¿Cómo era posible? Acababa de ver el ataúd de Alessia, las personas llorosas y de negro, y ahora estaba justo frente a mí.
Sus ojos estaban fuera de órbita. Miraba a todas partes como si fuera la primera vez que se sentaba en un cubículo. De repente se acercó a mí y me abrazó. Pero no fue un abrazo de desahogo como se esperaría de alguien que se supone está muerto. No. Era un abrazo enérgico y con rabia. Me abrazó con tanta fuerza que me faltaba el aliento. Sentía como mi corazón se aceleraba junto con el de ella. Se separó de mí y tomo mi mano. ¿Cómo demonios esta chica tenía tanta fuerza? Apretó mi antebrazo con la fuerza de un hombre haciendo que me doblegara ante ella mientras me miraba con ojos pasivos. Grité con todas mis fuerzas, pero nadie me respondió.
Alessia me soltó dejando la marca de su mano impregnada en mi brazo.
Lágrimas de sangre volvieron a caer por sus mejillas. Las cortaduras iban desde su rostro hasta donde me permitían ver sus medias teñidas de rojo. Algo en mí se rompió al ver lo que le habían hecho. No se lo merecía y había terminado así. Ahora quien lloraba era yo. Por más que lo intentase no podía parar. Cada vez que la miraba sus heridas era como si me las estuviesen haciendo a mí.
- ¿Q-quién te hizo esto? - dije en un hilo de voz. Mi pregunta hizo que Alessia desatara el llanto. Esta vez gritaba. Podía sentir el dolor en su voz.
Otra vez se apagaron las luces. Ya no escuchaba los sollozos de Alessia.
Me levanté del suelo y traté de buscar a oscuras la puerta. Ya había pasado demasiado aquí. Al fin encontré la salida. Giré la perilla, pero lo que encontré del otro lado de la puerta no fue la iglesia. Estaba otra vez en el bosque blanco de la otra noche.
- Hola, Electra - una voz muy conocida para mi me hablo al oído.
- ¿Mamá?
- No soy tu madre.
- Pero...
- Lo sé. Solo tomé su apariencia.
- Eres la sombra de mis pesadillas...
- Chica inteligente.
- ¿Qué demonios quieres? ¿Por qué apareces y desapareces a tu antojo?
Debía estar dormida todavía, ¿Cómo estaba dormida si hace un rato estaba en la iglesia?
- No quiero nada... por ahora. Aparezco y desaparezco porque puedo y ... no estas dormida.
- ¡Claro! Ahora me dirás que en realidad vi a Alessia y que está viva.
- Si la viste, pero no, no está viva.
- ¿Quién eres?
- Buena pregunta - hizo una pausa. Se acercó a mí y me miro a los ojos - Soy tu guardián.
- ¿Mi guardián? - me eché a reír en su cara mientras el rostro serio de mi madre se endureció - Por lo que he visto, de lo único de lo que tengo que protegerme es de ti. Siempre salgo con un golpe en la cabeza.
- Hay cosas más peligrosas que un golpe y de las cuales solo yo puedo protegerte.
- No necesito que tú me protejas.
- No seas testaruda. Vamos, sígueme.
- No iré a ningún lado contigo.
Camine en dirección contraria a mi madre o mi "guardián". Di vueltas en círculos por un buen tiempo sin un rumbo fijo. La temperatura estaba como a 20 grados bajo cero. No tenía la ropa adecuada para este tiempo. Me recosté de un árbol. El cansancio se apoderaba de mi cuerpo. Los pies me dolían a horrores. Los parpados se me hacían más pesados.
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Elemental
Mystery / ThrillerEstados Unidos, Pensilvania, 2016. En el pequeño poblado de High's Ville de no más de 2,699 habitantes entre los que nada pasa desapercibido. Después del primer misterioso asesinato, el temor, la desconfianza y la incertidumbre recorren sus calles...