Capítulo 7

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Habían pasado unos pocos días desde la visita en Polis para hablar con la Comandante Lexa y como tal la visita había sido relativamente corta, pero aún había algo que estaba molestando a Abby tras esa visita. Quizás era el hecho de que le había tocado hablar con la mujer que había cambiado a su hija o quizás por el hecho de que ella había traicionado a su gente, sea lo que fuera a Abby le molesta... le molestaba, seguro que lo hacía, que durante esos días no había respuesta de Octavia.

Constantemente se preguntaba si había sido un error dejar a la joven allí sola, y más aún cuando no había una respuesta de ella. No aparecía en la Arkadia, no había un mensaje enviado por un pájaro y tampoco había otras cosas, nada, ninguna señal. Abby sabía que si algo le sucedía a la muchacha entonces sería su culpa.

La mujer suspiro bebiendo de la botella con agua. Se encontraba en el quirófano ayudando a un joven que había sido atacado por una pantera en el momento en que habían salido a cazar. El tiempo en que estuvo sanando las heridas no fue muy largo, gracias a Dios, y el muchacho aún tenía mucho por delante para sanar.

Salió de allí limpiando sus manos. Ella miró a su alrededor y frunció el ceño cuando vio a Kane montado en la camioneta de exploración. Camino con calma hasta él y solo lo miro, sabiendo que el hombre no tenía necesidad de escuchar su voz.

– Solo iremos afuera –

– Últimamente parece que haces eso mucho. ¿Qué ha pasado? –

– Nada, solo pasear con los chicos. Buscar aventuras. Ya sabes, cosas de hombres – Él sonrió asintiendo.

La mujer echó un vistado a la joven mecánica que tras echar una bolsa con algunos objetos se subió a la camioneta. Cruzó sus brazos y levantó una ceja.

– De hombres, eh... –

– Raven viene en caso de que algo en este pedazo de metal se eche a perder –

– No soy tu sirvienta – Raven rodó los ojos. La muchacha observó la conversación de Kane y Abby por un momento hasta que habló. Estaba sentada en el asiento del copiloto así que se inclinó hacia adelante, donde Kane estaba en el asiento del piloto.

– No te preocupes, Abby. Alguien tiene que ser la mente sensata para que ellos no se maten. Yo me encargaré de cuidarlos – Le guiñó el ojo.

Abby abrió la boca, pero después de que Monty y Bellamy abordaran el pedazo de metal gigante, Kane encendió el motor y se marchó despidiéndose de la mujer.

La doctora de la Arkadia observó a los cuatro jóvenes marcharse. Ella solo se cruzó de brazos confundida nuevamente. Algo estaba sucediendo allí.

Sabía claramente que Kane estaba ocultándole algo, pero no estaba segura de que era y eso le molestaba. Creía que la relación con el hombre había crecido bastante, no peleaban seguido por lo que cada uno creía y no se la pasaban en guerra torturando uno al otro por un error que hayan cometido. Se habían hecho buenos amigos, incluso podría decirse que más, pero ella no estaba segura de sí era el momento de avanzar en lo que se refería a su vida amorosa, inexistente en ese momento.

Su prioridad era la seguridad de las personas que la rodeaban y encontrar a su hija.

~ * * * ~ 

Kane condujo siguiendo las instrucciones de Raven sobre el camino que debían tomar para llegar a alguna pista de la muchacha que estaban buscando. El silencio en la gran maquina se hizo duro después de un momento. Solo el ruido del motor y los saltos que daba de vez en cuando la camioneta hacían que ese silencio fuera roto. Bellamy había estado revisando el arma y lo hacía tantas veces y tan seguido que no estaba seguro de si el chico lo hacía porque no tenía nada mejor que hacer o realmente solo vigilaba que todo estuviera en su lugar. Por otro lado, Monty había estado mirando un tipo de dispositivo durante un buen rato y Raven no dejaba de ojear el mapa.

INQUEBRANTABLEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora