♡Noche 17#♡

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―¿Me quieres?―me pregunto juguetón mientras me abrazaba. Sus ojos brillaban ante la oscuridad y sus labios hacían muecas en modo de inquietud. Se enrosco conmigo entre mis sabanas, debido a que nos encontrábamos acostados. Su respiración caliente caía sobre mi cuello.

―Si.―conteste sintiendo sus manos enroscadas en mi cintura.

―¿Me amas?―me acurruco entre sus brazos.

―No se.― mentí. Claro que lo amaba y él lo sabía, lo sabía demasiado bien. Después de todo el me había escuchado.

Su cuerpo se movió mientras se alejaba de mí. Rápidamente sentí como se subía sobre mí y me tomaba por las muñecas mientras me observaba a los ojos.

Quería llorar...

―¿Lo prefieres a él, verdad?―me pregunto con un deje de molestia en su voz. Lo mire confundida sin entender a quien se refería. Al ver que no respondía me gruño.―¿Juegas con él, como lo haces conmigo?―ataco.

¿Acaso se refería a Jungkook?

―No sé de qué me...―me callo mientras presionada aun mas mis muñecas.―Duele...―murmure.

Se mantuvo en silencio, mientras me observaba molesto. Hacia oídos sordos a mis aclaraciones y eso me aterraba.

―¿Te ha tocado?―pregunto.―Por favor, responde...―sollozo mientras me atrapaba entre sus piernas. Sus ojos se cristalizaron mientras me miraba, sus mejillas comenzaron a tomar aquel color rojizo característico de él.

―¿Tu me amas?―volvió a preguntar entre lagrimas saladas.

―Sí. respondí angustiada.

―Demuéstralo. ―soltó mientras se acercaba a mí, y me acariciaba con la punta de su nariz la barbilla.―Quiero hacerte sentir bien Sune....―susurro mientras besaba mi mandíbula.

―Hazlo. ―cerré los ojos y suspire. ―Tócame.

Alejo sus labios de mí y me miro nervioso.

―Enséñame a como acariciarte.―su mirada se oscureció de repente.―Quiero tocarte mejor que el.―agrego decidido.

Asentí absorta de sus palabras, a pesar de que no tenía nada, absolutamente nada con Jungkook―el cual se fue tranquilo a su casa―no lo retaría.

Se alejo sentándose en la cama, su mirada se mantuvo en mi, mientras me hincaba dispuesta a copiar su acción. Una idea paso por mi mente.

―¿Que te gustaría tocar?―mi pregunta lo tomo desprevenido, haciendo que sus ojos se abrieran a la par mientras se sonrojaba aun mas.

Que bello...

―Eso...―murmuro mientras señalaba mi busto escondido debajo de mi camisa.

―¿Quieres tocar mis senos?―pregunte nerviosa.

Asintió mientras los miraba. Repetí su acción y me acerque a él, quedando frente a frente. Me miro para luego bajar la mirada a mi busto y luego a sus pies. Tome los bordes de mi camisa y sin importarme el frio, me la quite. Sus cuentas se salieron de sus ojos al ver mi sostén rosado sobre mi piel blanca, su boca se abrió y sus manos comenzaron a temblar.

―¿Te gustan?―pregunte extasiada por su reacción. Asintió sin verme a la cara.―Entonces tócame, puedes tocarme.―agregue sintiendo el frio jugar con los vellos de mi piel.

Me miro a los ojos para luego acercar lentamente su mano hacia uno de mis pechos. Trago saliva al momento de posar su mano en mi seno izquierdo.

Que caliente...

Gemí en voz baja al sentir como levemente lo apretaba, me miro asustado, pero rápidamente sonrió juguetón al ver mi expresión.

Tomo confianza y se acerco aun mas, paso sus manos por mi abdomen hasta llegar a mi espalda y tocar el separador del brasear. Y sin mirarme en busca de aprobación, lo soltó, dejando que cayera suavemente sobre mis piernas.

Su mirada se mantuvo allí, sin poder despegarla. Volvió a tragar duro mientras me acaricia el pezón, ronroneo al tener en sus manos uno de mis pezones erectos, volví a gemir sintiéndome caliente. Ya el frio no me molestaba.

Me miro a los ojos, su mirada oscura y llena de lujuria se adentró en mis pupilas, acerco su cabeza hacia mi cuello y mientras me soltaba el pezón, me beso. La humedad de sus labios quedó impregnada en mi piel, siguió repartiendo besos, uno tras otro pasando por mi clavícula hasta detenerse unos centímetros más de mi pecho. Suspiro pausadamente para tomarme por la cintura y lanzarme sobre las almohadas, su cuerpo cayó sobre mi aprisionándome, lo mire confundida para luego sentir como sus labios chupaban uno de mis senos.

Gemí mientras me retorcía sobre las sabanas, su lengua jugaba con mi pezón mientras sus dientes se encajaban en mi piel.

―Sune...―una voz se escucho detrás de la puerta, mis ojos se abrieron a la par al darme cuenta de que era mi madre.

―Sune...―volvió a llamar.―Se que estas despierta.―aseguro mientras movía la perilla de la puerta, a Tae no le importo la presencia de mi madre ya que siguió dándome placer.

―¿Si?―pregunte a duras penas mientras cerraba los ojos. Una sonrisa burlona se hizo escuchar por parte de mi atacante.

¿Tae, de que te ríes?

―Sal, necesito hablar contigo.―reprocho.

―¿A estas horas?―pregunte confundida. Eran las diez de la noche, pensé que estaba dormida.

―Sal―ataco mientras daba pequeños golpes a la puerta.

Me moví dispuesta a levantarme, escuche como Tae lloriqueaba y reprochaba por mi acto.

Me coloque la camisa al revés mientras ponían los pies en el frio suelo.

Mama, que mala eres...

「A Oscuras」 ;+k. thDonde viven las historias. Descúbrelo ahora