Un día en la escuela, durante el recreo, Pablo jugaba fútbol con sus compañero, cuando le fueron a avisar que su hermano Nery le habían pegado dos niños por un pan y le sacaron sangre de la nariz. Inmediatamente fue a buscarlo, cuando lo encontró, lo abrazó y lo llevó a la Dirección para que lo curaran. En el camino, un alumno de la otra sección de sexto grado le dijo:
-No vayas a la Dirección a quejarte, no pareces hombre haciendo eso.
-siiii-dijeron varios y le hicieron bullar.
-No voy a quejarme, únicamente voy a que lo curen -les respondió.
Cuando regresó de la Dirección fue a buscar a los niños que le habían pegado a Nery y le dijo al primero que encontró:
-¿Pr qué le hiciste daño a mi hermano?
-Yo no fui, solo lo agarré de los brazos; el que le pegó fue aquél -mientras señalaba a otro niño que enfrente de ellos se reía.
Entonces se lo llevó frente al otro niño, halándolo de la mano, y dijo a ambos:
-Eso que le hicieron a mi hermano no se le hace a nadie, lo agarraron sin que pudiera defenderse y pudieron hacerle más daño; mejor váyanse a estudiar a sus salones de clase, -se los dijo empujándolos suavemente pero con energía.
-¿Por qué no e metes con uno de tu tamaño? -dijo Esteban, un alumno del mismo grado de Pablo pero de la otra sección y que había estado observando lo que pasaba, y agregó:
-Pelea conmigo si eres tan valiente.
Pablo respondió:
-No estoy peleando con nadie, sólo los estoy aconsejando para que no vuelvan hacer lo que le hicieron a mi hermanito.
-Ven, te dije, no me tengas miedo.
-Ya te dije que no quiero pelear.
Los demás estudiantes hicieron rueda alrededor de ellos y empezaron a gritarle a Pablo:
-miedo, miedo, miedo.
Esteban se le acercó con las manos empuñadas y Pablo no le hizo caso, entonces los demás lo empezaron a empujar a manera que le acercara a Esteban, él insistió en que no quería pelear, En una de tantas lo empujaron fuerte y fue a dar con el pecho de Esteban y éste aprovechó para tirarle una manada, si Pablo no se agacha con rapidez, lo golpea en la cara.
Pablo les dijo:
-me están obligando a hacer algo que no quiero.
Se dio la vuelta, lo que aprovechó Esteban para tirarle una pata; Pablo se volvió rápido y logró quitarse; ya desesperado, se puso en posición de pelea, Esteban se le dejó ir y nuevamente le tiró una manda, Pablo la paró con la mano izquierda y le dio un derechazo lo botó; inmediatamente, en el suelo, lo agarró por el cuello y de la camisa y lo amenazó con darle otro derechazo en la cara; no se lo dio, lo soltó, se levantó y se fue, ante el asombro de todos y la vergüenza del contrincante. Cuando Esteban se levantó, todo ridiculizad, le dijo a los presentes:
-Tiene fuerza Pablo y pega muy fuerte.
Desde ese día, Pablo fue considerado un líder ocupó un lugar especial entre todos los estudiantes, Al terminar el ciclo escolar fue el abanderado por su excelente calificaciones. Todas las y los estudiantes que ese año concluyeron su educación primaria emigraron a otro centro de estudios. Marisol, Pablo, Esteban, Eugenia y otros compañeros y compañeras más, siguieron juntos en otro establecimiento.
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