2. Primeros errores..

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Cuando entramos en la habitación del hotel me quede petrificada mirando la enorme cama, por lo menos era el doble que la mía. Él se acercó a mi, me rodeo la cintura con sus brazos y acerco su boca a mi oído.

-Quiero que te desnudes y te pongas encima de la cama a cuatro patas, voy al baño. -Me dio un dulce beso en la mejilla que me hizo estremecer.

-Entera? -Contesté nerviosa.

-Si. -Contesto seco, y se dirigió al baño cerrando la puerta detrás de él.

Respiré hondo, puedo hacerlo, me quite el fular y lo puse sobre una silla, me fui quitando la ropa hasta quedar en ropa interior y la coloque bien en la silla. Mi camiseta y mi pantalón bien estirados, el bolso colgado. Vi como la puerta del baño se abría y él salia, me miro con el ceño fruncido y me quede petrificada.

-No te ha dado tiempo? -Me miró impertérrito y con una voz traviesa.

-No. -Dije bajando la mirada.

-Ponte a cuatro patas en la cama. -Ordenó serio.

Obedecí dudosa y nerviosa sin quitarme la ropa interior, me coloqué en el centro de la cama a cuatro patas, escuche como andaba por la habitación detrás de mi sin decir nada, notaba como me observaba, gire la cabeza para mirarlo y vi que se había quitado la camiseta, pude ver su torso marcado, era muy apetecible. Nuestras miradas se encontraron y frunció el ceño al ver que lo estaba mirando.

-No mires.

Mire hacia delante y note como la cama se hundía bajo su peso a mi izquierda, pero a una distancia prudente de mi. No lo mire. No dije nada. Me quede esperando a una nueva orden. Sabía que el juego había empezado y que tenía que desempeñar mi roll.

-Bien, por donde quieres empezar? Prefieres tu castigo primero o al final?

-Me da igual, elije tú. -Dije mirándolo e incorporándome un poco.

-Te he dicho que elijas y no te he dicho que te relajes.

Su mirada era abrasadora y me coloque bien de nuevo. Estaba muy excitada mi cuerpo temblaba ansioso, notaba como mi sexo me pedía complacerlo, y todavía no me había tocado. Trague saliva y no pensé bien antes de hablar.

-Quiero mi premio.

-No crees que es muy atrevido por tu parte exigir un premio sin haber recibido antes tu castigo?

-Si.

Se levantó y coloco detrás de mi, me desabrochó el sujetador y me lo quito, lo lanzó fuera de la cama. Me dio un azote fuerte en el culo que lejos de dolerme, me excitó muchísimo. Y seguido me quito el tanga con fuerza mientras me hablaba al oído.

-Empiezas mal, tendrás primero tu castigo, o acaso prefieres irte con el culo dolorido a casa?

-No.

Me quede completamente desnuda delante de él, a cuatro patas totalmente expuesta, me sentí terriblemente excitada, y desde luego deseaba ese castigo, porque deseaba que me tocase, estaba tan excitada que sentía vergüenza de que se diera cuenta. Me sentía sexy, eufórica, feliz, morbosa, fuerte, me encantaba cómo me hablaba de esa forma tan firme y tan sensual, me provocaba y sin tocarme, era realmente muy excitante.

Sentí un azote fuerte en la nalga derecha, no dije nada, me quede en silencio. Otro azote que me impulso hacia delante, me sujete con fuerza a las sábanas, otro más, gemí esta vez ya dolía un poco, otra aún más fuerte todavía, tenía ganas de decirle que cambiara de nalga, pero era evidente que lo hacía apropósito. Aguante otros dos, no dije nada, no me dolía, al revés, me excitaba mucho y eso me daba vergüenza, pero realmente lo estaba y no quería que parase, porque no dolía y era muy excitante.

Mi iniciación BDSMDonde viven las historias. Descúbrelo ahora