Mi Loca Encantadora [Borrador Terminado]

Enamorado

David

Llego con Bruno a Bodas Murray. Busco dónde está Chicle para estacionar mi Harley cerca, lo encuentro hasta el final del estacionamiento. «¿Nadie le ha dicho a Julieta lo peligroso que son los lugares oscuros y pocos transitados?»

Tengo que hablar con Julieta para que escoja lugares más seguros, no es posible que siempre se estacione en la última plaza. Estaciono la moto enfrente del Peugeot, Bruno se dirige a la oficina de Julieta. Me recargo en Chicle dispuesto a esperar que hasta que salgan.

Hoy clara me llamó para pedirme los datos de Bruno, según dijo era urgente que se reunieran. Asumo que tiene que ser algo con la boda, lo único que pido es que no sea demasiado complicado.

Mi decisión respecto a Sharon está tomar, lo que único que necesito para comunicársela es que ella regrese, no considero que la mejor forma sea a través de una llamada telefónica. Eso sería demasiado cobarde, además tengo que hablar con Julieta y contarle la verdad, de lo que no estoy seguro es si lo haré antes o después de hablar con Sharon.

Mientras pasa el tiempo el estacionamiento se vacía lentamente, volviéndolo más peligroso. Han pasado tres cuartos de hora y todavía no salen. Me muero de curiosidad por sabes es eso tan urgente de lo que tienen que hablar, si en cinco minutos no aparecen, sin importarme o no si soy bienvenido o no iré a la oficina de Julieta para saber de qué va esa reunión.

Estoy a punto de dirigirme a la oficina de Julieta cuando la veo caminar acompañada de Bruno. A pesar de que caminan a la par se notan que no son muy felices, en especial mi primo, no tengo idea de que le habrá dicho July a mi Bruno, pero por su cara me puedo dar cuenta que no fue nada de su agrado. Julieta trae un vestido de tirantes color rosa que le llega a la rodilla. Se ve maravillosa.

―Hola. ―saluda Julieta con una sonrisa.

―Hola. ―respondo. Estiro la mano para colocarle un mechón de cabello detrás de la oreja. Su sonrisa se ensancha más.

―¿Las llaves? ―refunfuña Bruno. Rompiendo el mágico momento entre ella y yo, saco lo que me pide del bolsillo del pantalón y se las aviento, él las atrapa en el aire―. Dale mis saludos a Elena ―dice a Julieta antes de subirse a la moto.

―Por supuesto. Se lo daré junto con la invitación de tu boda. ―gruñe Julieta, Bruno me sentencia con la mirada.

«¡Maldición!» Si no hago algo pronto él es capaz de decirle la verdad a Julieta, mientras pienso en que agregar mi primo arranca la moto a toda velocidad.

―¿Qué fue eso? ―cuestiono a Julieta confundido.

―Tu primo está por casarse y le manda saludos a su ex que por casualidades del destino es mi hermana.

―Lo sé, pero decirle que le darás la invitación de sentido. ¿Por qué? No harás eso, ¿correcto?

―No, no lo haré ―responde seria―. Desde que abrí mi negocio no he conocido novios más inseguros con la boda que tu primo y su prometida. ―explica. Entiendo que lo diga de él, puesto que no se va a casar, mejor dicho, nadie lo hará. ¿Pero, Sharon? Ella sí está interesada en que el matrimonio se lleve a cabo.

―¿Sharon también? ―cuestiono. Julieta asiente.

―Ella más que Bruno. Es la primera novia que conozco, evade todas las reuniones para la organización del evento, además se va de vacaciones con tan poca antelación de la boda.

―¡Ya entiendo! Tu misión es recordarle a Bruno que está próximo a casarse para que no se le olvide.

―No del todo. Mira, esta boda es demasiado complicada, si por mí fuera la cancelaba ―agrega. Su comentario me sorprende, aun cuando ya había mencionado su interés en hacerlo―. No el compromiso entre Sharon y Bruno ―rectifica―, sino el contrato de la organización. Ellos estarían a tiempo de contratar otra organizadora.