Ya habíamos llegado a La Gran Manzana, estábamos quedándonos en mi casa, estábamos muy cansados por este lío de los hombres en el helicóptero y aquella explosión en la Sala de Control. Yo no podía dormir, estaba en el patio viendo las estrellas, pensando en lo que se había convertido mi vida. Pero no podía seguir así, tenía que dormir. Entonces hice eso, entré y me dirigí a mi cuarto. Pero escuché una puerta abrirse y cuando giré era Christine.
–Escuché un ruido y quería saber qué era...– dijo con voz un poco ronca, parecía que estaba llorando o no podía dormir. Yo no dije nada, sólo la contemplé.
–Y tampoco podía dormir y por eso me preguntaba si podía dormir contigo– me miró con sus ojos azules verdosos que lucían cansados.
Me quedé pensando y le contesté con un simple "está bien". Ella caminó hacia mi y subió las escaleras más rápido que yo y cuando entré a mi cuarto ella ya tenía una sabana en el suelo con una almohada y estaba mirando mi techo. Yo me acosté y le lancé una almohada jugando. Ella rió quedándose con mi almohada y yo también reí, pero después un silencio nos inundó.
–Extraño a nuestros padres– dijo rompiendo el silencio.
–Yo también– dije mirándola.
–No puedo creer que nuestros padres nos ocultaron esto toda la vida... o sea– dio un profundo suspiro.
–Lo hicieron para protegernos Chris– dije mirándola.
–Quisiera saber más sobre lo que les pasó...– dijo arropándose más y mirándome.
–Ya lo sabremos...ya lo sabremos...– dije apagando mi lámpara de cerámica color verde.***************************
Andaba cabeceando en el taxi, creo que dormimos como 3 horas nada más, y tenía un dolor de cuello horrible, gracias a Chris.
Nos dirigíamos a Manhattan. Cuando llegamos al lugar Emma se acercó a la puerta de metal en aquel callejón lleno de basura. Nosotros la seguimos; y dijo unas palabras raras al acercarse a la puerta, como si fuera otro idioma. Nos invitó a que pasáramos y entramos. Parecía un bar común y corriente: gente peleándose, gente borracha haciendo cualquier estupidez y todo lo demás que pasa en un bar. Pero seguíamos caminando hasta entrar detrás de unas cortinas rojas llenas de polvo y detrás de ahí había un pequeño cuarto con otra puerta de metal, está vez no había que decir ninguna palabra extraña. Mi hermana estaba alado de Robin, como siempre y fueron los primeros en entrar y yo fui el último. Al entrar nos encontramos con los sobrevivientes, pero no encontraba a mi tío. Chris me dio una mirada de decepción y susto. Robin llamó la atención de todos y se subió a una caja de madera.
–Sé que perdieron muchos amigos, líderes, familiares... y en especial el botín...– todos se miraron entre sí, yo fruncí el ceño y Robin me vio. –Bueno, no era muy importante...... ¡But we need to fight back! ¡No podemos escondernos más! Tendremos que luchar por nuestras arm... digo... amigos!– este tipo me daba vergüenza y risa, pero me agrada –Sé que se estarán preguntando cómo lucharemos si no tenemos armas ni con qué defendernos, pues...¡Que no se diga más!– en serio que me da risa su acento –Aquí mi amigo Harry trajo de todo lo que necesitan...– se acercó un tipo alto medio rubio con ojos azules a donde Robin y alzó dos pistolas y después se fue. Después Emma lo interrumpió –También hay botiquines de primeros auxilios si necesitan–
–Ya iba a decir eso– comentó Robin y Emma se encogió de hombros y volvió a su lugar. Le eché un vistazo a mi hermana y le daba una mirada a Robin que en serio no me gustaba.
–Aquí señorita Emma les dirá el plan...– pausó y me miró– ¡Ah! Les tengo que presentar los nuevos próximos líderes de esta asociación...– hizo como redobles –¡La hermosa Christine y su hermano!– dijo mirándonos. Ahora quiero pegarle en la cara. No tenía de otra que pasar al frente con Chris. Muchos aplaudían y otros murmuraban. Cuando llegamos con Robin, él se bajó y me puso una mano en el hombro. –Ellos son los hijos de Cindy y Edward Rogers... que descansen en paz–
Hubo un silencio incómodo, cómo de asombro. Emma sonreía. Pareciera que Robin y Emma eran los únicos que sabían sobre que éramos hijos de sus líderes -nuestros padres-, me sentía incómodo y podía sentir que Chris estaba incomoda también. Después Robin me empujó para que me fuera a mi lugar y a Christine solo le dijo amablemente. Sentía la vergüenza de Emma hacia Robin. Esto de la telepatía me está gustando bastante. Pero me acerqué a Emma a preguntarle –Falta mi tío Will– Em me miró con asombro, como si algo feo se le vino a la mente. –No he tenido reportaje de su cadaver– me dio una mirada de susto –Te prometo que te ayudaremos a buscarlo.– sonaba que lo decía en serio y que haría todo lo posible para encontrarlo. Yo me quedé a su lado mientras Robin decía otras cosas que no presté atención por pensar en mi tío.
ESTÁS LEYENDO
Mutant
FantasyTras la muerte de sus padres, Christine y Felix están solos en el mundo. Hasta que a Felix le entregan una carta que años después lee y quiere saber más sobre su pasado y descubrir si él y su hermana son los únicos con habilidades sobrenaturales. **...