[Historia corta]
Cuando Klaus se enteró de que Hayley estaba embarazada de el decidió ponerle punto y final a su "relación" con ella, la cual solo era por placer, no queriendo hacerse cargo de la criatura que se encontraba dentro del vientre de la...
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-Aina vamos, se nos hará tarde- me aviso mi hermana entrando a mi habitación.
Aunque parezca mentira, eramos gemelas. Sí, lo se lo se, no somos idénticas, sus ojos son verdes y los míos azules, Su cabello rubio y el mío negro, ella vampiro y yo híbrido. Si, como lo veis, no habéis leído mal. Vampiros, lobos, brujos... todo es real aunque para nosotras es normal, nacimos así, lo cual es raro teniendo en cuenta que los vampiros no pueden reproducirse pero bueno así fue.
Nosotras nunca conocimos a nuestros padres, solo sabemos que nuestra madre nos dejó en la puerta de un orfanato con unos papeles con nuestros nombres escritos. Cuando cumplimos los dos años, ese mismo día según nos contaron, Leanne nos adoptó, ella fue nuestra madre hasta que hace cinco años murió en un accidente automovilístico. Ella nos crió y educó, alimento y protegió como si realmente fuésemos de su misma sangre. Leanne sabía lo que éramos y aun así no nos abandono.
No hemos vuelto a tener otra madre, desde que ella murió mi hermana y yo nos cuidamos mutuamente, fue muy duro perder a Lea, pero bueno, la gente muere y no podemos hacer nada para cambiarlo, así es la vida y hay que asumirlo.
Ahora estábamos terminando de recoger nuestras cosas para irnos a vivir a Mystic Falls donde nos habían dado una beca. Yo realmente no quería ir, prefiero el ambiente de aquí, Nueva York, es mas... como decirlo... interesante que el de un pueblo, pero Evolet quería ir así que allá vamos...
-Ya estoy- respondí- Vamos.
Metimos las maletas en el maletero de mi coche, un Audi R8 negro, robado, por si las dudas. Y nos dirigimos a Mystic Falls
Este sería un viaje largo, 5489 millas (8834 kilómetros )
Llegamos y y bajamos del coche.
-Wow- dijo mi hermana, sorprendida, mirando la casa.
-¿Te gusta?- Pregunté, una bonita casa blanca, grande de dos pisos, con jardín.
-Es increíble- me sonrió- Vamos, cojamos las cosas.
Cogimos las maletas y entramos a la casa, era preciosa y ya estaba amueblada, genial.
Subimos a escoger cuarto y acomodamos las cosas.
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