Dulce y Rudo

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Me encontraba maldiciendo mi  suerte cuando, escuche que la puerta de la habitación se abrió, Lara corrió hacia la maleta y observaba con admiración la ropa que estaba dentro de esta.

-         Wow, no sabía que tenías tan buen gusto para escoger ropa, está sumamente sexy.

La fulmine rápidamente con la mirada.

-         No es mía,  tome la maleta equivocada.

-         Ni tan equivocada, vístete e iremos a tomar tequila diabólico para bailar y coquetear con algún hombre para que pague la cuenta, mejor dicho que un par de amigos la paguen llame a Marcos, un chico que lleva detrás de mi mucho tiempo, quien quita y hoy le digo que si deseo ser su novia.

La mire horrorizada, ¡yo tomar, bailar, coquetear con extraños en un bar! de pronto la idea de encanto, busque entre el montón de ropa, algo que se ajustara a mi cuerpo, escuche el grito de Lara que decía en voz chillona:

-         ¡Lo encontré! – pude ver que era un vestido corto, de encaje y de color negro-  Amo, a este diseñador es un Armani, no puedes desaprovechar la ocasión, no todos los días te consigues una maleta con esta clase de ropa.

Ella tenía toda la razón, nunca tendría el dinero para comprar un vestido tan fino y exclusivo, caí nuevamente en la tentación, busque unos zapatos con tacón de aguja marca Prada de color rojo, ella decidió maquillarme. Mientas lo hacía no paraba de hablar de Marcos no prestaba ni el mas mínimo de atención a lo que decía, bueno es que  solo le pedía a Dios que no me dejara como una ramera de burdel barato, cuando termino la sesión de belleza al mirarme al espejo vi que era la mejor versión de mí, no quedaba ni rastro de la niña que lloro toda la noche anterior.

-         ¡estas guapísima prima! – con una voz muy chillona.

-         Si, tienes toda la razón.

-         Creo que deberías usar el cabello suelto, no recogido.

-         Si, debería de usarlo como dices. Deje caer mi larga cabellera castaña.

Mi cabello parecía cómplice de aquel cambio de look, las ondas suaves daban la apariencia de una seductora sirena.

-         Ya estamos listas, te espero abajo para presentarte a mis amigos te va a encantar Damián, es muy amable.

-         Lara, yo no estoy como para conocer chicos ahora, apenas hace dos días vi a mi novio y mi mejor amiga teniendo sexo. - La cara de Lara pareció desencajada, como si me hubiese transformado en un monstruo terrible sus ojos gritaron en vez de su boca-  ¿acaso no sabes la razón por la cual yo estoy aquí? Mi madre tuvo que haberles dicho algo.

-         No. –con un tono seco.- ella nunca comento, que esa era la razón de tu viaje, solo dijo que querías aprender a cocinar, seguir con la tradición familiar, la tradición de los Yturria Palacios.

-         ¿Tradición? – dije sin aliento- vine porque quería escapar de Londres, porque fui engañada, y todavía no sé si fue la mejor decisión que he tomado en mi vida.- una lagrima comenzaba a desprenderse de mi rostro cuando Lara la seco con su dedo índice suavemente, acerco mi cuerpo al suyo para darme un abrazo y susurro a mi oído:

-         Estoy contigo, para estoy aquí, para eso somos familia.

-         Gracias, necesitaba este abrazo. Las dos reímos en complicidad. Tomo mi mano y bajamos a la sala de estar en donde efectivamente nos esperaban su novio Marcos y su amigo Damián.

Marcos era un chico de unos 28 años de edad un poco mayor para Lara,  era rubio de ojos azules y una sonrisa de un chiquillo de ocho años tenía la pinta de ser decente, trabajaba como analista financiero para la empresa “Reporte económico” c.a, parecía tenerlo todo, el carro, el trabajo y la posición social pues era hijo del ministro de economía y finanzas del país. Nada tonta me resulto mi prima Lara, a pesar de que ella decía que él era solo un juego en sus ojos se le podía ver que estaba realmente interesada por él.

Damián a su vez parecía el más callado, tranquilo y amable de todos, era sumamente atractivo media como 1.80 de alto, ojos negros, piel blanca  casi vampiresca, un cabello liso de color castaño claro. Lara me comento que era hijo de un importante magistrado del país, además de que estudiaba un postgrado en historia contemporánea, dentro de mí pensé que si era más perfecto era gay.

Damián me miraba como nunca René (el maldito perro que me boto por la sucia de mi mejor amiga) lo había hecho, como queriendo mirar mi alma y la desnudes de mi piel me sentí alagada por ese momento y luego incomoda. Se presento como todo un caballero.

-         Mucho gusto, Damián monteros para servirle.

Tomo mi mano y note que esta se veía tan menuda comparada con la de él.

-         Mucho gusto, Ana lucia

-         Un bello nombre para una bella dama.

-         Okey. –mi voz sonó algo extraña.

-         Bueno, ya basta de presentaciones y larguémonos a tomar tequila dobles, para celebrar la llegada de mi prima, mejor dicho de mi hermana Ana lucia. – dijo Lara.

-         Ya ha hablado Lara así que eso es ley para mí.- dijo Marcos.

Al salir de la casa note que había dos carros, lujosos, deportivos y de último modelo. Damián tal vez percibió  mi rostro algo sorprendido, me miró con sus hermosos ojos negros sonrió cómplice de aquella situación, tomo mi brazo y me llevo a su automóvil me pareció de lo más romántico, entramos y coloco música era muy romántica tanto que quería llorar pues estaba pensando en el imbécil de mi novio mejor pensado mi ex novio, el noto aquella expresión de mi rostro, con unos ojos que deseaban saber que me sucedía.

-         Eres muy callada.  

-         No, en realidad soy muy platicadora solo que no tenemos confianza.

-         ¿pensabas en alguien cierto?-  en tono tímido y rudo.

-         No, bueno en realidad si en mi madre.

-         Cierto que acabas de llegar de Londres, debe ser duro llegar a un país tan diferente como lo es este, pero tranquila acá cuentas con amigos como yo.

-         ¡Qué dulce eres! –  su mirada se clavo en mi, tanto que por un momento me sentí intimidada por aquella situación-

-         Ser dulce es bueno, pero es algo que  se le dice a los amigos.

-         Bueno somos amigos, ¿qué quieres que te diga?

-         Somos amigos solo por ahora. – su mirada era picara y seductora.- tu serás mi esposa y eso lo acabo decidir y si te estás preguntado si estoy loco pues no, me gustas y no entiendo si solo te acabo de ver.

-         ¡es una verdadera locura! ¡¿tú esposa?!  Oye te juro que ya me di cuenta que se te volaron los tapones, es decir que tu pana estás loco. – sentí que el carro paro y me aterre por mi mente pasaba muchas cosas como la de quererme matar y violarme.- ¿Por qué paraste el carro?

-         Porque acabamos de llegar a la discoteca.- su expresión era la de una risa burlona y picara que te invitaba al pecado.- ¡no te asustes chamita! No te pienso matar.

Reí al igual que el, también haciéndole una invitación sexual.

Bajamos del auto y entramos a la discoteca. El poso su mano en mi cintura y clavo sus ojos en los míos sentí la atracción, un gran magnetismo que invitaba a liberar tus mas grandes pasiones, acerco su rostro al mío, sus labios rozaron los míos, y acepte aquel beso que erizo mi piel, jamás me había sentido así, tal vez era la nostalgia, la música que sonó en aquel auto de lujo, lo hermoso que era el chico que me besaba o era la venganza.

Lo empuje tan fuerte como pude y su rostro se noto desencajado, llevo su mano izquierda a su cabello y lo desordeno un poco reímos de aquella situación y me tomo de la mano. Lara me miro impactada y me pregunto:

-¡¿Que fue eso?! 

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⏰ Última actualización: Feb 23, 2014 ⏰

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