I'm nuts, baby, i'm mad

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-- ¿Otra vez por aquí, princesa?
-- Te dije que no me llames así.

Jin daba paseos dos veces por semana, siempre con guardias cuidándolo.

-- Ahora si sé usar esta cosa, no te preocupes.
-- Dudo que sepas, dado que lo estás sosteniendo al revés.

Jin puso una expresión de confusión mientras Namjoon se largó a reír.
Tomó dicho aparato e hizo su trabajo en lugar de Jin.

-- Qué coincidencia, ¿no? De todas las gasolineras que hay en la ciudad, siempre te detienes aquí.
-- Sí, es mera coincidencia.
-- ¿De dónde vienes, princesa?
-- No me creerías si te lo dijera. --compuso una sonrisa al decirlo.
-- Las princesas no mienten, así que supongo que he de creerte.
-- De una mansión rosa.

Namjoon comenzó a reír, pero se detuvo al darse cuenta de que Jin lo miraba serio.

-- Es... ¿De verdad? Vaya. Yo solía vivir en una mansión. Solo que no era rosa.
-- Sí, claro.
-- ¿No me crees? Te preguntas cómo alguien que vivía en una mansión terminó trabajando en un lugar como este, ¿verdad? Bueno... Hay explicación.
-- Eres extraño.
-- Lo dice el que vive en una mansión rosa.

El sonido de el tanque lleno los distrajo de su conversación.

-- Oh, ¿serías tan amable de decirle a tu querido gorila que, por favor, no tire los billetes al suelo esta vez? Eso no es nada educado.
-- Tranquilo --dijo riendo --, esta vez pago yo.

Puso en la mano de Namjoon un par de billetes. Billetes de más, de hecho. Al tocar su mano le lanzó una mirada pícara, haciendo que Namjoon pensara cosas que no se le había ocurrido pensar nunca. Trató de ocultar lo sonrojado que estaba.
Jin, riendo, se dirigió al auto otra vez. Y ya dentro, solo miró por la ventana para despedirse con la mano.

Namjoon quedó varios minutos con el corazón acelerado. Contaba los billetes cuando algo se interpuso en su mirada. Entre el dinero, un papel rosa sobresalía.

"Quisiera saber más sobre ti, pequeño. Si eres tan mago como aparentas serlo, me gustaría ver cómo burlas la seguridad de una mansión rosa, si es que quieres ver a esta 'princesa' otra vez. ..."

Luego estaba la dirección a la que debía ir, y la nota acababa firmada con lápiz rosa.

"Kim Seok Jin."

***

En la penumbra de la noche, un mago iba en busca de una princesa. Dada su larga experiencia, sabía perfectamente qué hacer. Conocía cada contraseña de cualquier mansión; una derivación de números a partir de cada letra del nombre del dueño de la casa. Cabe destacar que Namjoon, además, era un maldito genio. Con la inteligencia que poseía, podría haber fundado su propia universidad.

"Pero en vez de eso --pensaba --, estoy cazando princesas en una mansión."

Y es que para él, Jin era un descubrimiento mucho más interesante que cualquier hallazgo científico que hubiese conocido.

No tardó mucho en desactivar la seguridad y cruzar corriendo el prado, hasta llegar a una pandereta, donde ágil como un gato trepó hasta llegar a la ventana donde esperaba su princesa.

Y este lo esperaba en ropa interior, camisa abierta y una enorme... sonrisa.

Namjoon hizo un gran esfuerzo por controlar las ganas que se acumulaban en cierto punto de su cuerpo.

Jin abrió la ventana y lo dejó entrar.

-- Vaya que eres un mago.
-- Tengo experiencia, te lo dije.
-- Te creo, pequeño.
-- Soy más alto que tú.
-- Pero de edad, sigues siendo un pequeño. Ahora, cuéntame sobre ti.
-- No hay mucho que contar.
-- Claro que sí, podrías empezar explicando cómo lograste entrar.
-- Te dije que solía vivir en una mansión. Los ricos siempre tienen el mismo mecanismo para establecer contraseñas. Tu apellido es Kim, por lo que K es 11, I es 9 y M es 13, según el orden del alfabeto, por lo tanto la contraseña es 11913. Es demasiado simple. Las segundas contraseñas siempre suelen ser una derivación del número de la casa en secuencia de números de Fibonacci. 1+1= 2, 1+2=3, 2+3=5, etcétera etcétera. Por lo que el número 83 de tu casa, sería 3512.

Jin miraba con asombro a Namjoon.
-- ¿Quién eres, una especie de genio?
-- Tal vez...
-- Espera... Vivías en una mansión... Tu nombre es Namjoon... Eres un genio... Y... OH. NO PUEDE SER. ¡ERES EL HIJO DEL SEÑOR KIM!
-- SHHH. ¡Cállate! --dijo tapando la boca de este.-- ¿Cómo rayos sabes quién soy?
-- Oh, Dios mío. Has sido la comidilla de la élite. Hace un tiempo se esparció el rumor de que el famoso empresario, el señor Kim, que por cierto conoce a mi padre, tenía un hijo rebelde que escapó de casa. "Escapó de casa y prefirió ser un pobre drogadicto a seguir el negocio familiar." Así dicen. Mira tú, qué coincidencia.
-- ¿Así que soy famoso en esas reuniones de gente rica?
-- Por supuesto, las señoras ricas son las que más saben de chismes. Y como a mí siempre me llevan a esas reuniones...
-- Vaya, qué pequeño es el mundo.
-- No sabía que el hijo del señor Kim fuera tan guapo. Ups, lo dije en voz alta. --dijo fingiendo vergüenza.

Namjoon se sonrojó.

-- V-Vaya que hablas... Hablas demasiado.
-- Paso todos los días encerrado aquí, solo. ¿Cómo no voy a hablar mucho contigo? Eres la primera persona con la que socializo.
-- ¿Por qué no puedes salir?

Jin se entristeció un poco.
-- La última vez que intenté escapar... Conseguí esto. --dijo, levantando su camisa y mostrando los cardenales amoratados que aún tenía.
-- Jesús . . . ¿Qué clase de mounstro hace eso?
-- Uno que quiere ganar dinero con mi cara para siempre.
-- Princesa... Tal vez no pueda hacer mucho, pero si quieres, puedo sacarte de aquí por las noches, y volver a dejarte al amanecer.
-- Qué romántico. ¿De verdad puedes hacer eso?
-- Claro que puedo.
-- Bien... Vuelve mañana y entonces lo haremos. Digo, el plan... No hacer otra cosa, no... Yo... --Jin tartamudeaba sonrojado.
-- Tranquilo, no soy del tipo que abusa en la primera cita. Ahora, si no hay más que hacer, me iré. Volveré mañana a esta hora. Y conocerás a mis amigos.
-- ¿Amigos? ¿Crees que yo pueda... tener amigos?
-- Por supuesto que sí.

Namjoon abrió la ventana y se desplazó hacia afuera. Se disponía bajar de ahí cuando algo lo detuvo. Jin le tomó la mano y lo acercó a él.

-- ¿Pasa algo?
-- Gracias... En serio... Gracias...

Tomó el rostro de Namjoon entre sus manos y lo besó, con lágrimas a punto de salir de sus ojos. Pero, por supuesto, evitó que él lo notara.

Rápidamente se alejó de él y cerró la ventana.

Y ahí estaba Namjoon, tan feliz y confundido, que no le importó mojarse con los aspersores del jardín.

***

"Hoy se encontró un cuerpo muerto a las afueras de la ciudad. Se estima que la hora de muerte fue cerca de las 3 de la mañana. Se desconoce el culpable, pero la policía declaró que no hay duda de que fue un homicidio. La víctima fue un hombre de no más de 20 años..."

-- Jesús...
-- ¿Qué pasa?
-- Él es... Es el tipo que me mandaba flores. ¿Recuerdas, Jeon? El tipo que decía amarme. Del que nos reíamos juntos.
-- Oh, sí. Ya recordé. Qué pena.
-- Pobre chico.
-- Sí... Pobre.

Una sonrisa se asomaba en la boca de Jungkook, mientras lavaba los trastes en casa de Yoongi, tarareando una canción tan feliz como quien acaba de deshacerse de un bicho molesto. Y es que, en realidad, eso era precisamente lo que había hecho.

🎭『Mad Hatter』; ykDonde viven las historias. Descúbrelo ahora