El Secreto de Goldenwave #PremiosCandy

20

Esta misión fue injusta para todos, Tane.

Siento el aire llenar mi pecho de nuevo y vuelvo a sentir algo extraño en mi piel. Tener la piedra en mis manos otra vez hizo que de alguna manera se fuera todo el pesimismo que tenía. Hay esperanza. Hay una verdadera esperanza a la que me aferro, porque tengo una pequeña posibilidad de salvar a Goldenwave de los vampiros.
Sujeto con firmeza la mano áspera de Leandro y una sensación me recorre el pecho cuando él hace más fuerte el agarre.
-Me iré- escucho decir a Brogan y me doy la vuelta rápidamente.- Me iré junto a Enora- dice y yo frunzo el ceño, pero me doy cuenta de a quién se refiere al ver a la niña de cabello dorado junto a ella. Son idénticas.
-Yo...- entonces, al fin, reacciono. ¿Brogan se va? ¿Que no estábamos juntos en esta misión?- ¿No irás junto a nosotros a salvar a Goldenwave?- inquiero, tratando de tomar su mano llena de lodo, al igual que su cuerpo entero.
- Tenemos que irnos- me dice sin más y yo asiento. ¿Cómo se va y nos deja?
¿Y no íbamos a luchar todos acaso?
Me pongo junto a Leandro y me aferro a sus brazos gruesos.
-¿Adónde irán?- pregunta Leandro y me doy cuenta que ya perdió completamente el tono de voz autoritario.
-Amberstone- dice Enora y yo no puedo más que morderme la mejilla.
-¿Sabes que queda en camino a Goldenwave?- pregunta Leandro a Caelan.
Caelan frunce el ceño pero Brogan asiente.
- Podemos irnos juntos hasta llegar al punto de separación.- dice Leandro pero Brogan se niega por completo.
-Podemos tomar otro camino- dice ella tranquilamente y algo en mí se calienta. ¿Me enojé?
-Está bien- digo antes de que Leandro vuelva a proponer algo.
Nos separamos del camino y ellos se van por el lado opuesto, mientras Leandro y yo seguimos caminando en las viejas calles del pueblecillo extraño.
-No me parece justo que nos hayan dejado- suelto, molesta, mientras siento mis mejillas arder.
-Ellos no están obligados a luchar Tane, nadie lo está.
-Pero la misión era de todos- digo mordiéndome el labio.
-La misión fue solamente una orden del rey. Una orden injusta y cruel que nos enviaba a morir de muchas maneras.- Leandro vuelve su vista hacia mí y me ve a los ojos con su mirada tan azul como el mismo cielo- La misión era encontrar una piedra en un collar, la cual no encontramos. La lucha no es una misión que se nos haya pedido, es algo que, aunque sigo sin estar de acuerdo, haremos por nuestra cuenta.
Mis ojos se mojan y siento mis pasos cada vez más débiles. Tiene razón. ¿Cómo pude ser tan egoísta y pensar que ellos debían ir a luchar? Si en realidad eso me lo había propuesto yo. Y gracias al capitán tengo un acompañante, de lo contrario no sabría por dónde empezar.
-¿No cree señorita?- inquiere con ese tono tan bondadoso que usa cuando estamos solos.
-Sí- digo caminando más cerca de él.
Seguimos el camino de rocas que sirven de ornamento para estas rústicas calles y, al pasar de muchas horas caminando sin rumbo fijo, vemos a unos hombres ataviados de algo que bien podría ser para un tripulante. Leandro camina firmemente hacia ellos.
Desde lejos los hombres se veían grandes y demasiado fornidos, pero de cerca me doy cuenta de que Leandro es tan grande como ellos, lo cual me sorprende. ¿Tan distraída he estado que no he visualizado correctamente al capitán?
-¿Qué quiere?- pregunta uno de ellos con una voz ruda, mientras el otro hombre, con una mirada más suave pero de rostro duro, nos ve y analiza nuestros harapos.
-Estamos buscando un barco que nos lleve a Goldenwave- dice Leandro de manera suspicaz pero tenaz.
El hombre ríe socarronamente y ambos fruncimos el ceño.
-¿Quiéren morir? Porque yo les puedo hacer ese favor sin necesidad de un viaje- dice y Leandro niega.
-¿No hay barcos que se dirijan a Goldenwave?
El hombre suelta un bufido y nos ve de pies a cabeza. El hombre de al lado le susurra algo al oído y ambos vuelven a vernos con las manos en sus barbillas, pensando.
-¿Están conscientes de lo que se pueden encontrar?- pregunta y ambos asentimos.
-Murderblood atacó el reino. El que quiera ir a Goldenwave se dirige a su muerte o a una vida bajo las órdenes de los toma sangre.- dice.- Sólo un estúpido iría hacia allá en estas condiciones.
-Tenemos certeza de eso- le digo y el hombre abre mucho los ojos, como si mis palabras hubieran sido casi una ofensa.
Leandro se pone delante de mí y el hombre de mirada amable le vuelve a decir algo al oído, el cual creo que está sacando humo.
-Tienen suerte de encontrarnos.- dice luego de unos minutos de tensión- Otro en Verthrow ya habría secuestrado a la muchacha y usted estaría muerto- dice viendo a Leandro ferozmente, acentuando la cicatriz que tiene en el ojo.
Leandro no pierde la postura y los seguimos en camino al puerto más cercano.
-Nosotros nos dirigimos hacia Amberstone.- dice el hombre apeándose del carruaje extraño en el que íbamos. Estamos llegando al pequeño puerto de madera con barcos no tan grandes.-Así que debemos encontrar a un loco, como ustedes, que quiera llevarlos a Goldenwave, si es que  todavía se le puede llamar de "esa" manera.
-Yo puedo llevarlo- dice Leandro y el hombre carraspea su garganta.
-El barco...- mueve la mirada hacia los diferentes barcos y luego nos ve- Siendo así, no puedo darles otro más que el último.
-¿El que tiene un agujero en la vela?- inquiere Leandro.
-Sí.- tose toscamente y luego nos ve de nuevo, más curioso- Con ese podrán llegar en tres días, si el viento va a su favor- dice y Leandro se muerde la mejilla.
-Necesitamos llegar antes de que acaben con todos- digo exasperada.
-¿Cómo está segura de que eso todavía sea posible?- me pregunta bufando.
-No lo sé. Sólo necesitamos llegar. Podemos hacer algo por salvar al pueblo de Goldenwave- digo y él sube ambas cejas.
-¿Qué podrían hacer dos humanos como ustedes?- inquiere y yo me muerdo la lengua, literalmente.
-Lo que vayamos a hacer es algo que no tienen porqué saber los demás- digo y él vuelve la vista hacia Leandro, quien no pierde su postura y mira hacia los lados, buscando los mejores barcos.
-¿Saben qué? Les daré este- dice señalando un barco grande y oscuro.- Es uno de los mejores que hay en este lugar. Llevénselo y cumplan con lo que sea que tengan que hacer.- dice y Leandro me toma de la mano. Se despide rápidamente del hombre y abordamos.
- Debemos llegar pronto- dice tomando el timón con brío y esperando a que los vikindos terminen de subir la enorme ancla.
El viaje no pudo ser más tormentoso.
Todo el camino estuvimos tratando de pensar en un plan, un buen plan.
Cavilamos en todas las posibilidades que había de entrar a Goldenwave sin que nos mataran al primer paso, pero es que en realidad eran posibilidades casi nulas.
Debíamos pensar en algo rápido, antes de reconocer la tierra de Goldenwave y no poder pensar más.
Nadie quiere entrar de manera improvisada y morir en el intento.
Leandro planea la ruta más rápida y yo planeo el atajo más seguro para entrar, pero parece que sólo hay un cerebro funcionando, y sin duda es el suyo.
-Tane- me llama de repente, mientras veo hacia adelante con ese aire nostálgico que me invadió los pulmones de un momento al otro.
-¿Sí?
-Prométame algo- dice mientras desliza sus manos en el timón. Yo entrecierro los ojos tratando de analizar lo que su mirada me quiere decir.
- Lo escucho- aclaro para que continúe hablando.
-Si salimos vivos- dice tragando duro y yo me pongo nerviosa. Si es que existe esa posibilidad- Si vivimos después de esto, yo quisiera que nos casemos- dice y mi corazón da un vuelco.
Las posibilidades de quedar vivos ¿Aún existen?
No importa. No importa si puedo estar con él ahora y puedo decir un "sí" que nos acercaría bastante a cumplir esa promesa, con el solo hecho de sentirlo en nuestro interior.
-Sí, capitán.- digo y él me sonríe ampliamente. -Por supuesto que sí.
Y así es como siento el tiempo detenerse, mientras acomodo mi mantel en mi cintura y no dejo ver mis piernas, pero sobretodo, mientras su mirada me llena el pecho de emociones indescriptibles. Luego caigo en la realidad de que debo seguir cavilando, planeando nuestra entrada. Que esto es lo más peligroso que he hecho en mi vida (porque las sirenas, los hombres en la cabaña y Verthrow, no se comparan con enfrentarse a vampiros sedientos).
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