CAPÍTULO XI

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Justo cuando creí que nada podía ir peor, recibí una llamada, los chicos y yo teníamos que ir a Australia por una o dos semanas, lo había olvidado por completo y a esos viajes no puedo llevar a ______.

Primero que nada hablé con ella, le expliqué la situación y ella, como siempre, lo tomó muy bien, siempre supo que Il Volo es mi sueño hecho realidad y nunca ha hecho o dicho algo para frenarme, incluso ahora.

Antes de irme, le pedí a Lizzy que se quedara con ______ o que, por lo menos, la visitara frecuentemente. Tal vez me preocupaba de más pero, en verdad no quería dejarla sola en su situación y, mucho menos, con Alessandro asechando tan cerca.

Narra (______)

Volteé a ver el reloj, eran las 6:00pm, el vuelo de Piero salía a las 9:35pm, teníamos el tiempo necesario de llegar a documentar todo. Lizzy y yo los acompañamos hasta que la seguridad del aeropuerto nos lo permitió.

—Te voy a extrañar. —Dijo Piero abrazándome con fuerza. —Promete que te vas a cuidar.
—Lo prometo si tú lo prometes también. —Respondí mirando directo a sus ojos, esa corriente en mi estómago se intensificaba cada vez que lo hacía.

Después de una emotiva despedida Lizzy y yo nos fuimos al departamento. Ella tenía que regresar a cuidar a sus hermanos, ya que a su madre le tocaba trabajar el turno nocturno, así que me quedé sola y, como no tenía nada que hacer y aún era temprano, decidí que podía dar un paseo, tal vez iría a ver a mis hermanos.

Caminé y caminé, creía saber el camino, después de todo, no estaba muy lejos pero, me equivoqué, mientras más andaba, menos reconocía las calles, estaba perdida y me comenzaba a poner muy nerviosa, pensé en llamar a alguien, a Lizzy o a alguno de mis hermanos pero, al sacar mi teléfono con mis manos temblorosas, un niño salió corriendo de una esquina y tropezó conmigo haciendo que mi celular se hiciera pedazos en el suelo, se disculpó y lo recogió poniéndolo en mi mano pero, era inútil, ya no podría hacer nada. El niño se fue y yo olvidé preguntarle cómo llegar a mi dirección. Mi única oportunidad y la dejé ir.

Seguí caminando, ahora en dirección contraria esperando recordar por donde había llegado, en poco tiempo oscurecería por completo y no sabía si ese lugar era peligroso.

Entre a una calle y a otra y a otra pero no veía nada familiar, me estaba asustando ya que desde unas calles atrás, un auto negro me estaba siguiendo, cada vez se acercaba más y ahora iba detrás de mí, me alarmé y en un ataque desesperado de supervivencia, comencé a correr, el auto se acercaba cada vez mas rápido y yo sentia que me atraparían en cualquier momento, las lágrimas empezaron a salir de mis ojos justo cuando choqué con alguien, sentía que era el fin. Levanté la vista y vi a Alessandro, no sabía si alejarme o si pedirle ayuda, estaba desesperada así que pedí ayuda.

-— ¿!______?! ¿Qué estás haciendo aquí?
—Me he perdido y un auto me está siguiendo, ayúdame. —Alzó la vista y yo volteé para ver la reacción del auto, el cual había dado la vuelta y se estaba alejando.
—Tranquila, sígueme, mi casa está a una cuadra, vamos por mi auto y te acompaño a casa.

A pesar de que Piero me había dicho que no me acercara a él, en ese momento no pude pensar en no hablarle, yo estaba en peligro y gracias a un milagro el aparecio en mi camino.

—Eso estuvo cerca, ya se fue.
—De verdad muchas gracias.
—No hay de qué pero, ¿qué hacías sola en la calle y, tan tarde?- Dijo poniendose frente a mí.
—Solo quise salir a caminar y ya no supe regresar, sé que fue una tontería.
—Ven aquí, lo bueno es que estás bien —Me abrazo fuertemente y yo no sabía si responderle o alejarme. Como gesto de caballerosidad, me dio su chamarra para cubrirme del frío, no parecía tan malo después de todo.

Caminamos hasta llegar a su casa, en verdad no estaba muy lejos. Entramos y había una señora en el sofá, bordando algo con un par de agujas gigantes.

—¿Tú eres ______? —Dijo levantándose y acomodando sus lentes. Antes de poder contestarle me abrazó.
— ______ ella es mi madre. —Dijo Richard.
—Mucho gusto señora.
—Sigues siendo igual de linda, mi hijo siempre habla de ti.
—¡Madre! —Alessandro rió apenado mientras buscaba sus llaves.
—¿Nos acompañas a cenar?
—Ella solo viene de pasada, voy a dejarla en su casa. —Respondió él al ver que no sabía como decirle que no a esa tierna señora.
—Que pena pero, me dio gusto verte de nuevo, espero verte pronto por aquí. —La señora se despidió muy gentilmente pero, por desgracia, no podía prometerle regresar.

Alessandro y yo salimos y gentilmente abrió la puerta del copiloto para que entrara.

—Disculpa a mi madre, hace mucho tiempo que no te veía y, te extrañaba mucho.
—No, descuida, es adorable. ¿Puedo preguntar algo?
—Claro.
—¿Desde hace cuánto nos conocemos?
— ¡Uf! Muchísimo tiempo, nos conocimos en secundaria, tú tenías 13 y yo 14. —Dijo sin despegar los ojos del camino.
—¿En verdad? Pero, ¿por qué no estás en la foto de graduación? —Pregunté recordando las fotos que Lizzy me había enseñado.
—No estuve mucho tiempo aquí, me mudé a América antes de graduarnos.

Ya no pregunté más, ni siquiera sabía si estaba bien hablar con él.

—Llegamos preciosa, no vuelvas a salir sin compañia, ¿está bien? pusiste tu vida en peligro.
—No lo volveré a hacer de verdad muchas gracias.
—No agradezcas, si me lo permites, te dejaré mi número de teléfono y cualquier cosa que necesites puedes llamar. —Anotaba su número en un pedazo de papel que encontró, había olvidado lo de mi teléfono pero, daba igual, lo mandaría a arreglar al día siguiente. Nos despedimos y me metí a casa.

Al día siguiente, Lizzy llegó temprano y pasamos el día juntas.

—Amiga, ¿qué sabes de Alessandro? —Pregunté.
—¿Qué sé de él? No mucho, Piero y él no se llevan para nada pero no sabría decirte por qué.
—¿Es un mal hombre? —No era que no confiara en la palabra de Piero pero, quería tener una segunda opinión, a mi parecer no era mala persona pero, qué iba a saber yo si a penas recordaba mis apellidos.
—A mí no me lo parece. ¿Por qué tan interesada?
—Bueno, ayer salí a caminar y me perdí, él me salvó de un auto que me perseguía.
—¡Saliste tú sola! —Ya me esperaba ese regaño y, aunque le expliqué mi punto, me dio un gran sermón. —Gracias a Dios que estaba ese hombre cerca. —Dijo exagerando un poco.
—Sí por cierto, ¿me acompañas a arreglar mi teléfono? —Ella se burló al ver las partes de mi celular y luego aceptó.

Lo llevamos y, a pesar de que yo lo tenía desarmado, lo tuvieron listo ese mismo día. En la noche Lizzy se fue de nuevo a su casa y, esta vez, no me quedaron ganas de salir, me acosté temprano viendo un rato la televisión, hablé solo por mensaje con Piero, dijo que estaba teniendo mucho trabajo y yo no quería molestar mucho y por supuesto que no le conté mi aventura.
Por último, tecleé el número de Alessandro en mi teléfono y le mandé un mensaje.

"Gracias otra vez por salvarme, bonita noche."

Por fin!!!! Aquí tienen el siguiente capítulo. De verdad agradezco el apoyo que le dan a mi obra! Espero que les guste, voten y comenten qué creen que pase después...

Gracias 😄😄💙💙

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⏰ Última actualización: Apr 17, 2017 ⏰

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[PAUSADA] Más Allá De Todo (Piero Barone)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora