♡Noche 11_2/3#♡

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Su olor era simplemente adictivo, podría pasar toda la vida respirando aquella característica fragancia que lo identificaba sin sentir en ningún momento que perdía el tiempo. No respondí a su acogedor abrazo pero aun así no le importo. Me había tomado por sorpresa así que no supe como actuar. Debido a su altura y tamaño retire un poco mi cara de su pecho y dirigí mi mirada a sus ojos. Esta noche se encontraban tranquilos y con un traslucido brillante y, hasta podría jurar que incandescente. La luna hacía de las suyas, cubriendo con su brillo el cuerpo de mi monstruo, dejándome ver como los mechones rubios de su cabellera alborotada bailaban ante la luz lunar.

Su cuerpo se mantuvo allí, absorbiendo el mío en cuestión de segundos. Se alejo un poco, liberando mi cuerpo nervioso de sus garras, busco entre la oscuridad mi mirada hasta conectarla con la suya, para así mostrarme unas mejillas rojizas y un leve puchero asomándose entre sus labios.

—Estoy feliz de que estés aquí.—confesó.—Pensé que no te vería esta noche, después de...—bajo su mirada apenado.—Lo que paso la ultima vez.—me miro.—Lo siento.

No supe que responder, a pesar de no ser una persona tan tímida este tipo de cosas me avergonzaban, sin olvidar que aquello que hicimos para mi no fue algo que necesitara un lamento. 

—Esta bien Tae.—sonreí a duras penas.—Se que tuviste un motivo.—baje mi mirada apenada por lo que estaría a punto de revelar.—A demás, me ha gustado... lo que, hemos hecho.—confesé atropelladamente mientras veía la pantalla apagada de la lapto.

Su risa inocente me desconcertó.

—Me hace sentir bien que te haya gustado Sune.—murmuro ante la oscuridad.—Pensé que no estaba bien lo que hacía.—revelo para luego mirarme y darse cuenta de mis mejillas rojizas.—Se que estuvo mal el haberme aprovechado de ti, pero de verdad aun no quiero irme. Ahora que puedo estar contigo no quiero alejarme y nunca volver.

Una punzada de dolor atravesó mi pecho ante sus palabras coherentes. En todos lo sentidos lo que hacía estaba mal, pero aun así no quería que se enterara, preferiría que me usara todo lo que quisiera con tal de que no se vaya jamás de mi lado. Suena egoísta y estúpido, pero lo que sentía por aquel ser de cuentos ficticios, no lo había sentido por nadie más.

Tae me haces mal, mucho mal...

Ante su mirada alerta lleve una de mis manos lentamente hacía su cabello sin apartar su mirada de la mía. Aquel tacto era fantástico, habían tantas preguntas que me destrozaban la cabeza. ¿Como era posible que aquella criatura fuera real? no estaba segura, pero aun así lo que sentía cada vez que lo veía era algo inexplicable para mi. 

Sonrió ante mi acto para luego tomar mi mano y llevarla sutilmente hacía su pecho cubierto por su camisón blanco, acerco su rostro a centímetros del mío y me miro.

  —¿Sientes eso?—susurro a duras penas sobre mis labios. Su pecho latía rápidamente como si su corazón estuviera a punto de salirse.—Es mi corazón, te esta llamando. Quiere que estés cerca, te necesita.—su aliento frío congelo la punta de mi nariz a medida que sentía como mi corazón brincaba sobre mi pecho.—Por favor quédate conmigo y no te vayas nunca o moriré.—sus ojos inspiraban aquella aura de misterio que hasta el día de hoy no he podido descifrar. Asentí torpemente sintiéndome hipnotizada por su mirada penetrante.

—Lo prometo.—murmure aun ante su cercanía.—No me iré Tae.—sonreí al ver su sonrisa cuadrada. 

Llevo una de sus manos a mi rostro, sus finos dedos trazaron mi labio inferior con una sutileza inimaginable, su mirada se separo de la mía, posándose sobre mis labios fríos, suspire sobre sus dedos al sentirme nerviosa. Su rostro se acerco más al mío, haciendo que nuestros labios  levemente se rozaran, cerré los ojos dejándome llevar en el momento en que junto nuestras bocas. Fue un beso inocente y completamente puro. Se separo de mí para verme con una sonrisa avergonzada y unas mejillas calientes. El Tae de ahora era completamente diferente al Tae agresivo, y eso me encantaba. 

Este Tae era inocente y sutil, no había ningún deje de lujuria en su mirada ni mucho menos intentaba propasarme conmigo. Siempre se encontraba avergonzado y con las mejillas completamente rojas y eso me derretía. Por alguna razón quería destrozar esa fachada, quería pervertir lo y hacer que cayera aun estando de esta manera. Después de todo era un monstruo ¿No?

—¿Que hacemos?—pregunto mientras la luz lunar caía sobre sus hombros y parte de su cabello. Sus ojos se encontraban abiertos observándome fijamente aun con el color en sus mejillas. Definitivamente quería corromperlo. Quería que me necesitara y así, saliera el Tae agresivo y ardiente que hacía que los vellos de mi piel se crisparan. 

—Que tal...—mire entre la negrura de mi habitación algo con que entretenernos, hasta que mi mirada choco con mi lapto que se encontraba sobre mi cama, me había olvidado de ella. Lo mire con una idea.—¿Que tal si vemos un vídeo?

Después de todo a lo mejor si lo corrompería.

「A Oscuras」 ;+k. thDonde viven las historias. Descúbrelo ahora