19 de marzo, 2017
El primer paso para conquistar al ingeniero de tus sueños es encontrarlo. Obviamente no puedes conquistarlo sin tener una mínima idea de quién es. Hay que ser inteligentes.
En mi universidad, las carreras de letras y las de números se encuentran en dos edificios diferentes y colocados en las dos puntas del campus. Estando en el edificio de Letras, tienes que caminar un tramo muy largo para llegar a donde está Ingeniería.
En estos momentos, no me importa a cuál ingeniería ir, solo quiero a un ingeniero. Aunque, si lo pensamos bien, un ingeniero mecánico puede ser una muy buena idea; pero, no hay que ser exigentes. El punto es que sea un ingeniero.
Tienes que caminar hacía la otra punta del campus universitario y vas a ver un ambiente completamente diferente. Mientras que en Letras todo es diversión, buenos momentos, vagancia total; aquí, en Ciencias, siento que todo el mundo está triste. El ambiente de la zona es muy silencioso, la gente sale y entra de sus clases en silencio. En Letras no es así, hacen toda la bulla posible.
Siento que estoy entrando a un lugar depresivo, sin embargo, eso no me va a dejar vencer, tengo que conseguir a un ingeniero.
Camino por el edificio que es idéntico al de Letras. Consta de cinco pisos, obviamente con un ascensor, aunque dicen que es solo de discapacitados.
Cuando ya no respire al llegar al quinto piso espero que se den cuenta de ese error.
Las paredes están pintadas de crema, muy opacas y decoradas con varios anuncios de diversos concursos que la universidad organiza. También se encuentra un panel de los alumnos más destacados. Yo aparecí una vez. Mi espantosa foto decorando una pared de la universidad, fue la vergüenza y el orgullo más grande de mi vida.
Sí, lo admito: Soy una nerd. Pasé toda mi vida pensando en mis estudios, en ser la mejor, descuidé por completo mi vida social y aún más las relaciones de pareja. Nunca he tenido un novio y tampoco he dado mi primer beso, y eso que tengo veintiún años. Penoso.
Bueno, sigamos.
Busca al ingeniero que quieras.
Examino a la multitud de chicos que caminan de un lado a otro pero ninguno llama mi atención. Solo tengo una hora para encontrarlo porque luego de esto tengo clases. No me puedo ir de aquí sin haber encontrado al ingeniero de mis sueños.
Camino entre los cientos de estudiantes de Ingeniería y me doy cuenta que, aquí, solo el treinta por ciento de la población estudiantil son mujeres.
¿Es por qué no somos buenas en números?
Bueno, yo soy mala, pero hay otras que deben ser muy buenas.
Mi celular vibra en mi bolsillo y lo saco para revisarlo. Tengo varios mensajes de mis mejores amigos, lo lindo de todo ello es que son mis amigos desde mi época escolar. Dos de ellos se encuentran conmigo en esta universidad y el otro está en otra.
Pero ellos no saben sobre mi plan. Tampoco deben saberlo; pensarán que estoy loca.
Estoy leyendo los mensajes de mi amiga Leslie y los diversos memes que me ha etiquetado durante el día que no me doy cuenta y tropiezo con un escalón, que apuesto no existe en el edificio de letras porque de otra manera lo hubiera notado, y caigo como un saco de papas al suelo.
Vergonzoso.
Con rapidez busco mi celular y lo encuentro a unos centímetros de donde estoy, estiro mi brazo para cogerlo pero un par de piernas me lo impiden. Lentamente levanto la mirada haciendo un recorrido desde las piernas de esa persona, por su abdomen, su pecho hasta llegar a su rostro y entrar en conciencia que es un chico lindo. Parado frente a mí
No es de esos chicos que a leguas lo comparan con un actor de cine o modelo de revistas, es de esa clase de atractivo físico que denota ternura y llama la atención.
Tiende su mano para ayudarme y, con una sonrisa avergonzada, la sostengo para ponerme de pie. Él se agacha y recoge mi celular, con una sonrisa de galán de telenovela me lo entrega. O, quizás, no tiene esa sonrisa, pero a mí me pareció eso.
—Gracias —murmuro. Siento que mis mejillas arden de lo rojas que están, tengo ese pequeño problema de ponerme roja hasta porque la mosca pasó frente a mí.
—No hay de qué —se encoge de hombros indiferente ante el acto que acaba de realizar. No borra esa sonrisa y se da la vuelta para retirarse. Acomoda su mochila y lo veo marcharse a lo que supongo es su siguiente clase.
¡Bingo!
Acabo de encontrar al ingeniero que quiero.
***
Holaaaaaaaaa :)
Buenoooo, pregunta.
¿Como conquistarían al chico/a de sus sueños?
Yo lo conquistaría mediante la comida y también me conquistarían mediante comida, sobre todo chocolate.
PD: GRACIAS.
PD2: No se olviden de votar y comentar, sobre todo la pregunta que dejé.
-Mil besos.
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Cómo conquistar al ingeniero de tus sueños en 10 pasos ©
Short StoryAcércate al mundo de las risas y los planes.