POV. Joaquín
10 de abril, 2017
No sé dónde puede estar ella.
No entiendo por qué la estoy buscando.
No tengo la menor idea de por qué no me habla.
Le he enviado diez mensajes u once, o creo que doce, el punto es que no me contesta y lo peor de todo es que me deja en visto. No me gusta que las personas me dejen en visto. Creo que a nadie. A pesar de que soy hombre, siento que me ignoran cuando me dejan en visto. A nadie le gusta que le ignoren.
Cuando acabo mi última clase del día camino hacia el edificio de letras con toda la intención de buscar a la chica cuya forma de ser no me olvido. Es cierto, no puedo dejar de pensar en ella, y sus locuras y ocurrencias. ¿Quién lo haría? Es muy divertida.
Como auténtico acosador comienzo a recorrer todo el edificio de Letras. Son cinco pisos completamente idénticos al de números, supongo que debe ser fácil encontrar a una chica como ella. Subo y bajo los cinco pisos, doy vueltas a los alrededores, pregunto a las personas por ella, pero nadie la ubica.
¿América, dónde estás?
Estoy a punto de entrar por el hueco de la escalera cuando escucho un grito y veo una mochila en el suelo y todas las cosas dentro se han salido yéndose a diferentes lados. La chica, que al instante reconozco, intenta con velocidad recoger sus cosas pero yo me acerco y le obstruyo el paso para alcanzar su cuaderno.
Te encontré, desaparecida.
Me quedo callado delante de ella, que se encuentra agachada con toda la intención de recoger su cuaderno, y con lentitud levanta la cabeza para luego detener su mirada con la mía.
Como siempre esta chica tan torpe.
—De nuevo te encuentro —digo con una gran sonrisa y tiendo mi mano para ayudarla, pero ella con un gesto despectivo la rechaza y recoge sus cosas como si me estuviese evitando.
¿Ahora qué le hice?
Se pone de pie mientras la miro, observo como ella intenta huir de mi pero como soy más rápido que ella, bloqueo la salida, sin embargo, dejo pasar a los demás estudiantes.
América me observa, pero siento que su mente no está en este lugar. Hay veces donde siento que ella está en la luna con sus ideas y locuras.
Eso me gusta mucho de ella.
Basta, Joaquín. La chica es solo tu amiga, viniste para averiguar qué le pasa, no para pensar que otra cosa te gusta de ella.
Se queda unos segundos con su mirada prendida en la mía pero sin decir palabra alguna, hasta que me rindo y para llamar su atención empiezo a hablar.
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Cómo conquistar al ingeniero de tus sueños en 10 pasos ©
Storie breviAcércate al mundo de las risas y los planes.