Después de un rato me entraron ganas de orinar, esta vez no estaba atrapado en una silla así que tranquilamente podía ir al baño.
Me levante de la alfombra, me mire al espejo, estaba completamente desnudo salvo un gorrito y un chupete, me veía ridículo, también note que mi penecito era muy pequeño, me voltee para verme las pompis y vi que ya se había ido todo rastro de la crema, ahora me sentí mucho mejor pues ya no me picaba la piel.
Busque algo para vestirme que no fuesen esos estúpidos mamelucos, afortunadamente encontré el pantalón de minions que aún estaba allí. Me lo puse y salí de la habitación, no vi a Sara por ninguna parte, supuse que estaba en el baño de sus padres preparando la tina. Camine por el pasillo tratando de hacer el menor ruido posible, llegue a la puerta del baño. Estaba cerrada con llave. Seguro ese ruido de puertas era Sara cerrándolas con llave.
Baje las escaleras para ir al baño de abajo pero la situación fue la misma. Cerrado con llave. No me quedaba de otra más que orinar en el jardín. Estaba a punto de ir cuando oigo la voz de Sara.
-En donde estas nene? Ya está listo tu baño.
Sara bajaba por las escaleras, me encontró enfrente de la puerta del baño.
-Que buscas bebé?
-Tengo que entrar al baño pero todos están cerrados
-Así es, están cerrados porque tú eres un bebito que aún no sabe usar el baño, que no recuerdas lo que paso hace un rato después de la cena?
-Esto es ridículo, puedo usar el baño perfectamente, lo de hace un rato fue una trampa.
-Está bien nene, te dejare ir al baño como niño grande, vamos arriba.
Sonreí de felicidad, por fin iba a dejar ese tonto juego del bebé y podría usar el baño por primera vez en el día.
Llegamos al baño.
-Espérame aquí ya vuelvo.
Me dijo mientras iba al ático. Supuse que iría por las llaves aunque se me hizo absurdo que las escondiera en el ático, aunque también era buen escondite porque jamás se me habría ocurrido buscar allí porque me da miedo.
Después de unos minutos bajo con algo grande en las manos cubierto con una tela vieja, dejo el bulto sobre el suelo a un lado de la puerta del baño y le quito el trapo de encima.
-Muy bien nene, aquí está tu bañito para que hagas pis como niño grande.
No lo podía creer, era una bacinica como la que usan los bebés para aprender a ir al baño, seguramente era de mis primos cuando eran pequeños y por eso estaba en el ático. Mi tía es conocida por no deshacerse de absolutamente nada y guardar un montón de cosas en el ático.
-Estás loca si crees que usare eso, prefiero orinar en el jardín.
-Todas las puertas están cerradas con llave, a menos que quieras orinar en el suelo y que mi madre te regañe, tendrás que usarla bacinica, es eso o pañal, niño grande o bebé, tú decides.
No tenía opción, era obvio que quería orinar pero el pañal era un poco más humillante que la bacinica.
-Tú ganas, pero date vuelta.
-Ok.
Sara se dio vuelta, yo me saque el pilin del pantalón pero era imposible atinarle sin salpicar nada porque estaba hasta el suelo, era una bacinica grande, calcule que si cabria sentado, así que me baje el pantalón y me senté, estaba algo nervioso, pero me relaje y deje salir la pipi. En cuanto empezó a oírse el chorro contra el plástico del fondo Sara se empezó a reír. Yo estaba con la cabeza abajo viendo que todo saliera bien, cuando escuche su risa alce la mirada y la vi con su teléfono celular enfrente de mí con el flash encendido.

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Karma en pañales
Novela JuvenilUn chico de 11 años se queda solo por un fin de semana con su prima de su misma edad. Ella se venga por los años de malos tratos y burlas recibidas de él.