Sed de Venganza

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Mis lágrimas no dejan de cubrir mis mejillas, y aquí estoy, tirada en el piso de la ducha esperando que el agua limpie mi cuerpo, me siento tan sucia.

Esto no puede estar pasandome. No a mí. ¿porqué? ¿porqué, Señor, porqué todas las desgracias me las envías a mí?

Pero esto es culpa mía, por ser tan estúpida, tan ingenua, por creer que alguien tan perverso puede cambiar. "Tu te lo buscaste, Diana" me riño en mi mente. Nunca debí dejarlo entrar a la casa ni mucho menos aceptarle una copa. Debí de haberlo sabido ya. Que estúpida.

Tomo el gel de baño y lo vacío totalmente en mi cuerpo, tomo la esponja y comienzo a limpiarme la piel bruscamente, deseando que salga sangre para saber si eso me haría sentirme limpia.

—¡ODIO MI VIDA!

Grito sin parar de llorar. Debería estar muerta. Si, debería estar muerta. La vida no me quiere. Una persona no puede sufrir tanto en la vida... ¿O sí?

Y luego Iván se aparece en mi mente ¡Dios! ¿como le voy a decir esto? "No tiene porqué saberlo" pensé. Si, no le diré nada. Lo dejaré estar, trataré de hacer que nada pasó.

Maldición, no puedo hacerle eso. Tiene que saberlo, el ha sido sumamente sincero conmigo, aún de confesarme que aún ama a Ellie a sabiendas que yo pude haber terminado esto.

Mi vida es un asco. Un completo asco. Ryan no pudo haberme desgraciado más la vida.

—¿Señorita Diana? —Escucho a doña Marie tocar la puerta del baño—. ¿Diana, está aquí? —Maldita sea, quiero llorar.

—Si —respondo.

—Acabo de llegar y tiene visitas en el despacho.

Eso capta mi atención, tal vez sea el maldito de Ryan, ya me va a escuchar. Me vengaré, juro que me vengaré de ese desgraciado.

—Ya bajo.

Termino de sacarme el jabón, me visto y peino lo más rápido que puedo y bajo echa una bomba de rabia, me va a escuchar. Pero para mi sorpresa, no es Ryan.

Es Frank.

—F-Frank —es lo único que puedo decir.

—Diana, que bueno que te encuentro, necesito hablar contigo. Te estuve llamando ¿porqué no respondes?

No puedo decir nada, solo mirarlo, ya no sé en quien confiar ¿también quiere Frank volverme a romper? Como lo hizo Iván o como lo hizo Ryan recientemente.

—Diana ¿estás bien?

Sus ojos buscan los mios. No puedo, no, no puedo. Aparto la mirada y rompo en llanto.

—Diana, por Dios, ¿que pasa? Habla conmigo.

Lo miro, no sé si contarle.

—Prometo escucharte.

Trato de controlarme y de proyectar mi voz.

—R-Ryan...

—¿Que sucede con ese desgraciado?

—Me violó —lo miro directamente a los ojos—. Me violó, Frank.

—¿Que? ¿como, cuando, donde?

—A-Anoche... Vino porque no tenia donde dormir... Yo... No quería Frank, pero me rogó y lo deje entrar... Entonces me tome una copa con él solo porque ya estaba mal por una discusión que tuve con Iván y ya no sé -rompí en llanto de nuevo-. ¡No sé! Desperté desnuda y con un texto de Ryan donde decía lo mucho que le gustó tener sexo conmigo.

Caí de rodillas al suelo y cubrí mi rostro con mis manos.

—Ese desgraciado -escucho decir a Frank entre dientes-. Ese maldito, juro que lo mataré.

—Me estoy muriendo, Frank. Tampoco sé como decírselo a Iván.

—Tranquila —dice tomando mi rostro—. Te ayudaré a resolver esto, vine para ayudarte.

Lo abrazo fuerte, y rompo a llorar en sus brazos. Estúpida Diana.

*Narrador Omnisciente*

—¡Hermanita estoy en casa! -grita el rubio entrando a su apartamento con una felicidad que lo envuelve por completo.

La castaña quien esta en la sala viendo su programación favorita en la TV, brinca del sillón entusiasmada y corre a recibir a su medio hermano.

—¿Y bien? ¡Cuéntame todo con lujos y detalles! ¿te acostaste con la nefasta? —preguntó la castaña con brillo en sus ojos.

—Si, lo hice. Tuve que drogarla, estando consiente nunca lo lograría. Así que prepárate para que seas tía.

—Ag, ese bastardo jamás podría considerarlo como mi familia. —escupe la castaña—. Ese mocoso jamás podrá ocupar el lugar que Jamie tenía —dice con tono quebradizo en su voz.

—Hermanita, no, no hagas eso, no recuerdes eso —dice el rubio abrazando a su hermana.

—Es que no lo soporto, Ryan. Tenía todo y ahora no tengo nada. Y ahora esta estúpida que se metió en la vida de MI amor, y con un hijo suyo en su vientre... No, ella tiene que creer que ese bebé es tuyo Ryan —la castaña mira a su hermano directamente a lo ojos—. Si Iván se entera de que Diana tendrá un bebé de él... Jamas tendré oportunidad de recuperarlo... Jamás, y jamás podré darle... Otro Jamie..

—Tranquila hermanita, que todo saldrá de acuerdo al plan. Diana conmigo... Y tú con Iván, así tiene que ser.

—Si... Ellos tienen que entender, que ese amor que ellos sienten esta prohibido.

—Bien. ¿Quieres que te cuente como sucedió todo?

—¡Si!

PUNTODEVISTA: DIANA

—Mi amor estás muy rara... Dime ya, ¿que tienes?. —dice Iván tomando mi mentón, haciendo que nuestras miradas se enlacen.

—Estoy bien cariño es solo... Que he estado un poco enferma —aparto la mirada, no puedo sostenersela.

—¿Y? ¿no le has dicho a alguno de los doctores de aquí que te revise?

—Si, ya lo hicieron. Solo es por falta de alimento... Aunque no lo creas en el tiempo que estuviste en coma, mi preocupación era tan grande que no me daba ni hambre.

—Amor... No...

—Ya —lo interrumpi— ya pasó, ya estoy comiendo ¿si?. El doctor dijo que mañana ya podrás volver a casa y de verdad te necesito allí.

—Diana, basta. Dime ¿que pasa?. Estas rara, me estas evitando la mirada y tu no eres así.
—Dudo por unos minutos. No se que hacer ¿que hago? ¿le cuento todo? ¿o le invento una historia?.

—Amor no es nada ¿si? Es solo que estoy deficiente de elementos importantes en mi cuerpo. Es todo. Ya. Fin del tema.

Iván no me dice nada pero por lo que logré ver en su mirada, es que no se quedará tranquilo hasta saber que me pasa. Te lo diré Iván pero no ahora. Ahora, tengo que hacer esto sola.

Querido Diaro:

Ya tú sabés todo, y sabés lo mucho que estoy sufriendo, y lo tanto que ya no aguanto más, estoy hecha pedazos. Un hombre que pensé que había cambiado y que me ha hecho tanto daño, termino de dañar mi vida como quiso. Pero te digo algo diario, juro que me vengaré así tenga que llenar mis manos de sangre. No permitiré que me sigan dañando. Ahora seré una nueva Diana.

Te lo juro Diario.

Un Amor Prohibido©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora