♡Noche 12#♡

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—Tae...—susurre entre la oscuridad. —Yo no...— su risa burlona me callo, gire mi cabeza en su dirección mientras mis nervios se hacían presente. Su sonrisa ensanchada en sus labios rojizos mostraba diversión y excitación ante la situación. Temblé.

— ¿Ya te he dicho que me pones con tus mejillas rojizas?—confeso juguetón. —Te hace ver inocente. —susurro mientras su mirada oscura era iluminada por la pantalla de la laptop.

Estaba confundida, ¿Qué había hecho yo como para que sucediera esto? ¿Acaso nunca debí haberle enseñado mi pornografía?

Ahora en estos momento no entendía lo que sucedía. Una parte de mí quería huir de la habitación, pero la otra quería quedarse, junto con él; en la oscuridad y solos.

— ¿Acaso me necesitas ahora? —pregunte ante su repentino comportamiento. Su mirada se volvió aún más oscura, aquellos ojos traslucidos habían desaparecido.

—No. —callo. —Te necesito en un sentido mucho más complejo que ese. —me miro. —Siempre te necesitare, al igual que tú a mí. —paso una de sus manos por mi mejilla mientras su mirada se estrellaba sobre mis labios resecos. Inconscientemente pase mi lengua sobre estos. —Bésame. —ordeno de la nada aun con su mirada sobre mi.

— ¿Qué? —pregunte confundida.

—Que me beses Sune. Quiero que me beses... —confeso con timidez mientras su mirada buscaba la mía. Desconcertada asentí.

Una sonrisa inocente se escapó de sus labios.

Debido a nuestra posición quise alejarme de él, pero no me lo permitió. Apretó más su agarre en mi cintura mientras su mirada me advertía que no lo hiciera. Gire mi cabeza hacía la laptop incomoda, no me gustaba para nada dejar mi espalda aún sobre su pecho y que su barbilla rozara levemente mi cabeza. ¿Cómo planeaba que lo besara si me encontraba así? No podía.

—Tae necesito acomodarme. —objete intentando zafarme de su agarre.

—No. —negó mientras hacía más presión. —Bésame así.

—No puedo estoy en una mala posición. —mantuve firmeza con cada palabra que soltaba.

Arrime la laptop mientras llevaba mis manos temblorosas hacía las suyas, lleve mi cuerpo hacía adelante pero no funcionó así que me devolví pegando mi cuerpo aún más al suyo, pero frene por completo cuando escuche un pequeño gemido salir de sus labios y como algo duro hacía presión en mi parte baja.

—N-no lo hagas...—ronroneo. Mis mejillas se calentaron a más no poder, se me había olvidado por completo su erección; la cual antes restregaba contra mi espalda. ¿Por eso no quería que me moviera?

Una oleada de excitación recorrió mi cuerpo.

¿Podía seguir corrompiendo lo aún más?

—Tae...

—Espera por favor...—pidió avergonzado, lo mire. —Deja que se b-baje la erección...Mm...—gimió al sentir como volvía a moverme sobre su erección. —Sune, para...—no preste atención a sus suplicas y comencé a restregar mi culo sobre su pene aún con más intensidad.

Ahora sus manos sobre mi cintura comenzaban a moverse al ritmo de mis movimientos. En estos momentos, ante mis ojos, no tenía a Tae; el monstruo pervertido y caliente que me buscaba para un faje. —y que hace unos minutos atrás parecía dispuesto a arrancarme la ropa y violarme allí mismo¬ — Ahora estaba presenciando a Tae; el inocente monstruo que se derretía con cada uno de mis movimientos y mis actos.

Debía admitir que no me dolería del todo pervertir al chico inocente.

—Tae...—susurre mientras mi mirada iba a sus labios. — ¿Quieres que pare? —pregunte mientras observaba sus mejillas rojizas.

—S-si... — respondió con dificultad. —acelere mis movimientos, mis muslos dolían debido a tener que restregar lo contra las sabanas, pero aun así era excitante. —N-no... —confesó.

Sintiéndome dominante rápidamente me aleje de él aprovechando que sus brazos se encontraban débiles debido al placer que sentía y mire su erección entre la luz de la luna. Se veía sumamente apretado y asfixiado en aquella tela.

Siguió mi mirada con la suya y al darse cuenta de lo que veía llevo ambas manos a su entrepierna.

Maldita sea.

¿Cómo dos personalidades completamente diferentes cabían en una sola persona?

¿Por qué lo escondía, acaso se olvidó de las veces en las que hemos tenido orgasmos? No creo que en estos momentos sea diferente.

—No entiendo. —confesé mientras lo miraba. — ¿Por qué actúas así? —pregunte. 

Hace casi nada me confesaba que se ponía con solo verme sonrojada y ahora solo trata de huir de mis intenciones.

—Esta vez es diferente. —respondió. —Ahora no necesito tener sexo contigo como medio de energía, por lo que se me hace difícil hacer del monstruo malo. —me miro. —No puedo ser el chico masoquista que morderá tu cuello y te hará gemir con cada movimiento. Mi personalidad cambia cuando siento que desaparezco. —su cabello se balanceaba sutilmente sobre su mirada mientras sus mejillas aún seguían rojas y sus manos entre su entrepierna.

—Entonces cambiaremos de papeles. —objete.

Su mirada mostraba confusión y poco entendimiento de lo que decía.

— ¿A qué te refieres? —pregunto.

—A que esta noche yo seré el monstruo malo y tú mi fuente de energía.

La expresión que trasmitía me daba a entender que no comprendía del todo lo que proponía. Era obvio que ya no podía hacer que el monstruo necesitado saliera y me usara, por lo que ahora debía ser yo quien dominara esta noche.

Ser el monstruo.

—No sé qué pensar. —confeso tímido. Me miro con un deje de confusión. — ¿Tú también estas desapareciendo? —aquellas palabras hicieron que me dieran ganas de atacarlo. 

¿Acaso los chicos inocentes me excitaban?

—Sí. —dije mientras lo miraba.

Sonrió.

—Entonces úsame. —un escalofrió recorrió mi cuerpo. —Haz lo que quieras con mi cuerpo. Soy tuyo por esta noche.

「A Oscuras」 ;+k. thDonde viven las historias. Descúbrelo ahora