Entre Mundos. I

Capítulo VIII

Cuando entré a la casa, consideré seriamente el volver a salir.
Bella, siempre tan tranquila y amorosa, empezó a gritarme como si no hubiera un mañana.
—¿Cómo es eso de que tienes novio, Elizabeth Andrómeda Taylor? ¿Por qué no me has dicho nada? ¿Quién es? ¿Cómo se llama? ¿De dónde lo conoces? ¿Es hombre? ¿Por qué me miras de esa manera? ¿Dónde están las llaves del monovolumen?
Le di las llaves.
—Escucha, Bella, me haces muchas preguntas. Creo que deberíamos sentarnos y...
—No retrasarás esto mucho más, Elizabeth Andrómeda Taylor ¡Andrómeda! ¿Quién llama Andrómeda a su hija?
—Mi padre. Te ruego que no hables mal de él.
»Sí, tengo novio. Es un hombre y se llama Nico di Angelo. No repitas su apellido, por favor. Lo conocí en el Campamento hace años, nos hicimos amigos, y entonces empezó lo serio, el día en el que mi padre me dijo que vendría aquí, él me pidió ser su novia y yo acepté .Solemos hablar de vez en cuando.

«Jack lo conoce» quise añadir, pero no lo hice. Argumenté que tenía sueño e iría a mi habitación.
Entré y cerré la puerta con llave.
Saqué el papel de mi bolsillo.
Lo abrí.

Elizabeth Taylor
Soy Nico. Rachel recitó una profecía. Jack Underwood irá contigo y te llevará esto. Se hará pasar por Jack Johnson. Confía en él.
Te extrañamos en el Campamento y espero que tengas suerte en la misión.
Esperando tu regreso.
Nico di Angelo.
PD: llámame por mensaje Iris y te diré la profecía.

Abrí la puerta y fui al baño, pero al salir, volví a entrar, busqué la hoja en la que había escrito antes, un lápiz y un dracma. Corrí al baño y llamé. Entonces Rachel apareció en el mensaje Iris.
«Pero si yo llamé a Nico...»
—Hola —susurró una voz detrás de mí.
Me sobresalté y giré, usando el lápiz como arma.
Vi a Nico.
—Nico —grité en susurros. Fui y lo abracé, él me correspondió y Rachel carraspeó.
—Ah, sí. La profecía. Hola, Rachel.
—¿Qué tal, Beth? A que no te esperabas que Nico apareciera.
—No, a decir verdad no. En realidad, como Will, estoy en contra de que Nico haga un viaje sombra.
—Dejemos de hablar de mí. Rachel, la profecía.
—Sí. La profecía dice:
Corriendo de extremo a otro el mar se encuentra
Poderes increíbles a ella le esperan.
Al angel aguarda mientras a su hermana cuida
Y juntas estarán en esa horrible huida.

Anoté cada palabra que dijo. Cuando releí lo que decía, no me gustó.

—¿Horrible huida? —dije—. Eso no me gusta. Y qué es eso de "poderes increíbles", y a qué se refiere con "el angel"
—En eso puedo ayudarte —dijo Rachel—. Y Di Angelo también, de hecho. Angelo es Ángel en italiano.

La miré en blanco.

—Aguardar, al Angel, proteger —siguió Rachel—. ¡Que cuidarás a tu hermana mientras esperas a Nico!
—Ah. Bueno, eso no suena tan mal. ¿Cuándo recitaste esta profecía? ¿En la mañana? ¿Ayer de noche?
—Hace un mes.
—¿QUÉ? ¿Y por qué no me lo dijeron antes?
—No era seguro —respondió Nico—. Jack decidió traer la carta. Además, hay otra profecía...
—Apolo me dejó recitarla. Es la profecía por la que vas a esa misión. Es una Gran Profecía.
Bufé.
—Déjame adivinar —dije con impaciencia—. Tendré que esperar hasta cumplir los veinte para escuchar esa profecía porque los dioses te prohibieron contármela.
—Más o menos, sí. No debo contársela a nadie. Sólo Quirón y los dioses la conocen. Incluso a mí se me hacen borrosos algunos versos.

La imagen empezó a parpadear.
—Descuida. Lo entiendo. Adiós, Rachel.
—Adiós, chicos.

El mensaje desapareció y cerré el grifo. Me recosté por la pared y cerré los ojos un momento.

—Beth, Beth. Despierta, Bella viene.
—¿Qué? —dije, frotándome los ojos— ¿Dónde...?

Miré a mi alrededor y vi mi habitación, mi cama, y a Nico di Angelo recostado a mi lado.
Él tenía una mano sobre mi hombro.
—¿Cómo llegué...?
—Las explicaciones después. Tu hermana viene y yo necesito saber dónde puedo esconderme.