Capítulo 1

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Pegué un bote debido al gran ruido y miré fulminante al causante de ello, el reloj.

Me levanté con pesadez de la cama y me vestí con unos pantalones rotos negros, una camisa sencilla blanca metida por dentro, por encima una camisa de cuadros desabrochada y unas bambas negras con el borde y los cordones blancos.

Me cepillé el pelo dejándolo suelto y cogí la mochila para a continuación salir de casa, no sin antes hacer una pequeña parada a la cocina a por una manzana la cual no tardé mucho en comer debido a lo pequeña que era.

Caminé un poco hacia el sitio donde me esperaba Jin, como lo hacía todas las mañanas, aunque, espera, todavía no te he dicho quien rayos soy yo, ¿cierto?

En ese caso yo soy __, tengo 18 años y nací y me crié en Corea.

Jin es mi mejor amigo desde hace mucho tiempo junto con Taehyung, más del que puedas imaginar, desde la guardería, para ser más exacta. El primer día de guardería, lo pasé prácticamente sola hasta que dos niños se me acercaron para jugar conmigo y desde entonces nos hemos vuelto inseparables, según cuentan las madres de ellos. Esos dos niños se llamaban Jin y Taehyung. Taehyung lamentablemente tuvo que irse un año después de entrar al instituto por el trabajo de sus padres.

Ahora que estás un poco más ubicado con respecto a mi vida, seguiré.

- ¡Hola! - saludó Jin alegre al verme llegar para a continuación darme un abrazo.

- ¿Llevas mucho esperando? - dije al separarnos.

- No, de hecho, acabo de llegar - soltó una pequeña risa nerviosa y empezamos a caminar rumbo al instituto.

Diez minutos después, ya estábamos en la gran puerta de cristal del centro.

- Te voy a echar de menos, ¡las clases ya no serán lo mismo sin tí! - dijo en tono dramático con una mano el en pecho.

- Todavía podemos estar juntos en el recreo y siempre volvemos juntos a casa, acabarás viéndome de alguna forma u otra, no te preocupes, princeso dramático - dije riendo, a lo que se unió segundos después.

El timbre sonó.

- Después hablamos, no querrás ya causar mala impresión el primer día en tu nueva clase, ¿cierto? - solté una pequeña risa - nos vemos luego, te quiero - me besó la frente y se fue no sin antes revolotearme levemente el pelo.

Corrí a mi taquilla, cogí los libros necesarios y corrí de nuevo a mi nueva clase que, por suerte, ni siquiera había llegado el profesor. Oh, tampoco te he contado esto, ¿verdad? Estos días estoy demasiado despistada... el caso es que cambié de clase debido que entre estas dos (mi clase antigua y la nueva), hubo un intercambio ya que pensaron que un alumno, al cambiarlo de clase, mejoraría su comportamiento respecto a sus compañeros. Y... fue a mí a quien tocó intercambiarse con ese alumno.

Entré a la clase y me paré en seco en la puerta al ver que todo el mundo allí presente, y cuando digo todo el mundo, es, TODO el mundo, me miraba. Visualicé la clase y me dirigí rápidamente al asiento del fondo que estaba al lado de la ventana. El profesor llegó y pidió silencio para después, comenzar su clase la cual fue interrumpida al cabo de diez minutos por la puerta la cual se abrió. En ella apareció un chico pálido, de pelo color gris, labios rosados y ojos marrones, unos ojos en los cuales me perdí por unos segundos ya que se me hacían conocidos, unos ojos que... ¡me estaban mirando fijamente!

- ¿¡Otra vez tarde, Suga!? ¡No sé cuántas veces debo decirte que seas puntual! - dijo el profesor enfadado.

- Sí, sí, perdón, no se volverá a repetir - dijo el peligris con desgana y ningún interés sin apartar la mirada de mí mientras se dirigía hacia donde yo estaba, para luego pararse justo en frente mía - estás en mi sitio - dijo un tanto molesto.

SIEMPRE FUISTE TÚ (Suga y tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora