El cumpleaños de Iván

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Estoy acostada boca abajo sobre la cama acariciando entre mis dedos una corbata de Iván, sonrío al recordar que es la misma que llevaba la noche en la que nos dimos nuestro primer beso. Hoy es trece de Octubre, el cumpleaños de Iván. Mi corazón se rompe en mil pedazos al pensar pasar este día sin él y lejos de él, y además, enojados. Me levanto de la cama, guardo la corbata en su gaveta correspondida y bajo al despacho de Iván.

En el despacho, enciendo el ordenador y comienzo a redactar una carta.

"Hola, soy yo, Diana. Sé que no quieres hablar conmigo y que estás enojado, lo entiendo, estás en todo tu derecho de estarlo, pues, me porté muy mal contigo. Lo siento mucho, espero que no estés enojado conmigo por siempre. Te extraño mucho, Iván. Te extraño y te amo, no sabes lo vacía que se siente la casa sin ti, lo vacía que se siente nuestra cama sin sentir tu calor, tus abrazos a media noche, el encontrarte muy temprano pegado a la laptop, tus desayunos en la cama, etc, todo eso extraño y mucho más. No sabes cuanto desearía estar a tu lado en este momento, pero quiero que a pesar de todo, me sientas junto a ti donde quieras que estés. TE AMO y Feliz Cumpleaños."

Tuya, por siempre.

Diana.

Seco una lágrima que se escapó sin darme cuenta, y envío la carta al correo de Iván. Me quedo por unos largos minutos sentada frente al ordenador, esperando si en algún momento llegará una respuesta de él, pero no, no fue así.

Me resigno y salgo del despacho. Entro a la sala y coloco de fondo "This Love" de Taylor Swift y me concentro tanto en la canción, que, como si una fuerza tuviera más control sobre mi cuerpo, comienzo a bailar.

Me sorprendo, por qué a pesar de todos estos meses sin práctica, mi cuerpo sigue estando flexible y los dedos de mis píes siguen soportando mi peso.

"Relevé, Soubresaut, Relevé" comienzo a memorizar mientras me dejo llevar por la música, "Sissone, pas de....Pirouette... Relevé....Déboulés" sigo memorizando.

Taylor comienza a cantarle a su amor, lo mucho que lo ama y que a pesar de que ese amor sea bueno o malo, termina acercándola a él. Me identifica.

No sé cuanto tiempo estuve haciendo el Déboulés que escucho la voz que tanto quise escuchar desde hace días.

—Diana...—escucho la voz de Iván desconcentrandome.

Pierdo el hilo de mis movimientos y caigo en el suelo haciendo que se escuche un estruendo en el salón. Iván corre hacia mí asustado.

—¡Por Dios, Diana! ¿estás bien? ¿te has hecho daño? —comienza a preguntar tocándome por todos lados.

—Estoy bien, Iván —sonrío tímidamente —. Tranquilo —susurro mirándolo a los ojos.

—Pero te has caído muy feo, eso puede afectarle al bebé.—Me mira aterrado.

—Iván —tomo su mano—. Estoy bien —le dedico una sonrisa.

—Está bien —dice relajándose evidentemente.

—Estás aquí... —susurro sin poder creerlo.

—Si...No quería pasar mi cumpleaños sin ti —susurra dedicándome una fugaz sonrisa.

—No sabes cuanto te extrañe —digo abalanzandome sobre él.

Caigo encima de él sobre el suelo y nuestros rostros quedan tan unidos que nuestras respiraciones se mezclan pero lo suficientemente separados para no ahogarnos. Los ojos de Iván brillan al escudriñar la mía y mi corazón comienza a latir con fuerza. El ambiente se siente con esa electricidad característica, la misma que sentimos cuando nos conocimos, la misma que sentimos aquella noche que fui suya por primera vez y es esa misma electricidad que llevó nuestros labios a unirse en ese momento.

Iván rozó su mano desplazándola sobre mis espalda hasta que terminó posándola sobre mi cuello y luego sobre mi rostro. Mis brazos aún seguían rodeando su cuello. No quería que ese momento se acabara, quería que fuera eterno, pero mis brazos comenzaron a hormiguear debido al peso de Iván.

Contraigo mi rostro al dejar de sentir mis brazos y Iván corta nuestro beso mirándome con preocupación.

—¿Estás bien? —Comienza a escudriñarme tratando de adivinar que me sucede.

—Nada, es solo que, mis brazos se han dormido. —aclaro.

—Oh, lo lamento.

Iván se separa de mí y esta vez es él quién está encima de mí y continúa nuestro beso. En ese momento el tiempo se detuvo, los minutos no corrían y estábamos solos él y yo en nuestro mundo.

De repente, escuchamos un carraspeo haciendo que Iván y yo terminaramos nuestro beso y dirigieramos nuestra mirada hacia la puerta.

En la puerta estaba un hombre muy guapo, rubio, de ojos azules y un porte muy bien trabajado, miraba a todos lados apenado por encontrarse con una escena tan intima.

Iván me sonríe apenado y me ayuda a levantarme del suelo. Mis mejillas están súper sonrojadas mientras caminamos hacia la puerta.

—Amor...ven —dice Iván extendiéndome su mano. Yo la acepto—. El es Jessie, mi mejor amigo.

El chico me sonríe mostrando su perfecta dentadura, toma mi mano y la besa.

—Un placer conocerla,señorita...—deja suspendida la frase tratando de adivinar mi nombre.

—Diana... —le aclaro sonriendole.

—Diana, un placer conocerte y lamento interrumpir el momento —dice dirigiendo su mirada a Iván.

—Siempre arruinas el momento, hermano. —replica Iván rodando los ojos.

Suelto una carcajada al observar la reacción de Iván ante su mejor amigo. Me da nostalgia, yo nunca tuve un mejor amigo, o mejor amiga.

—Jessie a venido a visitarme por mi cumpleaños —me aclara Iván.

—Oh, genial. —digo con una amplia sonrisa.

—Vamos, bajemos al comedor —sugiere Iván

—Si, vamos —Acepta Jessie.


En el comedor, el ambiente se siente muy agradable. No pensé que Iván tuviese amigos, bueno, si que los tuvo, o por lo menos, a Jessie.

—Y...¿desde cuándo se conocen? —pregunto con suma curiosidad.

—Iván y yo somos amigos desde la primaria, nuestros padres eran muy buenos amigos además de ser socios, compartimos juntos gran parte de nuestra infancia y adolescencia. —Me cuenta Jessie con una amplia sonrisa.

—Que bonito —sonrío—. Y ¿donde vives, Jessie?

—En Miami. —responde mientras se lleva un bocado de comida a la boca.

Volteo a ver a Iván y me relajo, así que es con él con quién estaba.

—Jessie además de ser mi amigo también es mi socio, Diana. —Comenta Iván.

—Me alegro. Es muy bonito que amigos compartan tanto tiempo juntos, a diferencia de mí, que nunca tuve un mejor amigo.

—¿Nunca? ¿Porque? —Me pregunta Jessie con curiosidad.

—Una larga historia —Logro decir, dedicándole una tierna sonrisa.

La sonrisa de Jessie se desvanece y le dedica una fugaz mirada a Iván como diciendo "perdón por esa pregunta" pero lo entiendo, es muy raro encontrar a una persona que no tenga un amplio circulo social como yo.

—No pensé que vendrías hoy, por eso no te organizé nada —Le digo a Iván tomando su mano que yacía sobre la mesa.

—No os preocupéis —dice Jessie haciendo una muy mala imitación del Español—. Hoy invito yo, desde hace mucho tiempo que no celebro un cumpleaños de mi hermano —finaliza dándole palmadas en el hombro a Iván.

—Si, es cierto ¿cuanto? ¿dos años? —pregunta Iván.

—Si, dos largos años, hermano —responde Jessie suspirando.

Suelto una carcajada ante la conversación de los mejores amigos, es muy agradable conocer gente nueva, y más, si son como Iván, sonrientes y cariñosos, esta es el ambiente que debe haber en toda reunión.

Un Amor Prohibido©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora