Amor A Primera Vista

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Es un día maravilloso, mi sueño hecho realidad ¡ESTOY EN LAS VEGAS! Trabajé tanto para esto, necesitaba estas vacaciones. Es pleno día y el movimiento en sus calles es totalmente caótico pero emocionante, no me canso de detenerme a observar cada centímetro, cada detalle perteneciente a esta ciudad.

Voy caminando anonadada por tanta exclusividad en sus tiendas y atrapa mi atención un hermoso y extravagante collar de piedras muy brillantes capaces de emitir todo tipo de colores en contacto con la luz del sol, parece algo totalmente fuera de lo real ¿Qué? ¿Es de verdad? Se parece a los que dejo mi abuela a mi madre antes de morir, oh abuela, era como una madre para mí, más que mi propia madre, siempre sentí que fuí un error para ella, y oh, un vestido atrapa mi atención ¡hermoso! ¡Tiene que ser mío! ¡Oh, Diana! ¿Cuándo dejaras de amar las compras?

***

Han pasado unos cuantos días y ya siento que toda la tensión que ha dejado mi trabajo en mi cuerpo se ha alejado y me he relajado tanto como necesitaba y hasta más. Aunque amo mi trabajo, amo a mis alumnas, esas niñas las adoro. Soy profesora de Danza, y bailar es mi vida, desde muy pequeña mi sueño fué ser bailarina profesional, de adolescente en mis tiempos libres ayudaba a mi profesora de baile a entrenar a las más pequeñas de la academia, me encantaba. Pero siempre es bueno descansar un poco. Tocan mi puerta y abro.

-¿Si? -Es una camarera.

-¿Señorita Escutti?

-Si, soy yo ¿en qué puedo ayudarla?

-Una persona ha dejado esto para usted en recepción -me entrega un sobre negro de aspecto sombrío envuelto de una cita rojo intenso.

-¿Quién dejó esto?

-No dijo nombre, disculpe. -responde la camarera encogiendo los hombros.

-Tranquila, muchas gracias.

Cierro la puerta y me adentro en la habitación, me siento en el sillón y me pica el cuero cabelludo de la curiosidad ¿Quién habrá dejado esto? Abro el sobre y cae al suelo lo que parece ser una rosa marchita, tan marchita que ya su color rojo ha sido reemplazado por el negro. Mi vello se eriza y comienzo a leer.

Diana:

Sé que no quieres estar conmigo, no sé qué te ha estado pasando en estos últimos días, te he visto distante... Cuando terminaste conmigo sentí como si el mundo se acabara, pero te juro por lo más sagrado que no me vas a dejar así de fácil, te llevaré conmigo y te vas a arrepentir por todo el daño que me causaste.

Ryan Evans.

¡Maldición! Ryan. ¿Cómo supo que estaba aquí? Ah, sí, mi madre. Mi madre siempre amó a Ryan y siempre quiso que me casara con él, crecimos juntos, sus padres eran muy buenos amigos de los míos y desde niña mi madre me decía que Ryan era el hombre perfecto para mí, millonario con muchos bienes, hermoso, pero sobre todo machista, ella decía que él era el hombre que me quitaría de la cabeza todas mis estupideces de fantasía y de ser libre. Pero mi pasado es mucho más oscuro que un matrimonio arreglado con Ryan por mi madre....

Estoy escogiendo que atuendo ponerme para bajar al restaurant del hotel, ya estoy hambrienta y no pediré servicio a la habitación, necesito distraerme de todos los recuerdos que han regresado a mí provocados por esa carta de Ryan, cuando suena mi celular. Es un número desconocido ¿Quién será?

-¿Hola? -respondo con cautela.

-Hola cariño mío -escucho la voz de una mujer que no logro reconocer.

-¿Quién habla?

-Es tu madre, mi amor ¿Cómo la pasás?

-Hola madre, estoy muy bien creeme, me ha hecho bien estar por acá

Un Amor Prohibido©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora