Capítulo 10.

37 2 0
                                    

Confesión de pensamientos.

Últimamente estando cerca del castaño me siento rara, sofocada, con miedo. Me dan ganas de salir corriendo y esconderme en algún casillero para que no me pueda encontrar.

Me siento extremadamente nerviosa, y todo lo que quiero decir se me queda estancado ahí en la garganta, algunas veces ni siquiera se queda atorado en la garganta, sino que en mi mente.

Y cuando me mira o simplemente me dirige una insignificante oración, ya mi mente se pone en blanco y siento que algo me aprieta muy duro en el pecho, y claro, no falta el que empiece a temblar.

¿Pero qué demonios me pasa?

Y no son sólo cosas como nerviosismo lo que tengo, también tengo impulsos, y bastante extraños que digamos.

El día anterior hice algo que ni yo me imaginaba capaz de hacer; lo seguí hasta su casa.

Y de paso descubrí que sólo estamos a no más de diez casas de distancia.

¿Se lo debo contar a Caitlyn? Es decir... Ya confío incluso ciegamente en ella, al igual que ella por mí, pero creo que necesito estar segura primero yo para contárselo a alguien, ¿o acaso me estoy equivocando?

Siento que tengo la necesidad y la obligación de decírselo, ¡pero no sé ni lo que le diré!

Aprovechando que justamente hoy los amigos no estarán debido a no-sé-qué, tengo la oportunidad de hablar con Caitlyn de "mujer a mujer".

¿Cómo demonios le digo? Es más, ¿qué le digo?

El último año.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora