Mi madre al no obtener respuesta por mi persona opto por irse confundida del lugar, podía sentir sus pasos largos alejándose de la habitación, ahora quedaba sola con mi "monstruo" terrorífico. Mi corazón latía desenfrenada mente, tenía miedo de que en cualquier momento se saliera de mi pecho, el silencio y aquella respiración fría sobre mi nariz, hacían las cosas mas difíciles de lo que ya eran.
Sentí entre la oscuridad, como despegaba sutilmente su dedo de mis labios, por un momento me sentí mal. Mi cuerpo pego un pequeño brinco al sentir su mano en mi mejilla derecha, su piel fría junto a mi mejilla caliente, me propinaban una electricidad inimaginable.
El cuarto era iluminado escasamente por la luz del pasillo, la cual atravesaba las hendiduras de la puerta, en la cual, estaba aprisionada por mi monstruo, nunca pensé en atravesar este tipo de situación, es que, viéndolo desde cualquier angulo; es absurdo, ya saben el monstruo, la oscuridad, la niña asustada, miedo, sola... todo parecía de alguna manera una película para niños, nada real. ¿Y si era producto de mi imaginación y, todo es falso?.
La escasa iluminación proveniente del pasillo, me hizo ver una parte de su cara—la cual estaba pegada a mi rostro—para ser exactos un ojo, aquella parte visible gracias a las hendiduras de la puerta hicieron que se formara un nudo en mi garganta, podía ver parte de su cabello y aquellos ojos que parecían traslucidos me parecieron perfectos, sentía como mi estomago sufría miles de retortijones ante esa vista. Definitivamente, esto no era producto de mi escasa imaginación, no era tan creativa.
Los pelos de mi nuca saltaron en el instante que sentí su cuerpo pegado al mio, cada vez se acercaba mas a mi—como si eso fuera posible—. Estúpidamente no podía decir nada, ni mucho menos efectuar cualquier movimiento, estaba idiotizada, lo único que podía llegar a pasar por mi cerebro era lo cuan cerca estaba de mi. Los segundos parecían eternos, cada vez que lo miraba a los ojos, sentía mi cuerpo tambalearse como gelatina, su fría respiración me hacía cosquillas en mi nariz, así que gire mi cabeza, pegando mi roja mejilla a la madera de la puerta, pero quede en shok cuando sus dedos tomaron firmemente mi barbilla e hicieron que regresara a mi posición anterior, mis retinas se abrieron al sentir aquella piel fría sobre mis labios, sus labios estaban sobre los míos, no se movía, solo los dejo entrelazados con los míos, unos segundos después los movió sutilmente, por inercia cerré mis ojos y accedí al beso, era sencillo y nada violento, me encanto, sentí como poso una de sus manos en mi clavícula y no me importo, solo quería seguir disfrutando de aquel roce y de aquellos labios sabor cereza.
Pero todo se fue a la mierda cuando sentí que me faltaba algo vital, mis pulmones necesitaban aire, era como si estuviera debajo del agua, y necesitara urgentemente adquirir oxigeno. Intente alejarme, por mas doloroso que lo sintiera, tome la valentía necesaria para atreverme y por primera vez tocarlo, me asuste, se había tensado ante el roce sutil de la yema de mis dedos sobre su hombro descubierto, ¿Acaso estaba desnudo?. No le importo que me estuviera ahogando y siguió robándome el poco aire que me quedaba, coloque mis manos en sus hombros y lo impulse hacía atrás, ¡Joder me estoy ahogando!.
Su cuerpo se despego del mío y por unos segundos el frío al igual que el aire, volvieron a mi, mi respiración al igual que la de el era agitada, como si hubiéramos corrido un maratón entero sin detenernos. No tuve tiempo de espabilarme ya que, en cuanto lo despegue de mí, volvió a acercarse y esta vez planto sus labios sobre los míos y no de una manera sutil, sus movimientos eran agresivos, muy diferente al beso anterior y eso, hizo que me aturdiera. Ya no era calmado y sutil, pareciera como si quisiera arrancarme los labios, su respiración comenzó a hacerse pesada, el sonido de sus labios pegajosos chocar sobre los míos era lo único que se escuchaba—a parte de nuestras escandalosas respiraciones—en la oscura habitación. Levanto mi mentón bruscamente separando sus labios de los míos y a su vez haciendo que mis ojos observaran las estrellas adhesivas del techo de mi cuarto, temblé como un terremoto al sentir sus húmedos labios sobre mi cuello, chille al sentir una pequeña mordida cerca de mi clavícula, su respiración ahora era caliente y me quemaba parte del cuello cada vez que respiraba. Dios, ¿Pero que mierda sucede?.
No podía aceptar esto, pero me era imposible pararlo, estaba confundida. Salí de mis pensamientos en el momento en que sus manos me tomaron por las piernas y sin mucho esfuerzo me levantaron en el aire, haciendo que por miedo a caerme enroscara mis piernas sobre su cintura, mi corazón saltaba locamente, intentando salirse, huir y abandonarme. Asustada ante el acto pose mis manos sobre sus hombros. Sin despegar sus labios de mi cuello danzo con cautela por la habitación totalmente oscura, ya que mi madre—sin darme la mas mínima cuenta de ello—apago las luces incandescentes del pasillo. Sentí como su cuerpo reboto contra el mío al haberse sentado desesperada mente sobre la cama, mis mofes subieron mas de tono al sentir como sus manos sudorosas acomodaban mis piernas, haciendo que cada una quedara a cada lado de su cintura, despego sus labios de mi cuello y sorprendiéndome los planto en mi mejilla, haciendo que aquel beso tronara en la habitación.
—A-ayúdame...—mi cuerpo se congelo por completo, aquella voz gruesa y ronca hizo eco en mis tímpanos, no lo creía, primera vez, desde los ocho años en la que oigo aquella endemoniada voz, intente grabarla en mi memoria, pero quede desconcertada ante lo que había dicho. ¿Ayudarlo?.
Estaba a punto de responder, de sacar todo lo que me quedaba y tener el valor de abrir la boca, pero fui interrumpida por su cuerpo, el cual comenzó a moverse por debajo de mi, ¡Oh shit!, al ver que yo no hacía nada, coloco sus manos sobre mi cintura, aquel tacto produjo un cosquilleo inimaginable sobre mi parte baja, y suavemente comenzó a mover mi torso sobre el suyo, suspire inconscientemente, no sabía explicar cuan magnifico se sentía aquel sutil movimiento de baiven, mi cuerpo se tenso al sentir su masculinidad hacer presión sobre la mía, un leve gemido salio de mis labios resecos al sentir como sus manos hacían presión sobre mi cintura, logrando así que nuestras partes se rozaran mas a fondo. Nunca había sentido algo así, sentía miles de emociones estrujar mi corazón agitado. Sus respiraciones desenfrenadas eran interrumpidas por sus constantes gemidos bajos, los cuales hacía, que mi cuerpo actuara por si solo, y, sin pensarlo yo comenze el baiven restregando mi cuerpo sobre el suyo, cada vez mas sentía como su masculinidad se hincaba mas y eso me provocaba miles de sensaciones, como miedo y lujuria. Acerque mis manos a su cabellera, el anhelo que tenía por tocar su cabello crecía mas en mi, después de haber visto a pocas penas como era, quise saber como se sentía, la yema de mis dedos rozaron aquel cabello dorado y sudoroso, podía sentir otra vez como se tensaba, y eso, me encantaba. Su respiración ahora se encontraba mezclándose con la mía, acerco sus labios a los míos y repaso con su lengua mi labio superior, temblé, di el paso y lo bese, y sin chistar me siguió el beso suave y lento de mi parte, pero luego el tomo el control de la situación y gracias a mis movimientos, convirtió el beso en algo brusco y salvaje. Apretó mi muslo duramente y gemí ante aquello, en eso el aprovecho y metió su lengua en mi boca encontrándose con la mía, su lengua empujaba la mía repetidas veces y, suspiros de mi parte salían a flote.
A los segundos de arduas movidas, sentí mis ojos pesados, no sabía cuanto tiempo llevábamos así, pero me sentía cansada. El detuvo sus movimientos y me miro a los ojos, entre la oscuridad, me sentí rara ante esa mirada. Acerco sus dedos a mi cara y, los poso en mis parpados, haciendo presión levemente para que los cerrara, y eso hice, los cerré. Sentí como el frío golpeaba mi cuerpo y, ahí me di cuenta de que estaba sola.
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「A Oscuras」 ;+k. th
Fantasi❝Hay un monstruo en mi cuarto❞ ✧Actualizaciones lentas. ✧Historia 100% mía. ✧mintaeung.