5. Primeras complicaciones

358 49 32
                                    

Nada puede compararse a Nueva York. Apenas llevo unos días en la ciudad y presiento que rápidamente voy a enamorarme de ella. Pero mi corazón nunca olvidará mi hogar.
Que más puedo decir? Creo que no mucho.
Las calles nunca están dormidas aunque hay edificios que lo estén. Las luces de las farolas iluminan todo, aunque las sombras de los callejones esconden secretos.
Las personas? Quizás ellas son el verdadero misterio. Después de todo, una ciudad grande solo es eso sin las personas que lo habiten.
Mujeres de abrigos grandes con collares de perlas o diamantes y guantes que de seguro sirven para esconder alguna imperfección o algún secreto. No será esa la razón por las que siempre los usan?
Los hombres, que les puedo decir? Llevan bigotes y van siempre arreglados o apurados.
Los niños y los jóvenes se quedan atrás mientras crecen para ser como los mayores o preguntándose si seguirán los mismos pasos hasta convertirse en ellos. Pero les recuerdo, que apenas llevo unos pocos días.
Un día conociendo la ciudad y otro extrañandolos. Espero que les vaya bien, los amo.
Conocí a alguien que parece muy interesante, quizás será lo único o lo más interesante que conocí o conoceré en esta ciudad. De seguro me ayudará a desentrañar los misterios de lugares y personas que encontraré.

Con amor, Alexander Lightwood.

Alec bajó la pluma y luego desvío la vista hacia Magnus, había llegado una hora antes para verlo.
Magnus le sirvió un café y Alec, en lo que esperaba para que el turno terminara, decidió escribir una carta para sus hermanos.
-Nos vamos, cariño?
Magnus apareció sosteniendo una chaqueta, lo que indicaba que eran las seis y el turno de Magnus había terminado.
El ojiazul dobló la carta y la metió dentro del sobre.
-Si, pero primero quiero dejar esto en el buzón cerca de aquí.
-Para quien es?
-Para mis hermanos.

La Canción Sigue Igual (Caigo Cautivo #3. Malec AU)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora