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Flotaba por encima de la punta de un pino
Me quedé quieta, observando cómo el cielo cambiaba de colores hasta volverse oscuro e iluminado por la infinidad de estrellas y la luna medio llena
Había dejado de llorar por la fuerza, mi rostro poco a poco ya no se sentía entumecido e hinchado
Pero mi aspecto no quitaba el hecho de que la culpa me carcomía, la nostalgia y la ira
Me sentí como una novata, perdí el control de mis poderes, tan solo de tocar un segundo un tronco se hizo cenizas, mi cabeza dolía por la visión de la luz llegando a mis ojos, y a pesar de todo eso estaba ahí, mirando a la nada

Recuerdos...

Y más recuerdos...

Las risas, los besos, e incluso las pequeñas discusiones por celos, lo extrañaba, la forma en que me aceptó, tal y como soy, sin poner un pero, sin miedo en sus facciones, era el único que me aceptaba así
Y por mi culpa murió... dejé que ese hechizo acabara con él

Mis alas desaparecieron y caí, intente que reaparecieran pero no me obedecían
Estaba lista para sentir el golpe, incluso morir

-wowo wo- escuché a Rafael murmurar antes de caer en sus brazos, me miró
-hola cariño- su cambio de ánimo conmigo me confundió, me bajé de su agarre y me comencé a alejar
-Oye, ¿ni un gracias?- me grita
Escucho sus pies golpeando la tierra
-no tenías que salvarme- le respondo enojada
-algunos no son tan privilegiados como tú- me frené con fuerza al escucharlo repetir lo mismo que yo le dije
Me giré y me crucé de brazos
-¿que quieres?- pregunto, mostrándome desinteresada
El deja salir un suspiro, mientras sus hombros se relajan
-quiero contarte una...historia-
-tengo 18, no 13 como para andar escuchando historias- el se ríe
-basándome en tu estatura y en tu rostro, la forma en que te comportas...si, yo diría que pareces de las que escuchan historias- se da la vuelta y parece ir al tronco cerca del lago
-¿a donde vas?- pregunto para corroborar
-a sentarme, me duelen las malditas piernas- mis piernas se movieron sin recibir órdenes y cuando llegué a él me senté manteniendo una distancia aceptable

-es una linda vista- comenta, me hice el cabello de lado nerviosa
-la historia, rápido- el asiente y se muerde el labio inferior

-fue...hace como, más o menos un siglo. El gran jefe me mandó a matar a los caídos, en ese entonces era un grandísimo idiota...-
-¿eras?- pregunté sarcástica
-de acuerdo, esa parte la conservo, pero me refiero a que me daban la orden y la hacía, nunca pregunté ¿porqué?, no tenía piedad, mis manos están manchadas con la sangre de demasiados inocentes seguramente. Pero fue cuando...la vi, estaba sucia, y se hacía pasar por méndiga, pidiendo algo de comer, no sé cuál fue el motivo de que no la maté al instante, usaba la excusa de que no sería correcto que los mortales la vean morir de la nada-
-que gentil- dije sarcástica, y me mira, pero solo brevemente
Se le queda viendo al lago
-fue una excusa terrible, e matado sin importar lo que vean. La seguí, y cuando entró a una casa dejó la puerta abierta, pensé que era una descuidada por eso, entré, y ahí estaba, como esperándome. Ella se fue tranquila, como si solo hubiera visto un fantasma, ¡se había metido a bañar!, joder, eso me volvió loco, cada caído, huye cuando siente mi presencia, y ella...ella parecía notarme, pero no temerme- comenzaba a encontrar una conexión
-me hizo tantas preguntas, y yo a ella, hasta que entablamos una conversación, cada vez que reía o sonreía, hasta cuando se enfadaba conmigo lucia increíble...-
-te enamoraste de una caída- concluí sin sorprenderme, y él asintió
-fue la única vez que mentí, mentí sobre ella, yo dije que la había matado, continúe mis misiones y cada que terminaba iba a verla. Pasaron los años, y por fin me había armado de valor para pedirle que se casara conmigo- hace una pausa, levantándose del tronco bruscamente
-hasta que Miguel nos atrapó, y fui un estúpido al creer que guardaría el secreto, la vez que llegué algo tarde a casa, vi las luces fallando, y la vi luchando contra ellos, se veía casi muerta, los maté a todos, y llegaron los cazadores, la escuché gritar, Ada, gritó mi nombre, pero cuando volteé se la habían llevado, desde ahí mi memoria es borrosa- me levanté por instinto e intenté mirar sus ojos
-cuando desperté, estaba encadenado en oro, la espalda me ardía, y vi la sangre, fui despojado de mis alas, lo que me mató por dentro, y me mantiene vivo por fuera, es la tortura de lo que le pasó a ella, no sé nada- arroja una piedra, no sabía qué hacer
-¿como se llama?- pregunté, y el me mira con los ojos muy abiertos
-Mila, se...se llama Mila- le sonreí
-es un hermoso nombre- le hago el cumplido y él sonríe
-¿porque...-
-porque es mi forma de decir que lo siento- me interrumpe acercándose a mi, estaba cerca, sin tocarme
-no debí hablar así de Dan-
-Dean- corrijo
-si, eso, de verdad, lo lamento, me lo contaron, y fui un idiota-
-un grandísimo idiota- se me queda mirando y sentí por un segundo lo profunda que era su mirada así que la aparté rápido
-¿podemos volver?- pregunto
-Ada...-
-si, te perdono, y...gracias por...salvarme- en la comisura de su enorme sonrisa se veía un hoyuelo
-estamos a mano- y nos regresamos sin pronunciar palabra alguna.

Entre la Vida y la Muerte Donde viven las historias. Descúbrelo ahora