–oh bueno ya conteste, estaba dormida Louis –dije y revise la hora 9:00 – ¡mierda! estas loco ¿sabes qué hora es ?
–si lo se Leah pero no dormiré en el aeropuerto
–¿por que dormirás en el aeropuerto –frunci mi ceño –ve a casa no tomes tan literal lo que digo –hable y talle mi rostro con mi mano y me levanté de mi cama.
–no hermanita, no estás entendiendo, estoy en el aeropuerto de Italia –y sentí que deje de respirar
-¿como? Que coño, no juegues conmigo Louis tengo que ir a trabajar–suspire mientras buscaba algo para ir a la oficina.
–¿entonces hermanita? ¿vendrás por mi o no?
–oh vamos Louis por que no simplemente Tomás un taxi y es todo –rodee mis ojos
–y yo que pensé que estarías feliz de verme, mándame la dirección de tu casa y llegaré
–si, te dejare unas llaves abajo del tapete –dije y solo escuché un mjú y colgue .
En mi armario no encontraba nada así que me decidí por ir a bañarme primero,tome una ducha rápida tal salir tome lo primero que me encontre.
Una camisa verde olivo junto con un short de colores me puse mis accesorios, mi zapatillas y tome el regalo que me dió Louis cuando me gradué.
Una bolsa Vuitton
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Sali de la casa corriendo y ví que alguien estaba entrando al ascensor apresure mi paso y Alcance a detener el elevador, bien que el hombre que entro es Carlo.
Bofeada, lo saludé con un "buenos dias" a lo que el correspondió.
El silencio en el elevador es eterno y también el tiempo que estoy pasando en el, suspire y Carlo me volteo a ver.
–¿por que no me dijiste que te casarías con Eros? –dijo un tanto frustrado
–¡vaya! Las noticias si que vuelan rápido solo espero que esto no salga en la prensa –hable
–no lo creo esto no ah salido a la luz los únicos que lo saben son a las personas que les llegó una invitación de boda–dijo y sentí como me atragante con mi saliba.
Este hombre me quiere matar desde temprano.
–bueno–me rasque la parte trasera de mi cabeza por incomodidad–es una larga historia–dije y enseguida se abrieron las puertas del elevador.
¡gracias por terminar con el sufrimiento !
–¡voy tarde así que adiós Carlo!–dije despidiéndome de el
