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20 de julio, 2017
Estaba leyendo un artículo muy interesante sobre que cosas les encantan a un hombre.
Eran nueve cosas que tienes que ser o hacer y así el chico que quieres cae rendido a tus pies. Primero tienes que ser buena escuchando, pues el hombre habla y habla, y como yo quiero a un ingeniero, el chico va a hablar mucho de números
Rayos
Luego, ser espontánea, no tienes que planear todo.
Rayos x2, fallé en eso.
Tienes que ser realizada y satisfecha ¿Qué significa esto? Pues que tienes que ser feliz como eres, no obsesionarte a ser alguien que no. También tienes que ser buena cocinera, y eso ya lo dejé bien en claro, la forma más rápida de conquistar a un hombre es el estómago. Nunca el corazón.
Se genuina, no te pongas kilos y kilos de maquillaje e intentes aparentar otra cosa. Una chica que hace bromas, disfruta su torpeza y es feliz siendo torpe. El siguiente tip es que esté lista para un compromiso o una relación seria, así completamente dispuesta a algo con ese chico.
Después tienes que ser cuidadosa, preocuparte por él pero no al punto de agobiarlo.
Una cosa que es no estoy de acuerdo es que tienes que comer de todo ¿O sea mi dieta de comida tiene que depender de un hombre? Pues no. Si yo solo quiero comer tres cosas, comeré tres cosas y seré feliz comiendo tres cosas.
Divertida.
¡Alto!
No estoy diciendo que tienes que hacer eso para conquistar a un hombre, solo estaba contando sobre aquel artículo que leí, el cual creo que es completamente falso. No sigas estos tips por favor.
Sigue los míos.
Lo digo en serio.
—¡Repasemos! —grito, llamando la atención de mis amigos que estaban muy entretenidos comiendo pizza.
—¿Qué repasaremos? —pregunta Eduardo con media tajada de pizza en la boca.
—Pues, han pasado cuatro meses desde que empecé el plan de conquistar al ingeniero de mis sueños y he logrado que Joaquín y yo hablemos todo los días, vayamos al cine, a comer, nos hemos visto varias veces en la universidad, él me viene a buscar, me acompaña en mis ratos de estudio, yo lo acompaño a él, pero no pasamos a otra cosa.
—¿A otra cosa te refieres a....? —me pregunta Leslie, curiosa.
—¡Ser novios! —chillo y mi voz se vuelve más aguda de lo normal— Estamos en la zona de amigos y ya no sé qué hacer. Se nota clarísimo que él siente algo por mí —inquiero y agarro una tajada de pizza.
Siempre que nos reunimos terminamos comiendo, es como una tradición para nosotros.
—Tengo una idea —afirma Renato—, ¿qué te parece si lo invitas a mi fiesta de cumpleaños?
