que se empezó a formar en mi garganta
-¡Suéltala!- caí boca abajo al césped mojado por la lluvia repentina, desde mi postura miré de reojo a Rafael peleando con ella, azotando su cabeza contra un tronco, tomó la daga que estaba a sus pies y me miró, me sentí mal por él, por tener que hacer esto, en sus ojos vi furia, pero no sabia por qué, al ver que se comenzaba a levantar encajó la daga justo en el corazón, desapareció ahogándose en su dolor. Rafael corre a mí y me toma en sus brazos, acariciando mi mejilla
-despierta amor, despierta- cerré mis ojos y sentí mi cuerpo más pesado de lo anteriorVolví a la realidad.
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Entre la Vida y la Muerte
Roman d'amourYa nada es igual, Ada cambió drásticamente. Ella y sus hermanos viajan a una misión peligrosa en la cual se enfrentarán contra nuevos enemigos y por ellos existirá una tregua. Y cierta persona de hace milenios vuelve a aparecer en las vidas de Gabri...