Lo mismo en mí

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David

Estoy en el baño. Vine para desechar el preservativo, al retirarlo me doy cuenta de que es el rasguño que escuché mientras hacia el amor con Julieta. Se rompió. Primera vez en mi vida que se me rompe uno, debería estar temeroso, pero no es así, lo que me preocupa es la reacción de Julieta cuando se entere.

No tengo palabras para definir cómo es estar con Julieta. Me hace sentir el dueño del universo, tocarla es un sueño hecho realidad, si solo basta verla y sentirme en otro plano, sus caricias me transportan a un mundo diferente, uno en el que todo es posible. Con ella cerca es imposible que tema sobre cualquier situación. Es la mujer que nunca deseé, pero es justo la que no quiero perder jamás.

Escucho a Julieta caminar descalza por la recamara y segundos después comienza a toser con fuerza e insistencia, pareciera que se ahoga. De inmediato termino de hacer a lo que vine al baño y salgo, la habitación se encuentra llena de humo. July no está aquí. Abro la ventana dejando que el aire circule, su tos me indica que se ubica en la cocina, antes de dirigirme a de donde proviene su voz, me encargo de que el departamento se ventile.

―Julieta. ―llamo en la cocina. El humo es más espeso y complica la visibilidad. Solo escucho su tos―. July ―vuelvo a intentarlo. Ella continúa tosiendo al final puedo vislumbrarla a un lado del fregadero abriendo la llave. La tomo por la cintura y la alejo del lugar. Si no estuviéramos desnudos nos sacaría del departamento hasta que el aire se normalice por completo.

―La cena se quemó ―explica cuando la tos ha cesado un poco―. El humo es por las cacerolas.

―¿Estás bien? ―cuestiono.

―¿La cena se quemó y tú preguntas si estoy bien?

―Me importa un pepino la cena, siempre podemos preparar algo entre los dos o pedir a domicilio. Lo importante que es que estés bien.

―Lo estoy. Quizás un poco abrumada.

―¿Te abrumo?

―Sí, tú tienes la culpa de todo. ―recrimina. Luce tan seria que es inevitable no reír a carcajadas.

―¿Yo? ¿Por qué?

―Haces que me olvide de todo, eres un gran problema para mí serenidad.

―Me alegra escuchar eso. ―agrego con una sonrisa.

―¿Qué hay de un lo siento? ―cuestiona molesta. En verdad está enojada.

―Lo lamento por no sentirlo. Me alegra que al estar cerca yo la realidad pierda importancia, porque tú provocas lo mismo en mí. Cuando estoy contigo solo sé dejarme llevar.

―No lo entiendes. A mí nunca se me quema nada, quizás no soy la mejor cocinando, pero no cometo descuidos mientras lo hago.

―No te creo.

―¿Qué? ¿Qué no cometo descuidos?

―No, eso sí lo creo. Que no seas la mejor cocinando.

―Es así. ―insiste.

―No tienes que ser perfecta, Julieta. Todos cometemos errores, tenemos descuidos y el mundo no se detiene por ello.

―Tú, si eres perfecto. ―agrega. «Ojalá lo fuera.

―No, no lo soy.

―Para mí lo eres.

―Tengo demasiados defectos, y cuando los descubras todos no querrás saber de mí otra vez. ―agrego. Qué Julieta no quiera volver a verme sí me aterra.

Mi Loca Encantadora [Borrador Terminado]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora