getting high off helium

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-- Hoseok, ¿Qué haces?
-- N-Nada, nada...
-- ¡Date prisa, esa vieja loca llamó a la policía!
-- Ya voy...

Sin imaginar lo que pasaba, el inocente Tae siguió corriendo, mientras Hoseok dejaba caer la pequeña aguja.

***
"¡Te estoy hablando!"
"No..."
"¡Es tu hijo!"
"¿Cómo puedes ser tan..."
"¿Sabes qué comemos cada día? ¡Un solo mísero plato de fideos!"
"ERES UN HIJO DE PUTA, VETE A LA MIERDA."

El pequeño Hoseok tapaba sus oídos mientras su madre le gritaba al teléfono. Cerrando los ojos y contando... 1...2...3...4...
Lágrimas caían al piso, con su estómago rugiendo por el hambre.

Producto de un embarazo no deseado y un padre machista. Le consolaba el hecho de que, a diferencia de muchas madres, la suya no se dejaba atacar por nadie. Al primer indicio de violencia, le amenazó con un cuchillo de cocina, llamó a la policía y lo corrió de la casa.

Pero necesitaban dinero. Y su "padre" jamás se lo dió.

Así creció Hoseok, con baja autoestima y buscando motivos para vivir.

A sus recién cumplidos 15 años, su madre murió de cáncer. Y desde entonces su vida fue un infierno.

La pasión de Hoseok era el baile, la única cosa que le hacía olvidarse por completo de todo lo demás. Se hizo dependiente de la droga. ¿Cuál? Cualquiera. Todas servían, todo fuese por olvidar la mierda de vida que tenía. Al no tener familia, dejó la escuela y se fue a vivir con sus amigos. Entre los 3 pagaban. Entre los 3 se drogaban. Y entre los 3 sufrían.

Fue un día de invierno cuando tuvo una crisis de ansiedad. Ansiedad que le provocaba estar más de 2 horas sin ingerir algún tipo de droga. Trabajando en una farmacia, no tuvo otra opción que probar con el helio. La sensación de estar pisando nubes le tranquilizó por un momento.

Hasta que de pronto oyó un sonido. Un sonido celestial, un canto. "¿Será producto de la droga?", pensó.

Siguiendo el sonido, llegó al fondo de un callejón. No vio nada, pero el sonido estaba ahí. Era la voz más hermosa que había escuchado. Miró a todas partes hasta que vió moverse algo tras el basurero. Con sigilo se fue acercando. Al sentirlo, la sombra quiso salir corriendo, pero Hoseok agarró la manta que esta llevaba encima, revelando su cara.

Fueron 4 o 5 segundos los que tuvo para observarlo.

Pero jamás iba a olvidar ese rostro ni esa voz. Y cada día desde entonces, iba poniendo atención a los sonidos de la ciudad, con la esperanza de algún día volver a encontrarlo...

🎭『Mad Hatter』; ykDonde viven las historias. Descúbrelo ahora