Mutant

Capítulo 1: La Carta

  Ahí estaba yo, mirando bajo un árbol, a mi hermanita Christine arrodillada en la tierra fangosa llorando al frente de las dos tumbas de nuestros padres. Yo estaba procesando todo lo que me había caído en mis hombros mientras mi mente se llenaba de preguntas: ¿Que haré con mi hermana?, ¿Por qué ahora? ¿El destino quizo que esto sucediera?, ¿Quién nos cuidará?. Toda esta duda se fue cuando en mi mente llegó una imagen de mi madre haciéndole cosquillas a mi hermana y mi papá me hacía cosquillas a mí cuando teníamos siete y cuatro años. Me quedé un rato con esa imagen y después me llegaron otras y otras, y siguió así y así y así...
–Felix. Felix. ¡Felix!– parpadee muchas veces y vi a mi hermana ya sin lágrimas en los ojos parada al frente mío.
–Ya es hora de irnos...– dijo Chris ya a tres pasos de mí dirigiéndose al auto de mi tío. Asentí con la cabeza y la seguí.
–Tío Will nos llevará a casa, dice  que como mañana cumplirás 18 puedes quedarte con la custodia de la casa y de mí– dijo ella sin expresión en su rostro. Yo no podía decir nada, sólo una sonrisa vacía expresada mi cara; subí al auto rápidamente, al instante me siguió Chris cerrando la puerta.

De camino a casa ninguno de los tres dijo una palabra. Solo sentí frío, mucho frío, literalmente, el aire estaba al tope y me daba en la cara. Chris se dio cuenta por qué se inclinó hacia al frente y bajó el aire, yo la miré.
–De nada– dijo mirando por la ventana los edificios enormes de New York. No respondí. Minutos después estábamos al frente de la entrada de nuestra humilde casa, seguía lloviendo.

–Si necesitan algo, solo llámenme y estaré ahí para ustedes, ok?– dijo Tío Will
–Está bien, gracias tío– dijo Chris
–Cuida bien a tu hermanita– dijo Tío Will mirándome con una sonrisa. Yo asentí con la cabeza, contra más que lo intentaba, quería hablar, pero no podía.
–Los quiero, bye– subió los cristales del auto y se marchó. Ya Chris estaba adentro, yo estaba mirando el auto de mi tío marcharse.
–¡Entra Felix! ¡Vas a pescar un resfrío!– dijo Christine desde la puerta.
–Ya voy– dije por fin corriendo hacia ella y entré.

     La mañana siguiente pesaba más que tener un yunque aplastándote: era mi cumpleaños y tenía un resfrío que parecía que iba a morir; anoche me acosté a las 5 de la madrugada, no podía dormir, ya que siempre lo intentaba, imágenes de mis padres venían en mi mente.
No sabía si mi hermana estaba despierta, no la escuchaba. No estaba lloviendo, pero parecía que estaba a punto. De repente escuché el timbre, no quise levantarme, y después escuché pasos que se aproximaban a mi puerta.
–Despierta dormilón, vino Tío Will y dice que te tiene que decir algo importante... y feliz cumpleaños Luke– sonrió y cerró la puerta.(Chris me llama Luke desde la primera vez que le mostré Star Wars, ella piensa que ella es la Princesa Leia y yo Luke Skywalker, ya que son hermanos muy unidos y distintos entre sí)Tardé en levantarme, me puse unos pantalones cómodos y salí a ver que estaba pasando.
–Feliz cumpleaños Felix– sonrió mi tío y me dio un fuerte abrazo.
–Muy feliz no es– susurré, mi hermana me dio un codazo.
–Christine, ¿nos dejas a solas? Por favor– miró amablemente a Chris y ella asintió con la cabeza y se fue a mi cuarto, no sé por qué.
–Mira Felix, tus padres me dejaron una carta para que te la diera a los 18 años si algo malo les ocurriera a ellos...– en ese instante me sentí frío, como si la sangre ya no corriera por mis venas. ¿Una carta a los 18? ¿Cómo sabían que les iba a pasar algo malo?... algo pasa aquí.
–Eso no solo fue un simple accidente de auto, ¿o sí?– me atreví a preguntar
–...mira, yo solo te daré la carta, averígualo por ti mismo– dijo esto entregándole la carta
–Me tengo que ir, tengo hacer unas diligencias... si necesitas algo...–
–Solo te llamo y estarás ahí– interrumpí –gracias– terminé de decir. Tío Will me regaló una sonrisa sin mostrar los dientes y se fue.
Me quedé mirando la carta por un rato hasta que mi hermanita salió del cuarto.
–¿Que te dijo tío?– preguntó. Yo me quedé mirando el sobre.
–Nada importante– dije. Ella no dijo nada, sólo entró a mi cuarto otra vez.
No quice abrir la carta, la guardé en un cajón en el ático, ya que me dolería más saber la verdad en el día de mi cumpleaños. Me dirigí a mi cuarto y le pregunté a mi hermana –¿Vamos a por helado?– ella asintió con una sonrisa que era incomparable y hermosa, amaba esa sonrisa.

Espero que les haya gustado.
Besos y abrazos
Cam 💕

Imágenes de los personajes:
Felix Rogers (Nicholas Hoult, joven)

Christine Rogers (Marie Avgeropoulos)

Will Rogers (Colin O'donoghue)