Capítulo seis

1K 30 0
                                    

- Lo siento, es que..  Surgió algo, necesito tiempo para pensar - la voz me salía entrecortada, no sabía que decirle, el mensaje me había descolocado totalmente - yo tengo que irme, hablamos luego.

- Lauren, pero... - se veía preocupado, obviamente no entendía qué me había pasado, seguramente había visto decisión en mis ojos y eso se había esfumado rápidamente - supongo que está bien.

Después de un beso increíblemente fugaz, salí corriendo del restaurante sin que me importara que fuese de noche en Miami. Tenía que irme, sabía que correr no era la solución, pero no sabía qué más hacer.

Cuando ya me empezaban a doler los pies de tanto correr, porque no es que fuese muy cómodo andar corriendo por la vida en zapatos altos, empezó a llover.

- Maldita sea - murmuré entre dientes para no llamar la atención, lo único que me faltaba en ese momento era tener que fingir una sonrisa para una fan - obviamente tenía que llover, este maldito cliché en el que se convirtió mi vida es detestable.

Seguí caminando bajo la lluvia, sin que me importara estar empapada, detestanto mi vida. Ni yo entendía qué me había pasado, no entendía cómo es que le permitía a Camila tener tal poder sobre mí... Aunque no sé porqué importaba, como si acaso ella estuviese consciente de lo mucho que la quería, de lo que deseaba que ella fuese para mí.

No, Camila Cabello no se daba cuenta de nada, ella no tenía la culpa bajo ningún concepto, solo era encantadora, hermosa, atenta y dulce... No podía culparla por ser perfecta, aunque me hubiese gustado poder, no.

Cuando me di cuenta dónde estaba parada, a dónde había llegado, sonreí amargamente y dejé que las lágrimas contenidas corrieran por mi rostro.

Sabía lo que tenía que hacer, controlé un poco mi voz y marqué el número telefónico de Luis. Era la única solución, la única salida, tenía que hablar con él y lograr mi escapatoria de tanta confusión y tanto dolor.

- Aloh, Lauren - su voz sonaba realmente preocupada - ¿Dónde estás, qué te ha pasado? Hasta las chicas me han llamado preguntando por ti... Nadie sabe dónde estás,  yo les he dicho que...

-  Calma, calma, estoy perfectamente bien - trataba de controlar mi voz, no debía notar lo quebrada que estaba por dentro - tengo que decirte algo, yo sé que he actuado de manera muy confusa, pero tengo que decirte algo, hoy me preguntaste algo muy importante y mi respuesta es clara, yo...

En otro lado de la misma ciudad, un poco antes, Camila:

Le había escrito por segunda vez a Lauren, ya que no me había respondido la primera vez, y no había obtenido respuesta. Por algún motivo tonto me estaba empezando a preocupar, y fue cuando recibí la llamada de Ally preguntando si sabía sobre el paradero de Lolo cuando me di cuenta que estaba desaparecida.

- ¿Cómo que no aparece, no contesta su celular?  -  estaba preocupada, al borde del llanto, no sabía qué hacer...  ¿Qué le había pasado a mi Lolo? - Deja que la llame yo a ver si atiende.

La voz de Ally casi me suplicaba una solución del otro lado de la línea, ambas estábamos confundidas y preocupadas. Mi ansiedad aumentaba cada vez que me salía el buzón de voz de Lauren, todas y cada una de las veces le dejé un mensaje preguntando sobre su paradero... Pero jamás atendió.

No estaba en su casa, con ninguna de sus amigas, no estaba en ningún sitio... Y aunque los adolescentes se desaparecen de vez en cuando, preocupando a todos, era peor en este caso: Lauren era famosa.

Mi mente empezó a pensar en lo peor, en cada una de las malas posibilidades, y mi preocupación fue aumentando. La actitud infantil con la que siempre me suelo preocupar se esfumó y allí fue cuando se me ocurrió una idea, tal vez no tan brillante.

De pronto sí sabía dónde estaba, de pronto sí lograba ubicarla; era improbable que estuviese en ese parque a estas horas de la noche, pero el día que ella me llevó me me dijo que era su vía de escape, y de pronto ahí estaba la clave.

En lo que me di cuenta me monté en un taxi a toda velocidad, rogando que por una vez mi mente hubiese sido capaz de encontrar una respuesta madura a un problema, necesitaba saber que Lauren estaba bien.

No sabía porqué estaría ahí, que yo supiese nada malo había pasado... Pero lo único que tenía era ese presentimiento.

Cuando llegué recorrí corriendo todo el lugar, me caí un par de veces a causa de la lluvia y de los zapatos altos, raspando mis manos y rodillas pero yo realmente necesitaba a Lauren así que no me importó.

Cuando la vi estaba empapada y de espaldas a mí, estaba hablando por teléfono así que me detuve sin saber qué hacer y me le quedé viendo. Necesitaba abrazarla, tocarla.

Las lágrimas empezaron a caer por mi rostro, me acerqué a Lauren por la espalda y escuché una parte de su conversación:

- Yo sí quiero, pero tienes que darme un tiempo para ordenar mis ideas. Besos, hablamos luego -

Para mí no significaba nada esa frase  así que me acerqué y le abracé la espalda, oliendo el aroma a lluvia de su cuello.

Estaba tan feliz de saber que estaba bien...

En ese mismo instante, Lauren:

Justo cuando colgaba el celular sentí el abrazo de Camila en mi espalda. Me volteé a verla, ya sabía que era ella porque su contacto me era más que familiar.

Cuando la vi estaba llorando, ella solo me abrazaba y hundía su cara en mi cuello, la dejé gimotear un rato y luego la aparté de mí agarrándola por los hombros.

- ¿Qué pasa Camz, qué haces aquí?  - no entendía mucho porqué lloraba y cómo me había encontrado - ¡Estás empapada!

- Yo...Yo... Ay, ¡Lolo! Estábamos preocupadas creíamos que te habías desaparecido y ... - ahí me contó la historia, sabía que no había atendido el celular pero no sabía que había sido por tanto tiempo... Pensé que Luis había exagerado - ¡Te quiero Lolo!

Me abrazó, lo hizo de una manera en la que jamás lo había hecho... Me demostró totalmente que me necesitaba a su lado... Y que tal vez justo antes yo había tomado una decisión apresurada...

- Lolo, jamás me hagas esto otra vez - Camila no superaba el llanto - por favor...

Yo asentí y le acaricié el cabello. Su cuerpo bajo la lluvia se pegaba al mío mientras nos mirabamos directamente a los ojos.

Sus ojos brillaban de una manera distinta, más animal y necesitada, así que yo me decidí ...

Me incliné hacia ella con lentitud, con un poco de indecisión... La tenía pegada a mi cuerpo y ella no se movía ni un poco, estaba decidiendo si saltaba al abismo cuando... Ella me acercó sus manos al rostro y me besó.

Sus labios y los míos se unieron de una manera incomprensible: la suavidad de su beso, la calidez de su aliento, me hacían querer más y más. La pegué a mí con más fuerza, la besé con la necesidad acumulada: mordisqueaba suavemente sus labios, pasaba la punta de la lengua por ellos... Estaba disfrutando de algo con lo que ni había sido capaz de soñar.

La aparté de mí, con suavidad, mientras ambas jadeabamos levemente, la miré a los ojos y no supe qué decir, qué significaba aquello...

- Camz, yo... - ella me miraba expectante - yo tengo que decirte algo importante.

Quererte en secretoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora