Ya van quince minutos de retraso, y la clase ya está peor que un zoológico descuidado. ¿Pero qué se creen?
Neandertales de compañeros que me ha tocado.
Suspiré.
Choqué levemente la cabeza por la ventana, mirando atentamente a la lluvia que había aparecido como si nada, y conste que hace unos momentos por poco no salían unicornios volando por el arco iris por entre las nubes.
Sentí un golpecito en los hombros, haciendo que me ponga en una posición erguida.
Uy, como odio que traten de llamar mi atención tocándome el brazo, el hombro, y/o alguna otra parte en donde pueda sentir el tacto.
Volteé, encontrándome con una castaña medio clara en frente.
Tenía ojos claros, me dieron ganas de arrancárselos y ponérmelos.
-Eres Adriana, ¿no es cierto? La nueva - asentí -. Mucho gusto... Soy Caitlyn Beadles - sonreí de la misma forma en que ella lo hizo.
-Mucho gusto.
-¿Puedo sentarme? - asentí.
Ahí yo me sentaba, y donde estoy yo, estaba Bliss.
Eché un diminuto suspiro.
-Me sorprendió eso que habías hecho en la cafetería - encogí los hombros -. Me gustó... Eres la tercera persona que lo defiende, pero la primera en lograrlo.
-Ojalá lo hubiese logrado... Igual si conozco muy poco que conozco a Nolan y su grupo, sé que no se van a rendir tan fácil.
-Tienes razón... Pero a lo que me refiero es a que eres la primera en lograr enfrentar a Nolan - apreté los labios. No sabía qué decir... Eh... "¿Gracias?"
-¿Cuándo vendrá el jodido maestro? - susurré - Esta clase ya apesta...
-De seguro tuvo otro de sus accidentes.
-Ah...
-Y dime... ¿A qué se debe tu mudanza aquí?
-No creo que sea lo correcto...
-Caitlyn, deja la estupidez de un lado - suspiró.
-Apenas me has conocido hoy y ya tienes el descaro de llamarme estúpida - reí.
-¿Qué tiene de malo sentarte ahí? - me puse frente a ella, deteniendo el paso.
Miró a ambos lados, y luego bajó su bandeja en la mesa que estaba a nuestro costado.
-¿Qué pasa? - me agarró ambos hombros.
-Aún no estoy lista...
-¿Para qué?
-Chaz está con Justin - asentí, incrédula -. Chaz es uno de los "populares" - volví a asentir incrédula -. ¿No entiendes? - negué - Chaz... me... pone nerviosa.
-¿Te gusta? - abrió los ojos de par en par.
-¡N-No! - dudó un poco.
-¡Oh, vamos! ¡Siéntate, Caitlyn! - negó frenéticamente.
-Ah... Mañana, ¿si? Tengo que prepararme mentalmente - volví a soltar una risita -. Y también físicamente, de paso...
-No me equivoco diciéndote que eres estúpida - enarcó una ceja -. Va, mañana - la apunté con un dedo.
-Sí, sí - levantó su bandeja y se fue, al igual que yo.
-¡Eh! - me senté en frente.
-Hola - sonreí, para luego comenzar a tragar.
-Justin ya se estaba por morir preguntándose si ibas a sentarte aquí - el castaño frunció el ceño.
-¿Por qué coño tiendes a mentir demasiado? - Chaz se echó a reír.
-Hey - hizo un puchero -, ya no traen papas. Y yo que quería volver a jugar...
-Mhmm...
-Quería volver a echar a Justin de cara por el barro - tapé mi boca, para no escupir todo lo que metí en la boca, recordando lo de ayer.
Mastiqué más rápido y tragué, y al final, solté una carcajada, acompañando a Chaz.
-¡Fue épico! - asentí.
-Ya me las pagarán, eh...
-Ajá, claro...
