No confíes en un capitán herido. A veces las personas oscuras son las que guardan la verdadera luz en el interior, Tane.
Siento una confusión enorme y de repente abro los ojos y Brogan ya no está. Simplemente el tritón se la llevó. Esos cola rosada tienen trucos demasiado astutos. Espera... yo soy cola rosada.
Está bien. Al grano. Brogan no está. Quizás no fue buena idea venir a las puertas de Abelledune. Aunque está demás decirlo, todos sabemos que en esta misión vamos a morir.
No.
Debo intentar algo. Ahora Brogan está en peligro y yo puedo solucionarlo. Dios, soy una sirena, a medias, debo conocer algo acerca de este reino.
Veo al caballero y al soldado tan desconcertados como yo y luego al caballero sonrojarse, pero no de vergüenza, sino de ira.
-El sireno se llevó a Brogan- dice empuñando ambas manos.
El soldado está apenas asimilando la situación. Creo que todos estamos perdidos. Muy perdidos.
-Debemos continuar- digo pero el caballero bufa y el soldado me ve de una manera odiosa, como si yo fuera la culpable.
- Ahora veo que sí servías de algo- me dice sin dejar de ver el resto de escamas sobre el borde de mis pies.
-Ni siquiera estoy muy segura de a qué he venido acá. Brogan me ha confesado parte del porqué estamos aquí, y el porqué debíamos ir a Abelledune, anoche. De no haber sido por ella no habría sabido qué camino tomar.
El soldado me ve de nuevo, desdeñoso. ¡Cómo si yo tuviera la culpa de todo esto!
-¡Es sencillo!- explota el caballero, recuperándose sobre una roca. Por un momento temo que vuelva a parecer el tritón.-Reinos en guerra. Pobreza. Crisis. Búsqueda de la paz. Piedra preciosa. Paz. Nueva guerra. Búsqueda de la piedra para recuperar la Paz, de nuevo. -Dice mientras enumera con sus pálidos, y escuálidos dedos.
-¿Y por qué nadie me tomó en cuenta antes? Yo ni siquiera sabía de la historia de nuestro reino.- digo tratando de no levantar el tono. El caballero me ve, sin tener mucha idea de qué decir.
-Eres como una niña ilusa. Ni siquiera debimos confiar en tus planes. Nunca nos dijiste que eras un híbrido.
-¡No son cosas que se digan en primera instancia!- tiendo mi mano hacia él-"Hola, me llamo Tane de Goldenwave y soy mitad humana, mitad sirena"- digo con una voz fingida y chillona.-¡No! Éso no se espera de nadie! Por lo menos tú sabes mi nombre. Yo no sé nada de ti- digo y el caballero apreta de nuevo los puños. El soldado nos ve, un poco asustado, sin saber qué rol lleva en realidad en esta situación.
-Me llamo Caelan. Caelan Burns.- dice viendo hacia la piedra en la que Brogan se había recostado, como esperando a que vuelva a aparecer.
-Mucho gusto Caelan- digo amablemente, aunque sé que me lo ha dicho a regañadientes.
El soldado ve hacia ambos lados y el caballero lo mira directamente.
-Creo que es tu turno de presentarte.
-Yo soy Deron- dice apenas viendo hacia mí. Aunque de vez en cuando mira hacia mi mantel.
-Creo que ahora podríamos ir a Abelledune- digo en más confianza- Aunque admito que hay que trazar un mejor plan.
-Tenemos que recuperar a Brogan.- dice el caballero, Caelan, con la mirada severa.
-Sí- digo mientras mis manos resbalan en el moho de otra piedra. Trato de aferrarme a lo poco que me queda para no caer de nuevo en el agua.
Caelan, Deron y yo estuvimos en lo que nos quedaba de la tarde haciendo un plan, algo, para poder recuperar la piedra. Ahora que voy nadando ligeramente hacia el fondo del agua, buscando comida, puedo reflexionar en lo que en realidad está pasando.
Caelan me contó lo que sucedió. No es cualquier reino el que nos pidió la piedra, a nosotros, a Goldenwave, para mantener la paz. Fue Murblood. Ése, el Reino en el que el sumo es uno de los vampiros más temidos en este lugar, y aún más en Goldenwave, donde ejecutaron a millones de personas hace más de dos siglos, por culpa de una deuda que el rey no se había preocupado por saldar. Y entonces, solamente un reino amigo tuvo la idea: Una ofrenda de paz, un sortilegio demasiado especial para poder negarse a crear una especie de acuerdo entre ambos reinos. Y ése fue el Reino de las sirenas. Aunque nadie sabe cómo fue que las sirenas obtuvieron de nuevo la piedra, puede que sea por un trato roto con Goldenwave, o peor aún, con Murblood.
Mientras arranco unas pocas algas de la pequeña orilla del mar en el que me sumergí puedo pensar en lo injusto que fue el capitán. Yo lo sané, incluso cuidé que no estuviera pasando demasiado frío; en cambio él, nos mandó a nosotros a la mortífera misión solos. Habría preferido que el tritón lo raptara a él y no a Brogan. Por eso odio la monarquía y a los subordinados que se creen con el derecho de mandarte. Estoy enojada con el capitán. Y juro que no me había enojado tanto en mi vida. Ni siquiera cuando el rey nos mandó a esta horrible misión, puesto que, al menos él tenía una tonta razón para castigarme: los rubíes.
Nado de nuevo hacia la superficie, con un poco de algas en las manos.
Al subir por las resbaladizas rocas me encuentro con el caballero y el soldado, conversando de una manera discreta y con nerviosismo.
-Ya vine- digo colocando las algas en las rocas y esperando brevemente el hormigueo que recorre mis piernas tras la transformación, o mi cola, no lo sé.
-¿Qué es eso?- dice Caelan apartando la mirada del soldado, quien parece consternado.
- Son algas marinas.- digo y él me ve aún más desconcertado.
- Son comestibles- digo sentándome, acomodando el mantel mojado.
-Parecen venenosas- dice señalando las manchas moradas y amarillas sobre el verde ópaco de las algas.
- En el mar, lo que te parece inofensivo puede resultarte asesino. No te guíes por prejuicios Caelan- digo y tomo una de las algas y comienzo a masticar.
Al instante veo a Caelan y a Deron comiendo de las mismas y sonriendo al sentir el agridulce sabor.
Al crepúsculo terminamos de armar el plan. Probablemente Caelan piense mejor que yo. Aunque yo también di ideas. El soldado... él observó.
Cuando me preparo para dormir sobre mi mantel ya seco escucho a Caelan dormir a un metro de distancia. Escucho "Brogan" de entre sus labios y eso basta para entender el por qué él cambió.
Es verdad, Brogan no es probablemente la chica más audaz, o la más honesta, pero algo en ella hace que me sienta en confianza, casi como estar con el pequeño Guck.
Recuerdo cuando sané su frente, y por alguna extraña razón sé que ella sabe que fui yo. Pienso en la sonrisa que me dio cuando estábamos en la proa.
Ella está en medio de este lío injustamente como nosotros. Debemos rescatarla. Quiero rescatarla. Y estoy segura que la piedra tampoco es el objetivo primordial de Caelan.
Veo hacia el cielo estrellado y siento el frío que se apodera de mi casi desnudo cuerpo.
Hay fase de luna nueva. Lo sé porque no veo la luna. En el cielo oscuro de este lugar el más mínimo destello de luz sobresale de entre toda la oscuridad. Entonces siento algo dentro de mi corsé.
Una luz verde y blanca que proviene de mi busto me cegan por un instante.
Es la piedra. Y no había brillado así desde que el capitán me la dio.:::::
Uyyyy
Besos
Warriors
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El Secreto de Goldenwave #PremiosCandy
FantasyBienvenido a Goldenwave, manténgase alejado si no quiere terminar mordisqueado, apuñalado, intoxicado, enfermo, envenenado o amordazado por diferentes tipos de... digamos, criaturas. Goldenwave será su hogar por los próximos miles de años a menos q...